El edificio Colomera, hoy hotel Palacio Colomera

El edificio Colomera, hoy hotel Palacio ColomeraM. Estévez

El portalón de San Lorenzo

Personajes y anécdotas en torno a la Casa Colomera

Sobre el posible lago del que se alimentaría este pozo sigue planeando la duda

Hace no mucho, en 2019, se inauguró un nuevo hotel en pleno centro de Córdoba aprovechando y respetando al máximo lo que fuera el edificio o casa Colomera de la plaza de las Tendillas. A pesar de pillarle la pandemia al poco de abrir, el negocio parece que va viento en popa, tanto que acaba de terminar una ambiciosa remodelación con la que ha ampliado sus habitaciones e instalaciones por los edificios anexos.

Hay que decir que para la construcción de este edificio se toparon con unos restos arqueológicos que tuvieron relación con el antiguo edificio del Hotel Suizo, que hay que decir que su derribo fue toda una epopeya, pues la falta de dineros y una hipoteca que pesaba sobre el edificio dificultó varios plazos previstos para su derribo.

Finalmente fue derribado en 1925 y solo quedaría un sótano que se aprovechó para hacer dos urinarios, uno en la acera de Telefónica y otro en la acera de lo que fue el Gran Bar. Estos dos evacuatorios fueron construidos en julio de 1927 por el constructor Rafael Iznardi Alzate que ganó la subasta pública presentada por el Ayuntamiento de Córdoba con un presupuesto de 126.576 pesetas.

Este edificio Colomera fue un proyecto de 1928 del arquitecto don Félix Hernández Giménez (1889-1975), poco después de la remodelación que él mismo llevó a cabo de la plaza de las Tendillas para ubicar en ella, de forma definitiva, la estatua ecuestre del Gran Capitán, obra del artista Mateo Inurria Lainosa (1867-1924) por la que el escultor cobraría unas cien mil pesetas que costaron toda una vida conseguir.

De esta magnífica casa Colomera fue vecino don Antonio Alarcón Constant (1923-2011), el que fuese alcalde de Córdoba de 1971 a 79, año en el que tras las primeras elecciones democráticas entregó el bastón de alcalde de la ciudad a Julio Anguita. Su residencia en dicha casa-palacio se explica porque se casó en 1950 con Magdalena Pallarés Muñoz-Cobo, hija de la condesa de Colomera, en la iglesia de la Compañía.

Antes de la boda, como era entonces costumbre en buena parte de la alta sociedad, se celebró en casa de la novia un convite-recepción con motivo de la «pedida de mano». Mi abuela Teresa Milla trabajaba entonces en el Circulo de la Amistad y nos avisó de que «en casa de aquellos señores» se iba a dar un convite por parte de la repostería del Círculo de la Amistad, que por aquel entonces gestionaba Adorna, el que fuera antiguo jugador del Deportivo Córdoba. La boda se festejó unos días después, ya en los salones del Círculo de la Amistad.

Recuerdo perfectamente de esa «pedida de mano» que algunos chicos de mi barrio ayudaron a Manuel Chofles Miranda para llevar mantelerías y canastas con infinidad de platos y cubiertos, así como transportar en una furgoneta todas las viandas que allí se sirvieron, descargándolas y almacenándolas en un amplio salón de la primera planta del palaciego edificio.

El Círculo de la Amistad

Nuestra relación con Manolo Chofles, empleado del Círculo de la Amistad, nos venía de que una hermana suya, Antonia, vivía en mi casa de vecinos. Gracias a eso estábamos al día de cualquier evento especial que organizase el Círculo. Aparte, como he indicado, también trabajaba allí mi abuela.

Como ejemplo de este «contacto» recordamos aquel partido célebre de agosto de 1955 organizado por el Ayuntamiento con motivo de la Primera Semana Deportiva, entre el Córdoba CF y nada menos que el Real Madrid. Se saldó con un triunfo 'blanco' por 12 a 6. Manolo Chofles nos avisó que toda la expedición del Real Madrid iba a cenar al Círculo de la Amistad, invitados al parecer por varios y buenos aficionados de Córdoba, como Antonio García Hidalgo, gran forofo del Real Madrid y dueño del moderno establecimiento de muebles y decoración Muebles Domuba ubicado en la calle Cruz Conde. Advertidos de esta cena, muchos esperamos a que el autocar del equipo parase en la plaza de San Salvador, en el rincón en donde estaba el laboratorio de Farmacia Municipal, ya que desde allí subieran andando hasta el Círculo.

