(I-D) La diputada de ERC Meritxell Serret; la expresidenta del Parlament Carme Forcadell; el exvicepresidente y líder de ERC, Oriol Junqueras; el expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont; y la exconseller Dolors Bassa, en el momento de su reencuentro en la vivienda de Puigdemont en Waterloo, a 7 de julio de 2021, en Waterloo, (Bélgica). Se trata del primer encuentro entre ambos en casi cuatro años, un tiempo en el que han exhibido sus diferencias y los partidos que lideran han chocado constantemente por el rumbo del proyecto independentista.
07 JULIO 2021;INDEPENDENTISTA;JUNQUERAS;WATERLOO;PUIGDEMONT
Europa Press / Europa Press
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07/7/2021

La diputada de ERC Meritxell Serret; la expresidenta del Parlament Carme Forcadell; el exvicepresidente y líder de ERC, Oriol Junqueras; el expresidente de la Generalitat y líder de Junts, Carles Puigdemont; y la exconseller Dolors BassaEuropa Press

El laberinto catalán

La lucha entre Puigdemont y Junqueras dificulta el encuentro de Sánchez con el líder de Junts

Junts quieren ser los primeros en reunirse con los socialistas e imponer una lista de demandas de máximos

A las puertas del nuevo año la negociación de los presupuestos, tanto del Estado como la Generalitat, siguen atascados, y Junts y ERC mantienen su lucha eterna, entre ellos, sobre quien pide más y cuál de las dos fuerzas arranca más concesiones a Sánchez a cambio de mantenerlo un día más en la Moncloa.

El año que termina ha traído la reelección de los líderes responsables de la declaración unilateral de la independencia tanto en Junts como en ERC. En su reciente entrevista en TV3, el prófugo líder de Junts se lamentó de que Sánchez lo tratara como un delincuente y que no se haya reunido con él. Sánchez recibió el mensaje y en su rueda de prensa de balance del año anunció que se reuniría próximamente con Puigdemont.

Por su parte, ERC quiere quitarse de encima el sambenito de ser un socio demasiado complaciente con Sánchez, y Junqueras, en consecuencia, también quiere reunirse con el presidente. Sánchez en la rueda de prensa también le dio satisfacción, incluyendo en su próxima ronda de reuniones.

El problema para el presidente del gobierno es ahora la agenda. Ambos líderes independentistas, con una relación personal y política rota entre ellos, exigen ser los primeros en despachar con Sánchez. Al igual que sucedió con el impuesto de las energéticas, donde Sánchez prometió a sus socios una cosa y la contraria, ahora es víctima de las disputas y exigencias de sus aliados sin poder prescindir de ninguno de los dos.

La idea inicial del PSOE era que Salvador Illa tuviera una reunión en la Generalitat con Junqueras para desatascar la negociación de los presupuestos de la Generalitat y que, simultáneamente, Sánchez se reuniera en la delegación de la Generalitat en Bruselas con Puigdemont, pero ni ERC ni Junts acepta la agenda propuesta por los socialistas y ambos exigen ser los primeros en verse con Sánchez y, además, ponen condiciones del escenario y formato de la reunión.

En ERC quieren que la reunión de Junqueras sea con Sánchez y no Illa, además, piden que no sea en Barcelona, sino en Madrid, en el Palacio de la Moncloa y que el tema de la reunión no sea el presupuesto de la Generalitat sino la condonación de la deuda a Cataluña que debe abordarse en la reunión del Consejo de Política Fiscal previsto para el próximo enero. ERC quiere que quede claro que el orden del día de ese consejo, en el que deben de participar todas las CCAA, se ha elaborado según exigencia de ERC.

Por su parte en Junts quieren que la reunión entre Sánchez y Puigdemont sea en Waterloo y no en Bruselas. Para el recientemente reelegido líder de Junts que Sánchez visite la denominada «Casa de la República» sería un triunfo en sí mismo, un reconocimiento de que Puigdemont no es «un fugado» sino un «exiliado». Para el independentismo el simbolismo es más importante que el contenido de los acuerdos y que Sánchez pisara la sede del «gobierno en el exilio» sería una humillación para él y una victoria para Junts de mayor enjundia que haber conseguido que el congreso investigue si el CNI tuvo participación en los atentados del 17 de agosto de 2017 en las Ramblas de Barcelona y Cambrils.

Más allá del lugar, Puigdemont exige que la reunión se celebre antes de que la pueda mantener el jefe del ejecutivo con Oriol Junqueras y quiere imponer un orden del día draconiano. De forma previa a entrar en los detalles de esa reunión, Junts recuerda que hay un paso previo, antes el 31 de diciembre, que pasa por la cesión a Cataluña de las competencias integrales de materia de inmigración.

El presidente del Gobierno necesita aprobar unos presupuestos para garantizarse su permanencia en la Moncloa hasta verano de 2027 y para lograrlo precisa hacer compatibles de las exigencias de Junts y ERC. Sánchez goza de fama de tener siempre un conejo más en la chistera, está por ver como consigue hacer felices simultáneamente a Junqueras y Puigdemont.

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