Cataluña se burla de Aragón con su candidatura en solitario para los Juegos Olímpicos
La Generalitat lamenta el «anticatalanismo» de Javier Lambán y no entendería que el Gobierno deje «pasar esa oportunidad»
La Generalitat ha hecho oficial lo que ya venía advirtiendo desde hace unos días: iba a pasar de Aragón e impulsaría la candidatura en solitario de Cataluña para los Juegos Olímpicos de Invierno. Es la respuesta a lo que considera la intransigencia del gobierno aragonés, especialmente de su presidente, Javier Lambán, al que la consejera de Presidencia, Laura Vilagrà, le ha reprochado su «anticatalanismo». Y de ahí que se haya ido al traste la posibilidad de una candidatura conjunta, según el Govern.
De todos modos, no hay que olvidar que la Generalitat nunca ha visto con especial interés unos juegos celebrados entre Cataluña y Aragón. A principios de año, la propia consejera Vilagrà defendía que Cataluña concentrase la mayoría de pruebas, fuera el epicentro, y se limitara la participación de Aragón e incluso de otros territorios a cuestiones puntuales. De hecho, redujo el papel de Aragón a una «colaboración» en determinadas disciplinas y dejó claro que se trataba de una «candidatura catalana», aunque dejaba la puerta abierta a que pruebas minoritarias se pudieran «externalizar a otros territorios».
Aunque a regañadientes, se decidió finalmente apostar por la candidatura conjunta, pero desde un primer momento el toma-daca político ha sido constante. La Generalitat ha cargado las tintas especialmente contra el gobierno aragonés y su presidente, Javier Lambán, al que ha acusado repetidamente de torpedear, poner trabas y bloquear la negociación.
Y es que se llegó a un acuerdo técnico, que recogía que Cataluña organizaría pruebas como el esquí alpino y de montaña, el snowboard o el hockey sobre hielo en el Palau Sant Jordi de Barcelona. En Aragón se celebrarían las competiciones de esquí de fondo o patinaje artístico. Otras modalidades se celebrarían fuera de España. Pero el gobierno aragonés no estuvo de acuerdo con este reparto, porque consideraba que las pruebas de más tirón se quedaban en Cataluña. De ahí que decidiera presentar su propia propuesta. Eso fue en marzo. A partir de ahí las negociaciones han estado encalladas y el debate se ha tornado más político que deportivo.
La Generalitat desde un primer momento ha centrado las críticas en el gobierno aragonés y en Lambán por poner continuas trabas. Y también desde el Govern han advertido que «nadie puede tener derecho a veto», en referencia al anuncio de Aragón de que hará todo lo posible para frenar cualquier propuesta que no sea la candidatura conjunta. Y mientras el gobierno catalán no ha mostrado demasiado entusiasmo con la comunidad autónoma vecina, sí se ha llegado a reunir con las autoridades de Sarajevo para explorar una posible colaboración ante una candidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno.
Pero el gobierno de Pere Aragonès también ha aprovechado la ocasión para hacer un poco más de oposición al ejecutivo central y al Partido Socialista, desafiarle una vez más, y además poder visualizar el enfado con el ejecutivo de Sánchez tras el llamado caso «Pegasus». «¿Quién dejaría pasar esta oportunidad? ¿En serio dice el Gobierno del Estado que si no hay acuerdo con Aragón esto queda cerrado?», señalaba esta mañana la consejera de Presidencia.
Y eso que el presidente del Gobierno ha preferido mantener perfil bajo en esta cuestión, a pesar de las peticiones que se le han hecho desde la Generalitat y también desde el ejecutivo aragonés para que tomara cartas en el asunto. Y si fracasa definitivamente la candidatura, también el Govern tiene claro que va a señalar como responsable al PSC, a pesar de que tanto Salvador Illa como Jaume Collboni han defendido el proyecto y han intentando limar las asperezas.