Córdoba en los sellos de correos
En 1965 se emitió una serie de 10 sellos, en donde aparecen los cuadros más famosos de Julio Romero
El sello de correos es el resumen corto de la historia, a veces alargado por el título, pero Córdoba es tan grande que es imposible representarla en un sello. El sello es como el aldabonazo de algo que nos quieren enseñar, pero Córdoba es lo que está dentro. Córdoba no es la Andalucía que se disfraza de rociera.
Recuerdo aquella Córdoba en la que el patio era foro y ágora, asamblea reducida y pública, consejo de vecinos llenos de humanidad y participantes en la historia de nuestro pueblo, que se aunaban en la lucha del día a día, y que sabían descansar en la siesta, soñando con su historia. El despertador en aquella siesta era el olor a «patata cocida» enterrada en aquella cocina de carbón, que tu madre te preparaba con todo el cariño del mundo.
Y de la mano de Pablo García Baena podemos decir: «Toda Córdoba patio, Toda Córdoba atrio de Roma, edén árabe, huerto judío y si alguien pueda llamar suyas estas rosas, será esta Córdoba de los mayos felices, de las noches largas como miradas en la fiesta. Esta sí será la ciudad que soñamos los cordobeses».
Desde 1931 a esta fecha, Córdoba o cualquier motivo de Córdoba, aparece en 69 emisiones de sellos, 13 de ellas dedicadas a la Mezquita-Catedral. Curiosamente, durante la guerra civil los dos bandos pusieron en circulación un sello de la Mezquita-Catedral, ambos de 25 céntimos.
Personajes referidos a Córdoba
Abd-Al-Rahman II, Abd-Al-Rahman III, Almanzor, Séneca, Averroes, Maimónides, Gonzalo Fernández de Córdoba, Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcázar, Benito Daza, Bartolomé Cárdenas Bermejo, Julio Romero de Torres, Luis de Góngora, Juan Valera, José Gómez del Moral. Manuel Rodríguez «Manolete», Joaquín Cortés.
Lugares o motivos cordobeses
La Sinagoga, La presa del pantano de Iznájar, La Facultad de Veterinaria, El Parador de Arruzafa, El Castillo de Montilla, El Castillo de Almodóvar, La Calleja de las Flores, El Puente Romano, El Cristo de los Faroles, La Denominación «Montilla-Moriles», El Centenario «Día de Córdoba», La Fiesta de los Patios, Trajes típicos de Córdoba, La Puerta del Puente, El Cristo del Calvario, La Puerta y Arco de la Luna, Escudo de Córdoba, El Córdoba CF. por su ascenso a primera
Curiosidades
Del sello de la Mezquita-Catedral de 1964, se emitieron 15 millones al valor de una peseta.
En 1976 se prepararon dos sellos para el Correo Paraguayo, con motivos de Córdoba.
En 1987 se preparó un sello de la Mezquita-Catedral para Mauritania.
En 1999 se preparó un sello para Dominica.
Julio Romero de Torres
En lo que concierne al Pintor Julio Romero de Torres, en 1965 se emitió una serie compuesta de 10 sellos, en donde aparecen los cuadros más famosos del pintor cordobés, referidos a las mujeres que pintó y estos son algunos de los nombres:
Francisca Pellicer, Amalia Fernández Heredia, Ana López, María Palou, «Pastora Imperio», Encarnación López, "Musidora”, Dolores Castro, Pepita Suárez Parias y María Teresa López.
Ana López, la «Cara Sucia» o «La pelá», sería la primera modelo del pintor. Ella es una de las prostitutas que se calienta en el brasero que aparece en el cuadro «Vividoras del Amor». Más tarde posaría para el cuadro «Carmen» y «Musa Gitana». Esta modelo fue de las pocas que cobró. En el cuadro de «Musa Gitana» pintor y modelo adquirieron gran notoriedad y la modelo terminó abandonando la profesión de la calle y puso un negocio propio, A raíz de su éxito, Ana que tenía un cuerpo escultural, empezó a coger kilos, y se escapaba de lo que era una modelo a pintar. Ella y Amalia «La Gitana» fueron dos de las personas que formaron el cortejo fúnebre del pintor.
Amalia 'la gitana'
Amalia Fernández, «La Gitana», era una joven que se dedicaba a la recogida de cartones, trapos, y suelas para reciclar. De noche actuaba en algunos tablaos improvisados de flamenco. Con apenas 19 años, en las puertas del Círculo de Labradores el pintor quedó prendado de su cara y figura, y fue su modelo en los cuadros «Las Niñas de la Ribera», «Poema a Córdoba» «Mal de Amores» y«La Saeta», etcétera. Fue la modelo que más veces posó para el pintor. Por estos cuadros llegó a cobrar algo por cada uno, pero eso no le impidió morir pobre como siempre había sido. Murió en 1976, en su domicilio de siempre, en la plaza de la Alhóndiga.