Crónica del partido del 12 a 6 desde la grada norte

Diremos que aquel famoso partido entre el Córdoba y el Real Madrid tuvo lugar el domingo 28 de agosto de 1955. Se celebró a las seis de la tarde de la tarde, en la clausura de la I Semana Deportiva. Después de las palabras del alcalde exhortando a los jugadores del Córdoba por conseguir el ascenso fueron izadas las banderas de la ciudad, del club y de España, entre los aplausos de un público que llenaba el viejo estadio como no se había visto nunca. Llegó a ponerse como en los toros el cartel de «No hay billetes». El árbitro del partido fue Alamillo del Colegio Andaluz.

Aquella grada norte del estadio El Arcángel en la previa de un partido

Aquella grada norte del estadio El Arcángel en la previa de un partido

Durante los prolegómenos del partido, así como en la consecución de cada uno de los goles del Córdoba, en el Gol Norte surgió Pepe Conde, José Guijo Cruz (1913-1967), ese singular personaje nacido en el barrio del antiguo Campo de la Verdad en lo que se llamaba la plaza de la iglesia, y que desde su localidad de Gol Norte animaba el cotarro de cada partido con su trompeta. Con su pañuelo anudado al cuello y su sombrero cordobés causaba una espectacular sensación de auténtico cordobés de verdad.

Alineaciones

Real Madrid CF. Indumentaria de blanco. Portero: Juanito González. Defensas: Navarro, Oliva, Lesmes. Medios: Muñoz, Atienza. Delantera: Molomny, Pérez Payá, Di Stefano, Rial y Gento. (Suplentes: Visa, Marquitos, Manolín, Marsal y Mateos).

Córdoba CF. Indumentaria blanca y verde. Portero: Montes. Defensas: Navarro, José Luis, Alfaro. Medios: Encinas, Joaquín. Delanteros: Padrón, Quintín, Uribarren, Luisito y Fustero. (Suplentes: Segovia, Jiménez, Gallardo, Sánchez, Uncilla, Andrade y Ludeña.)

Goleadores

Por el Real Madrid: Pérez Payá 3, Mateos 3, Rial 3, Di Stefano 1, Mololomny 1 y Gento 1. Por el Córdoba lo hicieron: Uribarren 2, Encinas, Joaquín, Quintín y Sánchez.

En las casetas

Nada más terminar el partido muchos chavales optamos por cruzar por medio del campo en dirección a las casetas, y allí pudimos contemplar a algunos periodistas y gente mayor que se acercaban a la proximidad de los jugadores.

Pudimos presenciar cómo el periodista Rafael Muñoz 'Leafar' le preguntaba a José Juncosa Bellmunt (1922-2003), entrenador del Córdoba, su opinión sobre el resultado y el juego del Córdoba, a lo que él contestó: «Nuestra inferioridad lógica por la categoría del Real Madrid se ha visto más acentuada aún por la mala actuación de los dos porteros que pusimos a prueba». Afortunadamente el Córdoba fichó al poco a Sánchez Rojas que fue toda una institución en la portería del equipo y podemos decir que es el único jugador que queda vivo de toda aquella época.

Un poco más tarde salió el cordobés José Villalonga Llorente (1919-1973), entrenador del Real Madrid, que rodeado de viejos amigos y conocidos de Córdoba contestaba así a las preguntas de Leafar: «Me ha gustado el Córdoba, con algunos retoques quedará muy bien».

También tenemos que decir que en aquel partido José Luis Pérez Payá (1928-2022) marcaría el primer gol de chilena que pudimos ver en Córdoba. Llamó mucho la atención este jugador porque toda su vida como futbolista de la Real Sociedad y el Atlético de Madrid, hasta que llegó al Real Madrid, la hizo jugando como amateur. Además se retiró con sólo 29 años. Posteriormente llegaría a ser presidente de la Federación Española de Fútbol 1970-1975.

