El síndico de Vox en las Cortes Valencianas, José María Llanos (c.), la semana pasada

El síndico de Vox en las Cortes Valencianas, José María Llanos (c.), la semana pasadaCorts Valencianes / José Cuéllar

Vox dibuja sus líneas rojas para aprobar los Presupuestos de Mazón en la Comunidad Valenciana

El partido de Santiago Abascal pone sobre la mesa la gestión de los inmigrantes ilegales y la defensa de las señas de identidad valencianas como límites para dar su apoyo a las cuentas del Gobierno del PP

El futuro de los Presupuestos de la Comunidad Valenciana para 2025 depende, en gran medida, de la capacidad del Partido Popular de Carlos Mazón para negociar con Vox. Tras la ruptura del Gobierno de coalición entre ambas formaciones en julio de 2023, la situación política en la región ha dejado al PP en minoría parlamentaria, obligando a Mazón a buscar el respaldo o la abstención de Vox para aprobar sus Cuentas. El partido liderado por Santiago Abascal ha dejado claras sus líneas rojas, especialmente en lo que respecta a la acogida de menores extranjeros no acompañados (menas) y la defensa de la identidad valenciana frente al «imperialismo catalán».

El Consell, ahora monocolor tras la salida de los consejeros de Vox, está trabajando en el documento presupuestario que debe presentar antes del 31 de octubre en las Cortes Valencianas. Sin embargo, la aprobación de estas cuentas está lejos de ser un trámite sencillo. Ni el PSPV ni Compromís están dispuestos a dar su apoyo a las propuestas del PP, lo que deja a Mazón con una única opción: negociar con los 13 diputados de Vox para sumar una mayoría de 53 escaños y así superar los 50 necesarios para que los presupuestos sean aprobados.

La inmigración, un tema clave para Vox

Uno de los puntos más controvertidos que separa a Vox del PP es la gestión de los menas. Vox ha reiterado que no apoyará políticas que impliquen la acogida «indiscriminada» de inmigrantes, no solo menores, argumentando que su presencia pone en riesgo la seguridad de los ciudadanos. Este tema fue el principal motivo que condujo a la ruptura del Gobierno de coalición en la Comunidad Valenciana, y sigue siendo un obstáculo para el acuerdo sobre los presupuestos.

José María Llanos, portavoz de Vox en la cámara autonómica, ha afirmado esta semana que su partido no negociará sobre este tema. «Nuestra línea roja en los presupuestos es nuestro programa», señala Llanos, subrayando que el PP no debe esperar el apoyo de su formación si continúa con la política actual en materia migratoria. Asimismo, el síndico añade que cuando Vox ocupaba tres consejerías, ya se estaban preparando las cuentas para 2025, lo que refleja su implicación inicial en el proceso presupuestario.

Mazón aboga por el diálogo

Por su parte, el presidente de la Generalitat Valenciana ha intentado suavizar las tensiones, señalando que el fenómeno migratorio, en particular la acogida de menores, debe ser abordado «de manera pragmática». En un foro económico reciente, el jefe del Consell afirmó que el «buenismo» no solucionará los problemas derivados de la inmigración, pero también descartó un enfoque de «rechazo frontal» hacia los menas.

Las declaraciones de Mazón coincidieron con la firma de un acuerdo entre el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, para abordar la inmigración irregular en España. Este pacto establece que el Gobierno central debería facilitar infraestructuras vacías o en desuso para alojar a inmigrantes y crear un fondo de contingencia para ayudar a las comunidades autónomas a gestionar la acogida de menores.

La identidad valenciana, otro límite

Además de la inmigración, Vox también ha puesto énfasis en la defensa de las señas de identidad valencianas como otra condición para apoyar los presupuestos. Su portavoz parlamentario ha criticado cualquier intento de «ceder ante el separatismo catalanista», refiriéndose a la protección de la lengua, la cultura y la historia valencianas frente a lo que considera una amenaza desde Cataluña. Vox ha pedido al PP que se comprometa firmemente con la protección de la identidad valenciana en sus políticas y ha advertido que ceder en este punto podría romper cualquier posibilidad de acuerdo. En este sentido, ambas formaciones se encuentran bastante próximas, ya que la lucha contra el independentismo catalanista ha sido una de las banderas de Mazón desde su llegada al Gobierno autonómico.

El portavoz de Vox en las Cortes Valencianas, José María Llanos, tras intervenir, junto a Carlos Mazón

El portavoz de Vox en las Cortes Valencianas, José María Llanos, tras intervenir, junto a Carlos MazónCortes Valencianas / José Cuéllar

Si bien las negociaciones aún no han comenzado, la falta de consenso podría llevar a la prórroga de los Presupuestos de 2024, una opción que no está descartada por el Consell. Ruth Merino, consejera de Hacienda, ha reconocido que si bien la intención del Gobierno es presentar las Cuentas en tiempo y forma, existe la posibilidad de tener que prorrogar los presupuestos actuales, que fueron aprobados cuando el PP y Vox aún compartían gobierno.

Esta opción, sin embargo, no es vista con buenos ojos por ninguna de las partes. Una prórroga debilitaría al Ejecutivo de Mazón, que vería limitada su capacidad para implementar nuevas políticas y ajustes económicos. Vox, por su parte, también ha manifestado que esta posibilidad no debería llevar a la convocatoria de nuevas elecciones, pero sí sería un reflejo de la falta de sintonía entre ambos partidos.

El reloj sigue corriendo para los 'populares'. Con el plazo de presentación de los presupuestos acercándose, el Partido Popular tiene más de un mes para intentar convencer a Vox de que apoye sus cuentas. Mientras tanto, el PSPV y Compromís ya han dejado claro que no trabajarán por buscar unos presupuestos adecuados para 2025, lo que convierte a Vox en el actor clave para desbloquear el escenario presupuestario.

Las líneas rojas planteadas por la formación verde, especialmente en lo que respecta a la inmigración y la identidad valenciana, marcan una negociación que será intensa. La cuestión es si el Partido Popular podrá ceder lo suficiente para satisfacer a Vox sin comprometer su propio programa y base electoral, sobre todo en materia migratoria. Lo que está en juego es mucho más que unas cuentas; es la estabilidad política de la Comunidad Valenciana y el «dar oxígeno» a una izquierda que vive uno de sus peores momentos políticos.

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