Las familias de las 18 víctimas de la tragedia de Todolella (Castellón), sin indemnización después de 20 años

El 6 de febrero de 2005 ocurrió una de las mayores tragedias de la provincia de Castellón, que se cobró la vida de 18 personas, todas ellas menores de 30 años, en un albergue de Todolella. El detonante fue una intoxicación de gas a causa de unas estufas y poca ventilación, pero, dos décadas después, los familiares siguen sin respuestas, con el proceso judicial agotado y sin ninguna indemnización.

Los hechos sucedieron hace 20 años en la ermita de san Cristóbal, situada en un enclave privilegiado, en la cima de una montaña, desde la que se pueden ver las poblaciones de Todolella, Forcall y Cinctorres. Una pareja escogió el lugar para celebrar una fiesta de cumpleaños la noche del sábado 5 de febrero, que reunió a decenas de invitados y contó con la actuación de un grupo musical, Ppyote. De madrugada, muchos de los que vivían en los pueblos de alrededor decidieron volver a sus casas, pero veinte personas pernoctaron en lo que entonces era un albergue, junto al templo religioso.

La persona que cumplía años y su pareja se alojaron en una de las dos habitaciones del albergue, y el resto, 11 hombres y siete mujeres, se instalaron en la otra. La mala combustión de una estufa de gas, que tras el proceso judicial se determinó que fue llevada por uno de los asistentes a la fiesta, resultó la causa de la muerte de los 18 jóvenes. La mañana siguiente, tuvo lugar el fatal hallazgo de la pareja que durmió en la otra habitación, hasta la que no llegó el monóxido de carbono que provocó los fallecimientos.

La fatídica mañana de domingo toda la provincia de Castellón y sobre todo las poblaciones cercanas al albergue se quedaron paralizadas. Hasta el polideportivo de la Todolella se desplazaron cerca de 30 psicólogos y personal médico para atender a los familiares, devastados, quienes iniciaron una batalla legal que a día de hoy sigue sin resolverse. Esas familias trataron de depurar responsabilidades, lo que les llevó primero hasta el Tribunal Supremo, donde se agotó la vía penal en 2009, y tras ello se inició un proceso legal contencioso-administrativo para reclamar una indemnización de casi un millón de euros al Ayuntamiento del municipio y a la Generalitat Valenciana, porque entendían que no cumplieron con su deber de garantizar la seguridad en un establecimiento público.

Lucha judicial de las familias

En octubre de 2015, diez años después de la tragedia, el Tribunal Constitucional desestimó el último recurso y se cerró así la única puerta a cualquier responsabilidad derivada de la vía judicial. Dos décadas después y tras un largo proceso legal, el albergue sigue cerrado como tal desde entonces, aunque la ermita ha acogido peregrinaciones y sigue siendo visitada por excursionistas y ciclistas que disfrutan de las vistas y del entorno natural. El caso se cerró sin responsables, ya que la Justicia concluyó que la causa de las muertes fue la instalación de dos estufas potentes, que necesitaban mucha ventilación, en una habitación cerrada y tampoco hubo indemnizaciones para los familiares.

Los familiares denunciaban que el establecimiento no estaba en condiciones de ser ocupado y que la Administración autonómica tenía parte de la culpa por su falta de supervisión. Entendían que estas instituciones no ejercieron las funciones de control, vigilancia y garantía de seguridad en un recinto público turístico.

Ese recurso de amparo era el último clavo judicial al que ocho de las familias se aferraban y decidieron interponerlo después de que el Tribunal Supremo tumbara sus peticiones un año antes, coincidiendo con el décimo aniversario de la tragedia.

Los jueces nunca lo vieron de esa manera. En las resoluciones consideraron que la Administración nada pudo hacer ante la imprevista introducción de la estufa en el albergue por una persona ajena a ellos, que la investigación no llegó a concretar. Tras fracasar con su reclamación en los tribunales valencianos, acudieron al Supremo, que también desoyó su súplica.

Homenaje por el vigésimo aniversario

Dos décadas después de la tragedia, las víctimas van a ser homenajeadas el próximo fin de semana en la localidad cercana de Las Alquerías en forma de concierto, ya que los integrantes de Ppyote, el grupo que actuó la noche del cumpleaños, eran naturales de este municipio de la Plana Baja y de Burriana. Los cinco integrantes de la banda también decidieron quedarse a dormir en el albergue tras la actuación y fallecieron.

Este sábado 8 de febrero, el recinto cubierto del mercado de la localidad ofrecerá, a partir de las 16:00 horas, un concierto homenaje a Ppyote bajo el lema «Sempre amb nosaltres», que contará con las actuaciones de seis formaciones musicales.