Adorna en el Círculo de la Amistad

Muchas veces nos preguntábamos por qué Adorna, que fuera jugador del Club Deportivo Córdoba, y dueño también del famoso Bar Gol, estaba al frente de la repostería en el Círculo de la Amistad, algo que en principio parecía alejado de su mundillo del futbol. Quizás debió influir que don José Ramón de la Lastra y de Hoces, propietario de los bloques de pisos que rodeaban el antiguo estadio El Arcángel, y dueño también del propio estadio, fuese el presidente del Círculo de la Amistad. La relación futbolera de esta institución no acababa ahí, ya que también trabajaba como camarero del Círculo Arteaga, también ex-jugador del Deportivo Córdoba. Para rematar (nunca mejor dicho), Antonio Alarcón, el novio protagonista de aquel convite servido por el Círculo, sería nombrado presidente de honor del Córdoba CF en 1974, y además siempre fue un gran aficionado al fútbol, como demostró en la celebración por el ascenso del Córdoba a Segunda de 1999 celebrada en las Tendillas, que vio en primera fila desde el balcón de su casa.

La Teatral

Formando parte del edificio Colomera persiste aún hoy día un elemento extraño, como una reliquia de la historia: la taquilla de La Teatral. En esta taquilla se vendían con antelación, evitando las colas de última hora, las entradas para los principales espectáculos que se daban en Córdoba, cobrando por el servicio un módico recargo sobre su precio.

Taquilla de La Teatral en el edificio Colomera

Taquilla de La Teatral en el edificio Colomera

Esta empresa de La Teatral era muy anunciada en la emisora de Radio Córdoba, y había sido fundada por Eduardo Rodríguez Pina, que inauguró la taquilla en el año 1947. Llegó a estar funcionando hasta mediados de los años 80. Coincidió en el tiempo, por tanto, con el cercano Palacio del Cine, el elegante establecimiento de la empresa Antonio Cabrera que antes había sido un famoso frontón, y que precisamente es uno de los edificios por donde se ha expandido el hotel Colomera en su ampliación.

Las corridas de toros de El Cordobés en aquellos años de fiebre taurina, así como los estrenos de cine del tipo 'Lo que el viento se llevó' o 'Rebeca' marcaron las cotas más altas de clientes de La Teatral. Hay que decir que aquellos carteles de cine con los que se anunciaban las películas eran realizados de forma magistral por un tal Rafael Jiménez, vecino de la calle Anqueda, frontero al Huerto de Cecilia. A los chavales de entonces, más gamberros de la cuenta, nos encantaba engancharnos en aquellos autobuses que hacían el recorrido Cañero-Plaza de José Antonio (Tendillas), sobre todo cuando a modo de anuncio solían llevar una pancarta en su parte posterior con el anuncio y fotografía de estas películas. Era el Jardín del Alpargate el lugar en donde nos solíamos agarrar al autobús en el marco de la luna posterior y así llegábamos hasta San Lorenzo, aunque algún osado intentara llegar colgado hasta las Tendillas. Aquello era como una 'reválida' que teníamos que hacer todos, pues si no el resto de los chavales te tenían en cuenta de forma negativa.

¿Una entrada al lago de las Tendillas?

Sobre la entrada al esquivo y casi mítico lago de las Tendillas suele hablarse en primer lugar de la famosa Casa del Agua en la calle Juan de Mena, con un sótano de origen romano que da acceso a una especie de piscina que se alimentaría con las aguas del lago.

Otra posible entrada, menos conocida, se sitúa al otro lado de la manzana de edificios, precisamente a través del edificio Colomera. Recuerdo haber visto allí, tras la entrada que había junto al Palacio del Cine y escorada hacia la izquierda, una especie de arqueta cuadrada con una campana de medio punto por donde se veía perfectamente un pozo-noria antiquísimo. Y tengo que decir, porque me consta personalmente, que ese gran conocedor de los veneros de la ciudad que es Ángel Martos de la Casa, junto con Francisco Gamero, velaron porque este pozo-noria no se eliminase durante las obras de construcción del hotel.

Sobre el posible lago del que se alimentaría este pozo sigue planeando la duda. Es bien conocido que en toda Córdoba hay aguas superficiales del freático a baja cota, así como venas de agua, sean naturales o canalizadas por el hombre, que bajan desde la sierra, aunque por desgracia cada vez son menos porque se pinchan y aprovechan aguas arriba, en la mayoría de los casos sin ningún tipo de permiso ni derecho. Pero cuando las construcciones no acosaban aún a nuestra sierra eran habituales las casas de vecinos con sus pozos en el patio con agua fresca y limpia durante todo el año.

