
El presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, junto a Carlos Mazón, en una rueda de prensa
La cesión de Mazón a Vox con la lengua choca con la política de la Diputación de Valencia
El presidente provincial, Vicent Mompó, hace una encendida defensa del idioma regional mientras PP y los de Abascal pactan reducir «de forma significativa» las subvenciones para su fomento y a la Academia Valenciana de la Lengua
Se le atribuye a un difunto expresidente de Estados Unidos una escatológica frase. Ésta hacía referencia, siempre según los cronistas, a que en política lo «hoy es un sándwich de pollo» mañana es un «sándwich» de algo que, por deferencia hacia los electores, es mejor no especificar. Esas idas y venidas de la vida institucional se han visto ejemplificadas en los últimos días en la Comunidad Valenciana, un territorio en el que, tras la salida de Vox del Ejecutivo regional hace unos meses, parece que las aguas han vuelto a su cauce y, si no todo, algo parece que retoma la normalidad que antes tenía.
Así, el acuerdo para aprobar los Presupuestos de la Generalitat alcanzado entre el Partido Popular y la formación liderada por Santiago Abascal ha puesto de manifiesto la volatilidad de la res pública. No es algo propio que haya sucedido en el ámbito de la oposición, algo que se da por hecho, sino que las discrepancias también se están dando en el seno de algunas instituciones en las que el propio PP gobierna.
Por ejemplo, en la Diputación de Valencia, presidida por la formación 'azul'. Fuentes de la institución provincial consultadas por El Debate aseguran que «no» ven «ultras» los puntos firmados entre ambos partidos, aunque sí reconocen que están «abiertos» a «corregir» algunos aspectos de esa alianza «si fuera por el interés» de la misma Diputación. En concreto, mencionan ámbitos como los de «la lengua, memoria democrática e igualdad».
«Recortes de carácter fascista»
Al respecto, merece la pena resaltar que el presidente provincial, Vicent Mompó, ejerce tal cargo en virtud a un pacto alcanzo con Ens Uneix, una fuerza política de izquierdas y cuyo apoyo, más que por estar en consonancia con el PP, se debió a que su fundador, Jorge Rodríguez, fue uno de los antecesores del propio Mompó estando en el PSPV-PSOE y apartado de la organización del puño y la rosa por su imputación y detención por un caso de corrupción del que, finalmente, resultó absuelto.En este sentido, la vicepresidenta de la Diputación, Natàlia Enguix, aseguró que su partido «hará frente» e impulsará «las modificaciones presupuestarias necesarias» para «contrarrestar» desde el organismo provincial los «recortes de carácter fascista que los ultras quieren introducir» en los Presupuestos de la Generalitat: «Desde Ens Uneix no permitiremos que los ultras de Vox menosprecien a las mujeres o pongan en peligro la vida de las personas migrantes», advirtió la número dos de Mompó.

El presidente del PP de la provincia de Valencia, Vicent Mompó, en una imagen de archivo
El mismo panorama que con la inmigración pinta en lo referido a la memoria histórica. Así, los mismos confidentes preguntados señalan que, llegado el caso «y siempre tras valorar» lo que se aporte a ello se podría llegar a «corregir» algunas medidas: «En su momento, veremos cuánto se le da a cada asociación o quién queda fuera. Actuaríamos y ejerceríamos nuestras competencias», remarcan.
En cuanto a lo idiomático, el pacto entre Mazón y Vox establece que «se recortará de forma significativa» el presupuesto de la Academia Valenciana de la Lengua (AVL), a la par que se reducirá, también de manera «significativa», las subvenciones a la promoción del valenciano.
Pese a todo ello, Mompó aunque sin desmarcarse de forma explícita, sí quiere hacerlo de manera tácita y respecto al valenciano, lo tiene «claro». «Más inversión y más libertad para fomentarlo, impulsarlo y protegerlo». «Estamos y estaremos enfrente de los que menosprecian nuestra lengua, pero también de la política de los sabiondos, aquellos que, durante ocho años han querido imponer cómo teníamos que hablar, separando al pueblo de su valenciano», asevera, al mismo tiempo que finaliza insistiendo que el organismo que preside lo tiene «claro» porque «en valencià, clar que sí!».