
La ministra de Ciencia y líder del PSPV, Diana Morant
Morant tilda de «racista» el pacto de Mazón con Vox pero calla ante el acuerdo migratorio de Sánchez y Junts
La ministra de Ciencia y líder de los socialistas valencianos carga con dureza ante el entendimiento entre los partidos de la derecha nacional en un momento en el que su estrategia pasaba por presionar para forzar un adelanto electoral
Durante las jornadas más oscuras de Carlos Mazón al frente de la presidencia de la Generalitat Valenciana, el papel de la ministra de Ciencia y líder del PSPV ha pasado más bien sin pena ni gloria fruto de sus titubeos. Diana Morant coqueteó en un primer momento por impulsar una moción de censura para desalojar al jefe del Consell, en un movimiento de cara a la galería, ya que su partido no cuenta con una mayoría suficiente para que saliera adelante. Después reculó y optó por una estrategia que pasaba por presionar para forzar un adelanto electoral, en medio de los reproches de Compromís, que siguen por la labor de votar esa moción.
El entendimiento entre PP y Vox en la Comunidad Valenciana para aprobar unos Presupuestos que este año vendrán marcados por la dana han pillado a la de Gandía con el pie cambiado, lo que ha provocado que ahora apueste por emplear un discurso lleno de lugares comunes que se ve coronado por la idea de que Mazón, y el PP y su presidente, Alberto Núñez Feijóo, por extensión, son unos racistas y que lo que van a suscribir se debería denominar como «un nuevo pacto de la vergüenza».
Este lunes, según unas declaraciones suyas recogidas en un comunicado de prensa de su formación, Morant habla de «traer a la Comunitat Valenciana la internacional ultraderechista de la que se defiende Europa». Morant ha acusado a Mazón de comprar «hasta límites inimaginables el racismo de Vox y el negacionismo del pacto verde europeo que supone negar el cambio climático, la ciencia y negar Europa».
Asimismo, ha apuntado que «este Consell no representa a los valencianos: los valencianos no somos racistas y no merecemos ni necesitamos más negacionistas», dando a entender que los 'populares' son tanto racistas como negacionistas del cambio climático, una expresión que siempre retrotrae al negacionismo sobre el holocausto judío durante la Alemania nazi.La secretaria general del PSPV-PSOE, que accedió al cargo sin oposición interna después de que Ferraz llamara a filas a los que iban a ser sus oponentes (que finalmente se contentaron con pasar a integrar la ejecutiva con cargos de cierta relevancia), ha pasado por alto, sin embargo, el pacto entre el Gobierno de su jefe de filas y Junts, el partido de Carles Puigdemont, que, al igual que Vox, tampoco quiere saber nada de reparto de menores extranjeros no acompañados, aunque en este caso supeditado a tierras catalanas. Un acuerdo por el que Cataluña acogerá apenas dos o tres decenas de menas, por los aproximadamente siete centenares que albergará, por ejemplo, Madrid.
Este martes se ha escuchado un estruendoso silencio en torno a este pacto. La víspera, eso sí, la titular de la Cartera de Ciencia, Innovación y Universidades destacaba el «compromiso y trabajo del Gobierno de España con la reconstrucción». «Ha ingresado ya en las cuentas corrientes de los ciudadanos, empresas y ayuntamientos 4.600 millones de euros, diez veces más de lo que ha hecho la Generalitat Valenciana», defendía, y apelaba a la ciudadanía, que «es la que tiene el poder de tirar al señor Mazón con la solución más democrática que es pasar por las urnas para que su voz sea escuchada». Algo que no parece pasar por los planes de un Mazón que resiste en el cargo, aunque sea a costa de asumir algunos de los postulados de Vox para poder aprobar las Cuentas y poder gobernar con estabilidad.
España «y la Comunitat Valenciana, muy específicamente, también es una comunidad solidaria. Por tanto, el Partido Popular y Vox no representan a la ciudadanía y nosotros vamos a seguir luchando por estos menores, pero sobre todo por los valores de la democracia de nuestro país», reivindicaba este lunes, aunque sin aclarar si Cataluña también era solidaria.