Fotografía del pozo en el edificio Colomera que se comunica con el supuesto lago de las Tendillas

Fotografía del pozo en el edificio Colomera que se comunica con el supuesto lago de las Tendillas

Por tanto, que en las Tendillas haya pozos como el del edificio Colomera era lo corriente, pero lo que no se sabe aún es ni la magnitud de esa capa de agua bajo la plaza ni su origen, si fluye como un río o está casi estancada, si tiene o no relación con algún posible aljibe o gran cisterna que la poderosa Orden de Calatrava tuviese bajo sus casas y fortaleza situadas allí mismo (tras cuya demolición en el siglo XIX se empezó a urbanizar la actual plaza de la Tendillas) o si tiene que ver con la conocida (y documentada) agua que nace en los bajos que existen cerca de la iglesia de la Compañía y que desagua en una casa de la calle San Fernando, aprovechada hasta mediados del siglo XX por una sociedad de partícipes llamada Aguas de Santo Domingo de Silos y que luego se empleó para abastecer al surtidor-fuente del Compás de San Francisco.

Quedan muchas dudas y pocas certezas, pero hasta que se deje analizarlo con rigor, poco más sabremos del famoso lago que seguirá siendo un misterio. Eso sí, como dato curioso que le gustará a los interesados en el tema, hemos adjuntado una foto actual del interior del citado pozo del edificio Colomera, reflejándose abajo las aguas del posible lago.

El agua y El Rincón del Cante

Me comentaba el desaparecido Rafael López Recio, excelente persona y gran aficionado al cante jondo, que la peña El Rincón del Cante (de la que era socio desde su fundación) organizó en el verano de 1978 un acto de homenaje a Fosforito en el que iba a actuar un nutrido grupo de artistas, entre ellos el propio homenajeado, que quería obsequiar al público con una actuación propia. También estaban previstos Chano Lobato, José Meneses, El Pele o Luis de Córdoba. Un gran cartel, sin duda muy importante, al que acudieron muchas personalidades de Córdoba que quisieron estar presentes en aquel homenaje, entre ellas el alcalde Antonio Alarcón Constant, gran aficionado al cante, muy relacionado con las peñas y vecino del edificio Colomera.

El recinto estaba a rebosar, y tras hacer Paco Ruiz una breve presentación quiso terminar agradeciendo la presencia del alcalde, el cual quiso dar las gracias subiendo al escenario. Pero cuando lo hizo, como en cualquier plaza de toros alterada, las opiniones se dividieron entre pitos y aplausos. Estábamos en la Transición y aquel politizado comportamiento del público era un buen reflejo de lo peor de ella.

Salvada esta desagradable situación, al poco de comenzar, con las teloneras (las hijas de El Brevo) en el escenario con su baile al toque de guitarra de Merengue de Córdoba, nadie sabe cómo, empezó a llegar agua a torrentes por detrás del escenario, inundando toda la zona de las sillas y las dependencias y aparcamientos. Al parecer, un gracioso había taponado el curso normal de un canalillo de riego que iba para Almodóvar y la corriente se desbordó inundando la peña. Inmersos en aquel espectáculo, entre cómico y desafortunado, alguien gritó: «¡Alcalde, traiga usted a los bomberos!»

Así acabó uno de los últimos actos públicos de Antonio Alarcón Constant aún como alcalde, aquel hombre que al final del franquismo fue propuesto para ese puesto por la corporación municipal, en detrimento de un peso pesado como don Antonio Cruz Conde que había decidido volver a la alcaldía. Un hombre al que le tocaron años muy difíciles, como reconoció en 2010, poco antes de morir, a la periodista Rosa Luque. Llegó a decir en esa entrevista que los últimos años de su mandato, de 1976 a 1979, fueron «los peores de su vida».

En esa charla que sonaba a despedida (y lo era) recordaba con nostalgia cómo su padre llegó a tener una fábrica de paños en la calle Enrique Redel. Comentaría que su padre con el tiempo quitaría la fábrica de paños para volcarse en el negocio del vino que le había dejado Francisco López, el padre de los hermanos López Diéguez, benefactores de las Escuelas de San Andrés. También dijo que los comienzos de la familia de los bodegueros Pérez Barquero a su llegada a Córdoba fue con el negocio del carbón. Comentó que hizo la milicia universitaria con el poeta Antonio Gala en Monte Jaque y que recibió clases de guitarra de Antonio el del Lunar padre del famoso guitarrista ubicado en Estados Unidos Juan Serrano, el que aportó su famoso toque de guitarra al reloj de las Tendillas inaugurado en 1961. Parecía que una mano invisible llevaba a que la vida de Antonio Alarcón rondase siempre en torno a esa plaza.

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