
Imagen de los cultivos inundados en Trajano (Sevilla)
Andalucía
Cara y cruz para el campo andaluz: las lluvias traen el alivio de las restricciones pero dañan cultivos
Los agricultores alertan de las pérdidas a causa del tren de borrascas en Andalucía
Dice que nunca llueve a gusto de todos, un refrán perfectamente aplicable al campo andaluz, que vive la cara y la cruz del tren de borrascas que afectan a la comunidad desde principios de marzo. Las lluvias están llenando los embalses y harán que próximamente se levanten las restricciones al abastecimiento de agua; pero también tienen efectos indeseados, como la pérdida de producciones o retrasos en las siembras.
Los comités de la sequía se reunirán la próxima semana y se espera que suavicen las limitaciones en las tres demarcaciones que dependen de la Junta de Andalucía (Tinto-Odiel-Piedras, Guadalete-Barbate y Cuencas Mediterráneas), las únicas donde aún existen restricciones de suministro. El consejero de Agricultura y Agua, Ramón Fernández-Pacheco, ya ha anunciado que habrá «importantes flexibilizaciones».
Lo más probable es que se acaben las restricciones en puntos como la Costa del Sol y en parte de Cádiz, pero que siga habiendo ciertas limitaciones en otras zonas. La razón son los grandes contrastes entre la zona occidental y la oriental respecto a la situación de los embalses. En Sevilla se encuentran por encima del 85 % de su capacidad total; en Almería, en cambio, todavía no llegan al 10 %.
Para muestra, un botón. El embalse de Los Melonares, el más grande de la provincia de Sevilla, está por encima de su límite y desembalsando 77.000 litros por segundo. Es la cara de las lluvias que caen en Andalucía. El pantano almeriense de Cuevas del Almanzora representa la cruz, ya que se encuentra a menos del 10 % de su capacidad.Daños en cultivos
Por otro lado, en lo que respecta al campo, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha alertado de las pérdidas a causa del tren de borrascas. En Sevilla, cultivos de secano como el girasol o el garbanzo aún no se han podido sembrar, mientras que cultivos de invierno como los cereales están sufriendo enfermedades fúngicas y asfixia radicular por el exceso de agua.
En el Bajo Guadalquivir son muchos los cultivos que se van a perder, o se han perdido ya, como es el caso de los guisantes, que ahora mismo están teniendo problemas por las enfermedades radiculares que ocasionan la podredumbre de las raíces.
Estas lluvias, además, están afectando a las siembras, como el girasol, el garbanzo, o el maíz dulce, y aún no se han podido plantar el tomate y el pimiento de industria. Esta situación va a dar lugar a que, cuando se pueda sembrar, será todo a la vez, con los consiguientes problemas también para la recolección.
En la provincia de Almería, las lluvias están causando daños en cultivos tanto al aire libre como de invernadero, que se están viendo afectados por los altos niveles de humedad, que traen consigo la proliferación de plagas y enfermedades.
La gran cantidad de agua caída en la provincia de Huelva está afectando especialmente al cultivo de los frutos rojos. Además, las precipitaciones están haciendo intransitables los caminos rurales, ha inundado algunas parcelas, y hay zonas de escorrentías de agua.
En la provincia de Granada, la lluvia se está recibiendo bien y sin daños. El cultivo de invernadero de la campaña de otoño-invierno ya ha finalizado, por lo que el pepino no está sufriendo los efectos de la humedad; mientras que el cultivo de primavera –sandía y melón– va a comenzar a sembrarse en estos días.
En la provincia de Cádiz, las parcelas están saturadas de agua y ahora con cualquier precipitación se produce la inundación. Se teme que los desembalses compliquen la situación, que también se da en las zonas bajas cercanas a ríos, desagües y arroyos.
En Málaga, las lluvias están siendo también bien recibidas. La sequía que estaba afectando a la provincia había llevado a la agricultura y ganadería hasta niveles extremos, y las lluvias del mes de marzo se están desarrollando, hasta el momento, de forma positiva para todo el entorno rural.
En Córdoba, hay parcelas inundadas de olivar y naranjos. Lo mismo ocurre con los cereales y hortícolas. Algunas hortícolas ya presentan hongos y no se pueden entrar a tratar los cultivos porque están los campos inundados.
En la provincia de Jaén, donde casi la totalidad de sus cultivos son leñosos, todavía es pronto para analizar si se han podido producir daños a causa de las lluvias, más allá de la anegación de caminos rurales y algunas carreteras comarcales.