Cataluña Los aliados independentistas de Sánchez se unen a la francofonía para difamar a España
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La sección europea de la Asamblea Parlamentaria de la Francofonía (APF) se reúne en el Parlamento catalán los próximos 24 y 25 de octubre. La APF es una organización de parlamentos nacionales y regionales que agrupa 90 organismos legislativos, de ellos 33 europeos, y que incluye países con tan poco pedigrí democrático como la República del Congo, Mali o Mauritania.
A los miembros de la APF, excepto en el caso del parlamento catalán, les caracteriza que usan el francés como lengua oficial, de trabajo o de intercambio internacional. Dado que el parlamento catalán acaba de aprobar una legislación que proclama al catalán como única lengua vehicular en la enseñanza, la explicación que hay para adherirse a una organización que promueve el uso de una lengua no oficial en Cataluña es la vocación persistente del independentismo de distanciarse del España y de convertir a la lengua española en marginal en Cataluña.
Entre los objetivos esenciales de la APF está la difusión de la lengua y cultura francesa en el mundo. Resulta muy chocante la voluntad del parlamento catalán de abrirse a la francofonía dado que, a diferencia de lo que sucede en España, donde el catalán es lengua oficial en Cataluña y Baleares y reconocida en la Constitución, en Francia el catalán solo tiene presencia simbólica y ninguna oficialidad en la enseñanza ni otros ámbitos de la administración. De hecho la página web de la APF anuncia la reunión en el parlamento catalán solo en francés y destacando que la misma es en Barcelona (España) sin hacer guiño alguno a Cataluña ni a la lengua catalana.
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La última reunión de la sección europea de la Asamblea Parlamentaria de la Francofonía se celebró en Mónaco durante primavera. Al paraíso fiscal enclavado en el Costa Azul francesa acudió por entonces presidenta del parlamento catalán, Laura Borras, para ofrecer el edificio del parque de la ciudadela que alberga el hemiciclo catalán como sede de la siguiente reunión.
Borras intervino ante los presidentes de 30 parlamentos nacionales o regionales para denunciar «la cárcel y el exilio» que a su parecer sufren los políticos independentistas catalanes por el mero hecho de su militancia política. No se sabe de reacción alguna por parte del Ministerio de Exteriores español. La expresidenta del parlamento y líder de Junts ha sido apartada de la presidencia del parlamento catalán por su imputación por corrupción y no podrá recibir a los parlamentarios francófonos en su próxima visita a Barcelona.
Adhesión a la francofonía, idea socialista
El Parlamento catalán se adhirió, en primera instancia como observador, en 2006 a la APF a propuesta del entonces presidente de la Generalitat, el socialista Paqual Maragall y pasó a ser miembro de pleno derecho en 2021. El actual presidente de la APF es Amadou Soumahoro de Costa de Marfil.
El objetivo es hablar mal de España
La página web del parlamento catalán ha publicado el programa de las sesiones de los próximos días 24 y 25 y lo ha hecho solo en catalán contraviniendo así los objetivos a la APF. Uno de los debates se titula «Els drets a la llibertat d’expressió i de reunió del parlamentaris» (Los derechos a la libertad de expresión y de reunión de los parlamentarios). Dicha ponencia correrá a cargo de David Bondia, un profesor de la Universidad de Barcelona que recurrió en su día al Tribunal europeo de derecho humanos por la decisión del Senado de aplicar el artículo 155 de la Constitución por la cual, el Gobierno asumía las competencias de la Generalitat.
Asimismo, Bondia es autor del libro «Defender a quien defiende: leyes mordaza y criminalización de la protesta en el Estado Español» (Icaria Editorial) 2015. Visto el título y las credenciales del ponente no hay duda que el objetivo de la charla es influir ante los presidentes de 30 parlamentos de regiones y naciones europeas para que asuman como propia la idea de que las sentencias dictadas por el Tribunal supremo español condenando a políticos que han hecho oídos sordos de las indicaciones del Tribunal Constitucional son un ejemplo de que España no es un país democrático y de que el independentismo está perseguido.
Una idea obsesiva del independentismo
Francia ha maltratado históricamente a España y con ella a Cataluña, haciendo todo lo que está a su alcance para mantenerla aislada del resto de Europa. A pesar de la actitud francesa el independentismo catalán siempre ha buscado dar la espalda a Madrid para entregarse a París. Al independentismo le da igual que la conexión ferroviaria de alta velocidad Madrid-Barcelona-París esté inacabada en el tramo Perpiñan-Montpellier por decisión francesa, también obvia que Francia no quiera oír hablar de la conexión gasista del Midcat o que cuando Cataluña lidero la revolución institucional contra los trasvases hidrológicos Francia rechazara la propuesta de la Generalitat de traer agua del Ródano.
Sea cual sea el desaire francés el independentismo catalán siempre está dispuesto a someterse a una nueva humillación. Artur Mas, siendo presidente de la Generalitat, propuso que la futura Cataluña independiente fuera protegida por el ejército francés. Oriol Junqueras dio en su día el toque supremacista a la entrega independentista a la muy jacobina Francia, al afirmar que «genéticamente un catalán tiene más en común con un francés que con un español». El último de los desprecios franceses al independentismo catalán ha venido del Alcalde de Perpiñan, el lepenista Louis Aliot, quien harto de las visitas de Puigdemont a su ciudad ha afirmado que no quiere que la capital del Midi francés sea santuario del separatismo catalán. Aliot al acceder a la alcaldía se apresuró a cambiar el lema de la ciudad que paso de ser «Perpiñán, la catalana» a «Perpiñán, la luminosa».