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Pedro Sánchez junto a María Jesús Montero y Félix Bolaños

Pedro Sánchez junto a María Jesús Montero y Félix BolañosEva Ercolanese/ PSOE

Otro Pleno de infarto

El Gobierno se encamina a su primera derrota del año y solo aspira a que sea por un gol y no por dos

De los tres reales decretos leyes que debe convalidar hoy el Congreso, uno lo tiene perdido el Ejecutivo, otro lo ganará gracias al PP y, para el tercero, busca el apoyo de Junts

El final del Pleno extraordinario que este miércoles afronta el Gobierno en el Congreso no está escrito, pero existe una certeza: la votación dejará heridas en la mayoría de investidura por su flanco izquierdo, provocadas por la caída del gravamen a las energéticas y la aprobación de una reforma de las pensiones que Podemos, Bildu y ERC consideran un recorte encubierto. Heridas que, a su vez, condicionarán las negociaciones presupuestarias.

El Gobierno en ningún caso podrá dejar la portería a cero porque tiene el decreto del gravamen a las energéticas perdido

Llegó el día de la verdad. El Ejecutivo somete a convalidación de la Cámara Baja los tres reales decretos leyes que aprobó en el último Consejo de Ministros del año. En el mejor de los casos, el Gobierno conseguirá salvar dos, el decreto ómnibus y el que fomenta la jubilación activa; y verá cómo cae uno, el del gravamen temporal a las energéticas. En el peor de los escenarios, el Gobierno salvaría solo uno de los tres decretos leyes, el que mejora las condiciones en las que es posible compatibilizar la pensión de jubilación con un trabajo. Y, además, lo haría gracias al PP, no a sus socios. En resumen: el Ejecutivo puede perder por un gol o por dos, pero en ningún caso podrá dejar la portería a cero.

El titular se hace solo y no gusta en la Moncloa. Por eso, en las últimas horas, los socialistas apretaron el paso para llegar a un acuerdo con Junts en lo que respecta al decreto ley ómnibus, un popurrí de medidas económicas y fiscales que incluye, entre otras, una prórroga de seis meses en las ayudas al transporte público, la revalorización de las pensiones y ayudas a los afectados por la dana.

Los de Carles Puigdemont guardaron ayer un silencio sepulcral. De hecho, es probable que ni siquiera anuncien el sentido de su voto durante el debate del decreto ómnibus (es el primero de los tres, empieza a las 10 horas), sino que esperen a la votación final para destapar sus cartas. El pasado viernes, el prófugo anunció la suspensión de las negociaciones con el PSOE hasta tener una reunión de urgencia con los socialistas. Según contó El Debate, hubo una reunión el lunes en Bélgica y otra el martes, pero de cuyo resultado no han informado las partes.

El Ejecutivo no veía ayer el plan A del todo claro, el de Junts, y de hecho apeló al PP como plan B, aunque sin demasiada convicción. «¿Por qué el PP votaría en contra de un decreto así? El único motivo para tumbarlo es darte el gusto de tumbarlo», reflexionaban este martes en la Moncloa. Como si para el principal partido de la oposición demostrar una vez más la precariedad parlamentaria del Gobierno y su dependencia de Puigdemont no fuese lo bastante tentador. Razón de más para volver a pedir que convoque elecciones, sugieren en el PP.

El PP alarga la ansiedad del Gobierno

Los de Alberto Núñez Feijóo han optado por «jugar con la ansiedad del Gobierno», como dicen en Génova 13. Los populares llegan a la votación de este miércoles sin haber adelantado qué votarán en el decreto económico, con la intención de prolongar la incertidumbre hasta el final. Lo que sí hizo este martes su portavoz en el Congreso fue criticar que el Ejecutivo haya colado en esa norma la cesión al PNV del edificio que alberga la sede del Instituto Cervantes en París. Miguel Tellado lo calificó de «miserable» y «asqueroso», lo que puede interpretarse como una pista de que el PP en ningún caso votará sí. Aunque al Gobierno le valdría con una abstención del principal partido de la oposición.

Pedro Sánchez ante Alberto Núñez Feijóo

Pedro Sánchez ante Alberto Núñez FeijóoEFE

Todas las dudas son en torno al decreto ómnibus y ninguna respecto a los otros dos. El que crea un nuevo gravamen a las energéticas para 2025 caerá con los votos en contra del PP, Vox, Junts y el PNV. El de medidas para la jubilación activa saldrá adelante con el voto favorable del PP, que ha justificado su apoyo en que la norma fue pactada con los sindicatos y la patronal, en el seno del diálogo social.

En ambos casos, Podemos, ERC y Bildu ya han hecho constar su enfado. En el del gravamen a las energéticas, el diputado de Podemos Javier Sánchez Serna acusó ayer al PSOE de no mover un solo dedo para buscar los apoyos para su convalidación. «Pensamos que este Gobierno presentó este real decreto sabiendo que lo iba a perder, queriendo perderlo incluso. Eso es trilerismo político», señaló Sánchez Serna.

Ese decreto fue una concesión que el PSOE hizo a Podemos, ERC, Bildu y el BNG cuando las cuatro formaciones se plantaron en jarras después de que, en el último Pleno de 2024, el PP, Vox, Junts y el PNV unieran sus votos para tumbar el anterior gravamen. A los socialistas no les importa la supervivencia de ese gravamen, pero sí las consecuencias que seguro tendrá su caída. El diputado de Podemos ya amenazó ayer con romper las negociaciones con el Gobierno para los Presupuestos de 2025 si ese gravamen a las energéticas no subsiste de algún modo: «Lo pactado obliga, y si mañana cae este real decreto se complica que podamos pactar otras cosas», sostuvo.

Pero ése será otro partido. De momento el Gobierno tiene que jugar el de este miércoles, sin la presencia del presidente en el hemiciclo ni en la votación: Sánchez está en Davos presumiendo de la buena marcha de la economía española.

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