
'Bajo el hilo rojo'. La Trini. La Magdalena, Córdoba, marzo 2025
La Trini se desnuda entre canciones, velas y desamor en la Magdalena de Córdoba
‘Bajo el hilo rojo’, el nuevo espectáculo de Trinidad Montero junto al bajista Sergio Di Finizio, se estrenó anoche dentro del ciclo Conciertos Sentidos, organizado por el Palacio de Viana y la Fundación Cajasur
Cuando Trinidad Montero casi se rompe al final de Todo se derrumbó dentro de mí el público contiene el aliento porque sabe que en esa canción de Manuel Alejandro y en la mujer que ahora está como quebrada hay una historia de las que merecen ser vividas a pesar del desgarro. En el desamor, en la traición, en la ruptura del alma que se derrumba hacia las tripas llevándose el corazón consigo hay una vida devorada con pasión aunque sea teñida de sabor amargo. La artista que es La Trini la cuenta en las canciones de Rocío Jurado, Perales o Raphael, y la mujer desnuda que anoche deslumbró una vez más al público en la iglesia de la Magdalena muestra su fragilidad humana con una generosidad rotunda. Trinidad Montero ha sufrido y La Trini lo narra, lo musicaliza, lo exorciza y lo transforma en belleza. No es otra cosa el arte.
El hilo rojo del destino ha ido tejiendo lo que La Trini ahora es y ofrece en su nuevo espectáculo, que estrenó oficialmente en La Casa Azul en noviembre del pasado año y que anoche interpretó en la Magdalena gracias a la Fundación Cajasur y su ciclo Conciertos Sentidos.
Acompañada del excepcional bajista italiano Sergio Di Finizio, el espectáculo, aunque breve, es valiente, distinto y lleno de verdad, no solo por la puesta en escena en la que un hilo rojo recorre, como desparramado, monitores, suelo y micrófono, iluminado por unas velas de LED, sino por un repertorio ecléctico en el que caben Manuel de Falla, García Lorca o Mónica Naranjo. En ese sentido, pocos cambios a lo interpretado en La Casa Azul, salvo el rescate de la mexicana Amanda Miguel con Él me mintió, un éxito del año 1981 quizá olvidado en España y que La Trini coloca magistralmente en un registro más cercano a la copla que a la canción ligera. Es el colofón, de nuevo con el desamor y la amante traicionada, para un repertorio de diez piezas y antes de un bis que une ‘La Saeta’ de Machado y Serrat con el ‘Punto de partida’ de Rocío Jurado pero sobre todo de Juan Pardo, otro homenaje de La Trini a los grandes compositores e intérpretes españoles que han marcado a varias generaciones y que es necesario reivindicar en estos tiempos extraños e impostores.
Un bajista nada común
‘Bajo el hilo rojo’ no sería posible sin la figura de Sergio Di Finizio, que tiene la particularidad de tocar el bajo eléctrico de seis cuerdas y además emplearlo magistralmente en registros que van desde el flamenco al jazz. El italiano ha trabajado con artistas como Carles Benavent, Jorge Pardo o el Ballet Nacional de España, además de ejercer como docente. Di Finizio aporta a este espectáculo no solo la maestría adquirida con los años («Ya no tenemos que demostrarle nada a nadie», dijo La Trini) sino un sentido total de la música ajeno a estilos o corrientes y con una sencillez que llena toda la propuesta sonora del repertorio. Uno de los momentos más memorables de anoche fue cuando se marcó un sorpresivo ‘mashup’ del Overjoyed de Stevie Wonder en medio de En carne viva y que deja claro que los contrastes, tanto de tema como de estilo, no lo son cuando lo que prima es lo verdaderamente artístico.Mención aparte merecen los chicos del Centro de Creación y Producción Cultural La Casa Azul que han hecho posible este encuentro junto a la Escuela Artística Trinidad Montero 'La Trini', y a los que hay que agradecerles la inquietud y sobre todo el riesgo que supone fomentar la cultura contemporánea sin más objetivo que lo puramente artístico y, eso también, hacerlo con un gusto exquisito.
Es lo que pudieron disfrutar anoche en la Magdalena las casi doscientas personas que vibraron con un espectáculo llamado a crecer en repertorio y en recorrido gracias a una artista enorme, La Trini, a la que tendremos oportunidad de escuchar de nuevo en el Patio de Los Naranjos de la Mezquita Catedral el viernes 4 de abril, conmemorando el décimo aniversario de su disco ‘Saeta’, en un concierto organizado por el Cabildo Catedral como estupendo preludio para la Semana Santa.