
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares
El riesgo de colapso obliga a Albares a cerrar un consulado en Argentina y a atender en el Centro Asturiano
Los diplomáticos alertan del lamentable estado en el que Exteriores mantiene embajadas y oficinas consulares
Las instalaciones del Consulado de España en Mendoza (Argentina) se encuentran en tan mal estado que ha tenido que cerrar sus puertas temporalmente y, a partir del lunes, empezará a atender algunos trámites —los de nacionalidad por la ley de Memoria Democrática— en el Centro Asturiano, una institución cultural fundada hace 110 años por emigrantes españoles que le ha cedido un espacio.
Esta decisión se ha adoptado poco después de que se conociera que el Ministerio de Trabajo ordenó el 18 de febrero pasado mediante un oficio «la paralización de forma inmediata» de las actividades dentro del Consulado General de España en Mendoza (Argentina) por el mal estado de las instalaciones.
En el oficio, que fue publicado la semana pasada por el diario digital The Objective, el Ministerio de Trabajo y Economía Social advertía de «las patologías significativas existentes en varios muros del edificio, las cuales a lo largo de los años no han sido resueltas”, por lo que “se recomienda realizar una intervención estructural inmediata, para evitar el colapso de dichos muros».
Al hilo de esta noticia, la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) ha vuelto a alertar este viernes del lamentable estado en el que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, mantiene muchos consulados y embajadas en el extranjero. «Lamentablemente, el mal estado de muchos de los edificios que el Ministerio de Asuntos Exteriores tiene en el extranjero no es algo nuevo, ni el del Consulado General en Mendoza es un caso aislado», señala.La advertencia de los diplomáticos
De hecho, hace un año, la Asociación de Diplomáticos Españoles hizo público un informe sobre la situación de la red consular en la que recordaba que, ya en 2019, un estudio realizado por el propio Ministerio Exteriores ponía de manifiesto los graves problemas de infraestructura existentes:
- 28 oficinas consulares se encontraban al límite de su capacidad física y no podían incorporar refuerzos por falta de espacio para acoger personal adicional.
- 68 oficinas presentaban problemas de accesibilidad en la entrada del edificio: 53 en el área de atención al público y 76 en el resto de instalaciones.
- 10 oficinas carecían de sistemas de detección de incendios.
- 14 oficinas carecían de sistemas de protección contra incendios.
- Al menos 17 edificios no presentaban un buen estado de conservación.
Según ADE, «esa situación, lejos de mejorar, no ha cesado de empeorar desde 2019», como puede comprobar «el público» que asiste cada día a realizar sus trámites, advierten.
«Muchas oficinas consulares y embajadas incumplen la normativa española de seguridad e higiene en el trabajo, carecen de la protección necesaria en países muy inseguros y no están preparadas para contingencias como los terremotos en países de alto riesgo sísmico», añaden.
13,5 millones para 500 edificios
Los diplomáticos explican «este lamentable estado de cosas no sorprende si se considera que el Ministerio de Asuntos Exteriores disponía entonces de unos 13 millones y medio de euros anuales para mantener más de quinientos edificios en todo el mundo, muchos de ellos de carácter histórico» y que «la unidad responsable del patrimonio inmobiliario del Ministerio (la Subdirección General de Asuntos Patrimoniales) contaba a inicios de 2024 con apenas 19 puestos cubiertos de sus 47 plazas».
La ADE reclama que el Consejo Ejecutivo de Política Exterior «elabore urgentemente un informe» sobre las misiones diplomáticas, representaciones permanentes y oficinas consulares« que »refleje la situación de los inmuebles y de los medios materiales y personales«. Y establezca »un plan de acción con la necesaria dotación presupuestaria y de personal".