Al exalcalde de Gandía le pincharon las ruedas para que parase en la carretera y le siguieron para matarlo

El plan lo habían diseñado con antelación. Tampoco es que fuera muy elaborado. Los investigadores creen que fue pincharle las ruedas del lado de copiloto para que no se fijase. El agujero lo suficientemente pequeño para que no estuvieran vacías cuando se subiese al vehículo y necesariamente de algo de diámetro para que se acabasen desinflando. Eso le obligaría a parar.

Así ocurrió: después de las nueve de la noche de este miércoles 19 de febrero, Arturo Torró, exalcalde de Gandía, circulaba por la autovía A-38 en sentido Gandía. A la altura del kilómetro 37, término municipal de Xerasa, mientras hablaba con su mujer, Marian Martson, por el manos libres, se le encendió un aviso de baja presión de neumáticos y la orden de detenerse inmediatamente.

Sin que se le notase preocupado, le comunicó a su esposa lo que estaba sucediendo. Le explicó dónde estaba y le anunció que se iba a detener en el arcén de la autovía, revisar las ruedas y, si era necesario, llamar a la grúa. La comunicación se cortó. En ese momento, quien le seguía, según fuentes cercanas a la investigación, paró su vehículo detrás y creen que le ofreció ayuda. En realidad acabó con su vida.

Con el paso de los minutos y la ausencia de noticias Marian Martson se preocupó. Comenzó a llamarle al móvil, pero nadie descolgaba al otro lado. Le insistió varias veces sin éxito. Abrumada y preocupada llamó a la policía local de Xerasa. Les pidió ayuda y les explicó que su marido había tenido una avería y el punto exacto donde se había parado.

Les explicó que tenía miedo de que hubiese sufrido algún accidente o hubiese tenido un desmayo: estaba muy preocupada porque Arturo no contestaba a sus llamadas. Los agentes se desplazaron hasta el lugar, después la Guardia Civil. Junto al vehículo, con el motor todavía encendido, un cadáver en el arcén. De una persona de 62 años: Arturo Torró.

En primera instancia el médico forense del juzgado estableció que presentaba signos de estrangulamiento en el cuello y una herida punzante circular compatible con el disparo de un arma de fuego. Es pronto para establecer un móvil, pero alguna línea de investigación explorará el origen de las deudas que tenía pendientes.