Las patatas fritas más internacionales de Galicia: seducen tanto a Carlos III como a Oprah Winfrey
La exquisita textura crujiente y el sabor inconfundible de estas patatas, rápidamente ganaron adeptos en el mercado norteamericano
La cocina gallega continua conquistado paladares alrededor del mundo con sus sabores auténticos y su compromiso con la calidad. Cada vez son más las figuras de renombre que se quedan fascinadas con la autenticidad de los sabores de los productos gallegos y comparten sus experiencias con millones de seguidores.
Entre todos estos productos unas patatas fritas han logrado un éxito inesperado convirtiéndose en una especie de fenómeno de culto internacional.
Una fama previsible pero inesperada
Estamos hablando de las patatas fritas Bonilla a la Vista, que se elaboran de manera artesanal en Arteixo (La Coruña). La popularidad de estas patatas gallegas fuera de España ya comenzó a forjarse hace unos años al llamar la atención de algunas de las figuras más influyentes del panorama internacional.
Pero la última en caerse rendida ante las Bonilla fue la empresaria y estrella de televisión Oprah Winfrey. De gran influencia y gran poder de recomendación, la presentadora destacó las patatas en su lista de productos favoritos, 'Oprah’s Favorite Things', hecho que terminó por catapultar la marca entre el público en Estados Unidos.
«Créeme, conozco las patatas fritas. Y estás, procedentes de Galicia en España, merecen el derroche. Se fríen en aceite de oliva para obtener un chip ligero y crujiente. Deliciosas por sí solas, o como dirían los comensales más delicados, sabrosas como una salsa. Te agradecerán que los mimes», escribe en su web junto al producto recomendado.
La exquisita textura crujiente y el sabor inconfundible de estas patatas, fritas en aceite de oliva y envasadas en su distintiva lata blanca y azul, rápidamente ganaron adeptos en el mercado norteamericano.
Entre bambalinas , cine y realeza
Pero no es la primera vez que el producto estrella de la marca, sus patatas fritas, elaboradas de forma tradicional empleando solo patata de primera calidad, aceite de oliva y sal marina, dan el salto internacional.
En los 90 una de sus bolsas formó parte de un 'shooting' de la Maison Balmain, y en 2020 la aparición de una de las icónicas latas en la oscarizada película Parásitos revolucionó la internacionalización del producto.
La siguiente gran aparición de Bonilla a la Vista fue en otro evento de visibilidad mundial: la coronación del rey Carlos III en el Reino Unido. En una celebración cargada de historia y protocolo, estas patatas gallegas aparecieron en la cesta 'King of Picnics' de Fortnum & Mason, elaborada especialmente para la ocasión.
De Galicia para el mundo
La historia de Bonilla a la Vista comenzó hace varias décadas con una modesta churrería que, con el tiempo, se transformó en una próspera empresa familiar que ha logrado expandirse internacionalmente.
Lo que empezó siendo un pequeño negocio en Galicia, hoy es un símbolo de calidad y tradición en la industria de los aperitivos, con sus productos estrella: los churros crujientes y las patatas fritas, que aún se elaboran con la misma receta y los mismos ingredientes desde los tiempos de su fundador.
Actualmente, Fernando Bonilla, nieto del fundador original, lidera el negocio, tomando el relevo tras el fallecimiento de su padre, César Bonilla. La empresa se ha mantenido en manos familiares y ha continuado creciendo, abriendo cinco churrerías y una fábrica de patatas en La Coruña, donde produce sus famosas patatas.
La calidad artesanal de los productos Bonilla a la Vista ha sido fundamental para su éxito y les ha permitido alcanzar una sólida presencia en mercados extranjeros.
Hoy en día, las patatas Bonilla a la Vista están disponibles en 23 países, incluyendo destinos tan lejanos como Australia, Japón, Corea del Sur y los Estados Unidos, además de muchos países europeos.
Con una plantilla de más de 100 empleados, la empresa ha consolidado su reputación internacional y sigue siendo un referente en su sector. Este logro no solo refleja el éxito comercial, sino también la capacidad de esta familia gallega para mantener viva la tradición y expandir su legado generación tras generación.