Imagen de estudiantes realizando un examen en la Universidad Jaime I, Castellón

Imagen de estudiantes realizando un examen en la Universidad Jaime I de CastellónUJI

Alumnos del Grado de Psicología de la Jaime I de Castellón denuncian la imposición del catalán en los exámenes

Los estudiantes de Neuropsicología se han quejado al Rectorado y el Consejo de Estudiantes porque el examen oficial solo se facilita en una lengua y no está disponible en castellano, a pesar de que algunos son de fuera de la Comunidad Valenciana y no entienden el idioma

El conflicto lingüístico sobre el idioma en el que examinarse o recibir clases en las universidades está cada vez más latente, sobre todo en autonomías bilingües con dos lenguas oficiales, como es el caso de la Comunidad Valenciana.

Aunque ha habido múltiples polémicas a lo largo de los últimos tiempos, el caso más sonado está siendo el de los alumnos del Grado de Psicología de la Universidad Jaime I de Castellón, que llevan años reclamando su derecho de solicitar que los exámenes estén disponibles en castellano o valenciano, pero solo les dan la opción en catalán.

Los estudiantes de Neuropsicología están cansados de que se les «discrimine» por una cuestión de lengua, que imposibilita que entiendan algunas clases teóricas y les penaliza a la hora de resolver el examen de la asignatura, donde no comprenden los enunciados. Unas quejas que llevan años manifestando al profesorado, Consejo de alumnos y Rectorado, y sin recibir solución alguna.

«Se niega en rotundo a ofrecernos el examen en una lengua que entendamos todos como es el castellano y no da pie a que se haga, incluso sabiendo que hay muchas personas de fuera en su clase que no lo hablan», ha explicado una de las alumnas afectadas a El Debate, lamentando que la profesora de la asignatura solo hace su examen en catalán.

Silencio administrativo

Cuando los alumnos han intentado resolver el conflicto con la profesora, pidiendo que se pueda elegir entre ambos idiomas para realizar el examen, su respuesta han sido «amenazas» con poner un examen mucho más complicado, con expresiones como «si queréis un examen en castellano ya os digo yo que no lo aprobará nadie», según relatan algunos de sus estudiantes.

Además de las quejas trasladadas a la profesora, los alumnos han agotado otras fuentes para hacerse oír, desde el Consejo de Alumnos hasta el Rectorado, donde mandaron el año pasado una petición escrita, a la que El Debate ha tenido acceso, para que se respetase la libre elección de lengua en los exámenes. Un derecho que tienen los estudiantes recogido por la Ley de Procedimiento Común de las Administraciones Públicas, a la cual está acogida la Universidad Jaime I, al tratarse de una universidad pública.

En el Artículo 13 de esta Ley se enmarca el derecho de las personas en sus relaciones con las administraciones públicas, cuyo apartado C insta «a utilizar las lenguas oficiales en el territorio de su Comunidad Autónoma, de acuerdo con lo previsto en esta Ley y en el resto del ordenamiento jurídico».

Por parte de la Administración y el Rectorado no han obtenido ninguna solución durante estos años y se sienten «poco escuchados», ya que el conflicto lingüístico está perjudicando a su aprendizaje y a sus calificaciones.

«Al final aprobé, pero no saqué la nota que me hubiese gustado, ya que no entendía el contenido y dejé de asistir a las clases teóricas por no entender a la profesora y su explicación», ha detallado una exalumna de la misma asignatura. También ha añadido que la problemática de la lengua le supuso «una baja de mi nota media bastante significativa».

Otros estudiantes de la misma asignatura han explicado que consultaban sus dudas en castellano a la profesora y ella les respondía en catalán, por lo que las dudas no quedaban resueltas. «En grupos de trabajo tenía que depender que hubiese alguno de mis compañeros que hablase valenciano para poder preguntarle qué decía la profesora o el enunciado, porque no podía parar la clase cada vez que tuviese dudas». Este es alguno de los ejemplos de situaciones durante el curso que han dificultado el aprendizaje de estos alumnos de fuera de la Comunidad Valenciana.

En algunos casos, los alumnos han relatado que ni los propios estudiantes valencianoparlantes entendían a la profesora durante las explicaciones, ya que utilizaba el catalán y la comprensión era muy difícil.

«Me tuve que mirar exámenes de años anteriores en catalán para ir preparada, lo que me costó el doble de tiempo que preparar cualquier otro examen. Si hubiese dado las teorías en castellano me habría ahorrado tiempo de estudio, ya que lo habría entendido todo en clase». Este es otro de los ejemplos que han detallado los estudiantes, donde el esfuerzo de estudio ha sido doble por la dificultad añadida del catalán.

En valenciano hemos hecho otras cosas y aún nos enteramos, pero en catalán, noUna alumna del Grado de Psicología de la UJI

El Debate ha contactado con la profesora, que se ha respaldado en el Protocolo de Actuación de las Lenguas de la Docencia. En este se detalla que «la lengua que tiene asignada cada grupo o subgrupo en el momento de la matrícula y en la guía docente del profesorado es la lengua vehicular de la asignatura, la cual se debe utilizar por el profesorado que imparta docencia en el citado grupo o subgrupo. Por lo que no hay obligación que esté también en castellano».

Medida «insuficiente»

Los alumnos, respecto al Protocolo, recalcan la utilización del catalán y no del valenciano por parte de la profesora, ya que, como se ha mencionado anteriormente, algunos alumnos valencianoparlantes tampoco comprenden en numerosas ocasiones sus explicaciones. «En valenciano hemos hecho otras cosas y aún nos enteramos, pero en catalán, no», ha subrayado una de las alumnas.

Tras las protestas de los alumnos durante los últimos años y el aumento de los estudiantes procedentes de otros puntos de España y de fuera del país con el programa Erasmus +, la única medida que se ha realizado en estos exámenes es la implantación de auxiliares. Se trata de dos profesores que sirven de apoyo durante la realización del tipo test, que vigilan la clase y a los que se les puede consultar dudas respecto al idioma, pero no sobre el contenido teórico de la asignatura.

Es una medida que los alumnos califican de «insuficiente», ya que son solo dos auxiliares para aproximadamente 100 alumnos que se presentan al examen, por lo que «no dan a basto». Además, según ha confirmado una de las alumnas, algunas veces los auxiliares tampoco comprenden los propios enunciados porque no son catalanoparlantes: «Uno de los dos auxiliares era andaluz. No sé cómo se supone que tiene que resolvernos él las dudas sobre los enunciados escritos en catalán si tampoco los entendía».

El viceportavoz del Consejo de Estudiantes de la Universidad también se ha puesto en contacto con El Debate, asegurando que las quejas del Grado de Psicología aparecen «sistemáticamente todos los años» respecto a la misma asignatura. «Desde el Consell se ha intentado hablar con la profesora durante años y también se ha acudido al Rectorado e intentado resolverlo a través del Síndic de Greuges y nada», zanjan.

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