Pastora Imperio, la esposa del célebre torero El Gallo, también fue modelo del pintor en varios cuadros. Eso significó que gente importante quisiera posar para el pintor. En su estudio de la calle Pelayo de Madrid, lo llamaban «Refugio de Pecadoras».
Encarnación López, «La Argentinita», era una famosa bailaora que le fue presentada por uno de los hermanos Álvarez Quintero, amigos de sus tertulias bohemias de Madrid, También terminó siendo modelo del pintor o le dedicó algún cuadro.
Más tarde pintó a la actriz francesa Jeane Roques, a la que el pintor vio en la representación teatral «El Día de Musidora». La actriz vino a España para unos tres meses, pero lo cierto es que se quedó por lo menos cinco años. Julio Romero la pintó de forma sensual, recostada y semidesnuda, y con una mirada de vampiresa. El cuadro lo denominó «Musidora».
Dora la Cordobesita
Dolores Castro Ruíz, «Dora la Cordobesita», fue una belleza cordobesa que, aunque nació en la calle Valderrama, vivió en el Barrio cordobés de San Agustín en donde vivió su familia materna (Antiguo Bar Andaluz). Al pintor se la presentaron con motivo de su actuación en el Teatro Romea de Madrid en 1919. Y le dedicó varios cuadros, que le sirvieron a la artista para triunfar y coger gran renombre, En 1927, «Dora la Cordobesita» se casó con el torero «Chicuelo» y se retiró por completo de la escena. Su boda se celebró ante la Virgen de los Dolores. Murió en 1965, al calor de sus numerosos hijos.
Pepita Suárez Parias, nació en Córdoba en 1912 y falleció en el 2000. Muy joven, con apenas 15 años, su belleza cautivó a un pintor que ya estaba bastante enfermo. Tuvieron que intervenir terceras personas ante la madre de la joven para que ésta accediera a ser modelo. Ella aparece como modelo en el cuadro «La Copla», «La Niña de las Uvas» y quizás el cuadro que más representó al estilo de Julio Romero: «Viva el Pelo», en donde la modelo aparece de perfil luciendo un precioso moño, con una manzana en las manos. Esta muchacha modelo fue una gran madre de familia, ya que tuvo ocho hijos y treinta nietos. Murió siempre a la espera de algún reconocimiento.
María Teresa López
María Teresa López, fue una mujer argentina de nacimiento, pero de padres españoles que habían emigrado a Argentina y, de vuelta a Córdoba, se instalaron en el Barrio de San Pedro, cerca de la casa del pintor. Había nacido en el 1913, y Julio Romero de Torres, que, en opinión de Mercedes Valverde, era un auténtico don Juan, se enamoraba con mucha frecuencia. Con esta mujer lo intentó todo, pero según parece sólo consiguió pintarla, posiblemente en el cuadro más famoso del pintor «La Chiquita Piconera». A esta mujer, que murió en el Sanatorio de los Morales en el año 2003, el haber posado para el pintor le complicó, y mucho, su vida particular. Incluso el que fuera su marido le exigió la prueba de su virginidad. Quizás por todo esto el matrimonio sólo le duró un par de años. Tras este fracaso en su vida particular decidió vivir sola acompañada siempre del recuerdo de «su gloria» y la amargura producto de las muchas murmuraciones que tuvo que escuchar. Los últimos años de su vida los pasó en una residencia de Palma del Río. Está enterrada en el Cementerio de El Carpio (Córdoba), junto a su padre Inocencio López, y por debajo de la bovedilla de su madre Teresa González.
Mercedes Valverde, la erudita en la vida y el personaje de Julio Romero de Torres, deja entrever que era un hombre al estilo de «don Juan» al que le atraían todas las mujeres. En sus estancias en Madrid alternó con todo el mundo incluso en fiestas castizas y de abolengo. Y siempre fue un hombre admirado por las mujeres. Después de muerto, fueron muchas las que se «adjudicaban» el hecho de «haber sido modelos» del pintor, y también otras muchas no tuvieron inconveniente en reconocer su ilusión por haber podido «posar» para el pintor. En ese simpática «creencia» de haber sido modelo del pintor estuvo la «Cantinera del Cuartel de la Reina», esposa de Luis del Río, que con el tiempo serían los mozos de la taberna de Pérez Barquero, del Jardín del Alpargate.