GRAF6761. COLLIURE (FRANCIA), 07/06/2024.- El ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont durante un acto de campaña de JxCat en Colliure (Francia), este viernes. El cabeza de lista de JxCat a las elecciones europeas, Toni Comín, ha emplazado este viernes a los comunes a que "no repitan en la Mesa del Parlament" la votación "del Ayuntamiento de Barcelona" que hizo alcalde de la capital catalana al socialista Jaume Collboni con la colaboración del PP. EFE/ David Borrat

El ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont, en una imagen de archivoEFE

Política

Puigdemont no descarta enfrentarse a una detención como golpe de efecto preelectoral

Turull reconoce que barajan la posibilidad de que ocurra cuando el expresidente cruce la frontera: «Tendrá el eco que tenga»

Después de que este miércoles el presidente del Parlament activase oficialmente el plazo de dos meses hasta la convocatoria automática de una repetición electoral, tanto Salvador Illa como Carles Puigdemont han apretado el acelerador. Mientras el socialista se prepara para una larga negociación con ERC a cuenta de una financiación singular para Cataluña que no se resolvería hasta los días inmediatamente anteriores al 26 de agosto, desde Junts optan por una nueva estrategia.

En público, los neoconvergentes siguen insistiendo en que su «plan A» pasa por seducir a los sectores más independentistas de ERC para que no apoyen al PSC y conseguir que el PSC cambie de opinión y se abstenga. El secretario general de Junts, Jordi Turull, lo repetía hace apenas unas horas en Catalunya Ràdio, incidiendo en que tanto Illa como Pedro Sánchez se han desdicho ya en múltiples ocasiones, como en lo referente a la Ley de Amnistía.

No obstante, la insistencia del líder del PSC en que no permitirá de esta manera la investidura de Puigdemont lleva a los juntaires a acumular munición para el «plan B»: asegurarse el apoyo de ERC, que Josep Rull proponga a Puigdemont como candidato a la presidencia –cosa que puede hacer en cualquier momento, ya que se trata de una prerrogativa exclusiva del presidente del Parlament– y «vender» la repetición electoral como culpa de un obstinado y españolista PSC que se niega a dar su brazo a torcer frente a la «mayoría independentista».

Así lo revelaba Turull en la citada entrevista con la radio pública catalana: «Si llegamos a un acuerdo con ERC, Salvador Illa decidirá si vamos o no a elecciones», aseguraba, augurando un escenario en el que los 42 escaños del PSC se enfrentaban a los 55 de Junts y ERC, o 59 si lograsen convencer también a una CUP cada día más reticente a bailar el agua a Puigdemont.

As en la manga

En caso de haber nuevas elecciones, se celebrarían el próximo 13 de octubre, un día después de la fiesta de la Hispanidad, paradójicamente. Desde el entorno de Puigdemont confían en que unos nuevos comicios –con lista unitaria, como han propuesto varios históricos de Junts, o sin ella– pueden impulsar al expresidente y colocarle en una posición mucho más ventajosa para hacer cumplir su anhelo presidencial.

Además, en Junts cuentan con un as en la manga: el retorno de Puigdemont. Día sí y día también, sus voceros insisten en que volverá cuando se celebre un pleno de investidura, incluso –y así lo confirmó Turull– si fuera de Salvador Illa. Su vuelta sería una jugada arriesgada a pesar de la aprobación de la Ley de Amnistía, ya que –aunque ya se han empezado a amnistiar a perfiles prominentes de su entorno, como el exconsejero Miquel Buch– su caso concreto aún está en el aire.

«¿Tendría sentido que Puigdemont volviese, habiendo la posibilidad de que acabe en prisión?», le preguntaba uno de los tertulianos de Catalunya Ràdio a Turull, tras la entrevista. «Es una posibilidad que hay, si [los jueces] optan por prevaricar», reconocía el secretario general de la formación, y a continuación deslizó la clave de interpretación de este regreso a pesar del riesgo: «Y esto tendrá el eco que tenga».

El eco que en Junts esperan que tenga en este caso es un refuerzo de la imagen de Puigdemont como «exiliado político» y víctima de represión. «Él ha tomado la decisión de volver cuando haya un pleno de investidura por la fuerza de sus convicciones», insistía Turull: un retorno que, de verse truncado por una detención, puede dar alas a la candidatura de Puigdemont de cara al segundo asalto electoral en octubre.

Comentarios
tracking