El libro ‘La habitación de Uriel’ es un paso más en el proyecto de Virginia llamado 'Tengo una estrella'

El libro ‘La habitación de Uriel’ es un paso más en el proyecto de Virginia llamado 'Tengo una estrella'Virginia del Río

Entrevista a Virginia del Río

Virginia del Río, tras la muerte de su hijo: «Los bebés que mueren antes de nacer han sido siempre ignorados»

La periodista vivió una etapa de absoluta crudeza por la pérdida de su bebé antes de que este hubiera llegado a nacer

Virginia del Río tuvo que dar a luz a su hijo tras haber dejado de notar su presencia en la semana 39 de gestación, enfrentándose al momento del parto como cualquier otra mujer que tiene que traer al mundo a su retoño. Trágicamente, Uriel falleció antes de nacer.

La gaditana afrontó este varapalo de la vida erigiéndose como guía para otras familias que atraviesan las mismas vivencias que ella padeció a través de las páginas de su libro La habitación de Uriel.

Con el tiempo, ese momento de pura tristeza e incertidumbre, supusieron para Virginia el punto de partida para convertirse, además de en la mamá de Uriel, en una asesora para familias que se encuentran en pleno proceso de duelo. Conversamos con la reportera para que nos traslade cómo ha sido su camino hasta el día de hoy.

– ¿Consideras que existe un sector de la población que no valida el duelo por el que pasáis los padres de hijos que han fallecido antes de nacer?

– Absolutamente. El ser humano huye por naturaleza de lo que le produce dolor, sea propio o ajeno, porque el dolor de los demás también nos duele. Además, los bebés que mueren antes de nacer han sido siempre ignorados, al punto de taparlos bajo frases como «eres joven, ya tendrás otro», «todo pasa por algo», «la naturaleza es sabia», y así. Eso es no validar tu duelo, no respetarlo y no dejar que se elabore saludablemente.

– ¿Qué te impulsó a escribir La habitación de Uriel?

–La habitación de Uriel es un paso más en el proyecto Tengo una estrella, que pretende visibilizar el duelo perinatal para que sea reconocido y respetado. Es una evolución natural de todo el trabajo de divulgación que he hecho desde que murió mi hijo, primero en el blog y después en mi cuenta de Instagram @tengounaestrella.

A mí me gusta decir que el libro es un manual de supervivencia, porque es el camino que yo recorrí para sobrevivir primero y volver a vivir después. Comparto mi vivencia con todos los detalles porque creo fielmente que existen historias con el poder de sanar otras. Y eso es La habitación de Uriel: que quien me lea se sienta acompañado, que logre confiar en que se puede vivir de nuevo, aunque seamos otras personas.

Cuando empecé a escribir el libro yo ya había sanado. De otro modo no hubiera sido posible dar esperanza, porque el camino del duelo es desolador. Digamos que he escrito mi historia con la ilusión de que sea una catarsis para quien me lea.

En La habitación de Uriel se describe toda la montaña rusa de emociones por la que yo pasé, la tormenta, la oscuridad. Pero también las lucecitas que se iban encendiendo y me empezaron a alumbrar el camino. Es un libro que habla de la vida después de perder un hijo, porque es lo que yo he vivido pero, en realidad, es un libro sobre duelo en general, porque el dolor es dolor.

Virginia comparte sus vivencias porque cree fielmente que existen historias con el poder de sanar otras

Virginia comparte sus vivencias porque cree fielmente que existen historias con el poder de sanar otrasVirginia del Río

– ¿A quién recomendarías tu lectura?

– A cualquier persona que haya vivido un duelo o esté viviéndolo en este momento. Yo hablo del mío, que fue por la muerte de mi hijo antes de nacer, pero los duelos comparten características y el libro está lleno de aprendizajes. Porque si uno vive lo suficiente tendrá que despedirse de alguien que quería alguna vez en su vida, por eso es útil para todos.

– ¿Cómo acompañas a las familias en el proceso del duelo?

– Haber vivido un duelo tan brutal me dotó a la larga de unas herramientas personales de las que no disponía antes. Mi propio camino de sanación me supuso un inmenso camino de aprendizaje, y por eso he acompañado a montones de familias en los últimos años. El curso pasado, además, me he formado en duelo y ahora voy a hacerlo de forma profesional. Mi sueño ahora es poder montar mis propios grupos de duelo, que tan sanadores son.

Para sanar hay que atravesar el dolor, vivirlo, sentirloVirginia del RíoPeriodista y escritora

– Tras el fallecimiento de Uriel, ¿qué te ayudó a salir adelante?

– Para sanar hay que atravesar el dolor, vivirlo, sentirlo. No hay otra opción. Si huyes de él y lo bloqueas, que es una reacción natural del ser humano, el duelo saldrá en otro momento por otra parte. La única manera de sanar y volver a vivir es sentir ese dolor, aceptarlo (con todo lo que cuesta), e ir viendo la luz poco a poco.

A mí me ayudó fundamentalmente la terapia, siempre lo cuento. Yo no sabía cómo colocar esas emociones tan dolorosas y necesitaba una guía. También estoy muy agradecida a mi resiliencia y a mi tesón para salir de esa oscuridad que nos arrasó a los dos, a mi hijo y a mí.

– En la actualidad, ¿existe la posibilidad de inscribir en el libro de familia al bebé que ha nacido sin vida? ¿Crees que sería una ayuda para las familias contar con la posibilidad de aferrarse a este hecho?

– Esa posibilidad no existe todavía, pero existirá. Lo que pedimos es solo emocional, poder inscribirlos en el libro de familia sin efectos jurídicos y con carácter retroactivo. Esa es otra de mis luchas; mía y de mucha más gente. Hemos avanzado gracias a todas las familias que han alzado la voz para darles un lugar en el mundo a nuestros hijos, pero aún queda mucho por hacer, y en ello estamos. Estamos legislando con un Código Civil del año 1889, y eso no puede ser.

Conseguir inscribirlos en el libro de familia junto con todos los miembros de la unidad familiar sería darle su lugar en el mundo a ese bebé. Se lo merecen ellos y nos lo merecemos sus familias.

Quería volver a vivir, pero no conocía el camino para lograrloVirginia del RíoPeriodista y escritora

– ¿Qué le dirías a una persona que le acaba de pasar lo mismo que sufriste tú en su momento?

–Que no huya del dolor. Que lo atraviese, porque es la única manera de poder sanar.

La expresión que más uso es «volver a vivir», porque me parece la más gráfica. Hubo un tiempo en el que yo no sabía cómo podría hacerlo. Quería volver a vivir, pero no conocía el camino para lograrlo. Una vez que logras aceptar lo que ha sucedido, que no es resignarse sino dejar de pelear contra una realidad que no puedes cambiar, puedes empezar a rescatar de tus ruinas algo bonito y reconstruirte. Yo lo llamo «belleza colateral», que viene a ser todo lo bello que logré extraer, aunque parezca mentira, de una experiencia tan traumática. Belleza colateral es, por ejemplo, todas esas mujeres que llegaron a mi vida arrastrando el mismo amor y el mismo dolor. Es que llamen a un bebé recién nacido Uriel en nombre de mi hijo. Es que le sigamos mencionando.

Les diría que sigan hablando de su hijo o de su hija, porque al final eso será lo que les salve.

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