El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, durante su discurso con motivo de la Navidad

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, durante su discurso con motivo de la NavidadGeneralitat

Cataluña

Los altos cargos del gobierno catalán se rebelan contra Illa por obligarles a volver a la oficina

El gobierno catalán eliminará el régimen de trabajo híbrido para los altos cargos, vigente desde la pandemia

La Generalitat de Cataluña está encontrando resistencias en su intención de eliminar el teletrabajo para los altos cargos del gobierno catalán. La administración se subió al carro durante la pandemia del Covid-19 y ahora, con Salvador Illa al frente, consideran que la presencialidad es necesaria para personas en puestos de «liderazgo», vinculado a garantizar una comunicación fluida y una supervisión efectiva.

Así lo informó el conseller de la Presidencia, Albert Dalmau, que consideró que las funciones de estos trabajadores «requieren la presencia efectiva y constante para garantizar una comunicación fluida y una supervisión efectiva». Para Dalmau, estos puestos implican «un alto grado de responsabilidad estratégica y un claro impacto institucional de sus actuaciones, dado que son las posiciones responsables de la planificación, coordinación y ejecución de políticas estratégicas».

Desde el gobierno catalán argumentan que las subdirecciones generales y los sitios asimilados orgánicamente representan «el escalón profesional más alto», por lo que su presencia es «un elemento necesario para el buen funcionamiento de los servicios públicos».

Protesta de los altos cargos

Como consecuencia de esta medida, 237 trabajadores de la Generalitat firmaron en los últimos días un manifiesto, por el cual piden que no se tome en consideración esta medida y se continúe con el teletrabajo. Estos funcionarios defienden que la presencialidad es una dinámica del pasado: «Es un modelo del siglo XIX y no del siglo XXI», argumentan en el manifiesto.

Albert Dalmau, consejero de Presidencia, durante la presentación del plan

Albert Dalmau, consejero de PresidenciaEuropa Press

Antes de eliminar el teletrabajo, consideran, es necesario realizar una evaluación independiente de su efectividad con datos objetivos. En el manifiesto, además, los funcionarios se quejan de las dificultades de conciliación que les comportará eliminar la modalidad híbrida de trabajo y el impacto que esto tendrá en la carrera profesional de las funcionarias, «dado que las tareas de cuidado, pese a los avances, continúan siendo responsabilidad, mayoritariamente, de las mujeres».

De momento, Función Pública no piensa dar marcha atrás. La medida entrará en vigor el 29 de enero, dado que la conselleria de Presidencia dio quince días a los departamentos para reorganizarse. La instrucción se mantiene pese a la contestación interna: «Queremos unos directivos públicos que dirijan sus equipos y recorran el país atendiendo a las peticiones de ciudadanos y empresas, y eso es incompatible con trabajar desde casa», se ha trasladado.

Por su parte Dalmau ha descartado que el Govern quiera suprimir el teletrabajo a todos los funcionarios de la Generalitat, y ha delimitado la medida a los altos cargos de la administración que lideran equipos de trabajo. «No es un mensaje de desconfianza, sino un mensaje de máxima confianza, de pedir a todas estas personas que son fundamentales para liderar sus equipos, sus servicios, que los necesitamos más que nunca».

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