El rodadero de los lobosJesús Cabrera

El incómodo

La derecha de la época no simpatizaba en absoluto con él pero este escritor tampoco tragaba con la deriva que tomaron los partidos de izquierdas

Actualizada 11:29

Si alguna vez usted nombra a Manuel Chaves Nogales y advierte que alguien agria el gesto o se remueve en la silla, no lo dude: esa persona es de izquierdas. Y no es porque el genial periodista y escritor sevillano fuera de derechas, qué va, sino porque con su obra desmonta los relatos edulcorados que se han construido para mitificar la Segunda República y para cambiar el rumbo de la Guerra Civil.

Chaves Nogales era de izquierdas y republicano, que quede claro. La derecha de la época no simpatizaba en absoluto con él pero este escritor tampoco tragaba con la deriva que tomaron los partidos de izquierdas ni con el comportamiento de éstos durante la contienda. Lo mejor es que todo lo dejó escrito, magníficamente escrito, sin que nadie se lo contara, porque él fue testigo directo de los hechos narrados.

Manuel Chaves Nogales

Manuel Chaves NogalesWeb de Manuel Chaves Nogales

En su libro ‘A sangre y fuego’ relata en un capítulo lo que hacía un bando y en el siguiente hablaba de los contrarios. Esto, lógicamente, no se publicó en el franquismo, porque hay un 50 por ciento de páginas que lo dejaba muy mal. Luego, con la democracia, tampoco corrió mejor suerte el libro, porque los de las trincheras contrarias quedaban retratados hasta el más mínimo detalle. Por si esto fuera poco, el prólogo del libro es un alegato, sentido y sincero, contra la Guerra Civil, sin alharacas ni postureros.

Salió de España antes de terminar el conflicto y, como señaló, “en mi decisión pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid como la que vertían los aviones de Franco, asesinando mujeres y niños inocentes. Y tanto o más miedo tenía de la barbarie de los moros, los bandidos del Tercio y los asesinos de la Falange, que a la de los analfabetos anarquistas o comunistas».

La misma suerte corrió la gran Elena Fortún con su ‘Celia en la revolución’, que no vio la luz hasta 1987 porque nadie salía bien parado con la descripción de lo que ella fue testigo. O qué decir de Clara Campoamor con su ‘La revolución española vista por una republicana’, un libro que ponía de los nervios a la izquierda y que lo esquivaban hasta que en 2005 vio la luz traducido al español. Desde ese momento, a Campoamor la bajaron del altar de la progresía para dejar de rendirle culto y tratarla con la más cruel indiferencia.

Pues Chaves Nogales, que vivió en Córdoba unos años y aquí nació su hija Pilar, vuelve a la ciudad con la exposición ‘Cuadernos y lugares’ que se puede visitar en la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía (calle Capitulares, 2) hasta el 29 de noviembre. Es una oportunidad que no hay que desaprovechar, porque quienes ya lo conocen pueden ahondar en su rica personalidad y producción literaria, y quienes no hayan tenido la suerte de escuchar su nombre pueden descubrir la valentía de quien en los tiempos más adversos supo anteponer su dignidad intelectual y su integridad moral a la disciplina política, lo que le costó morir en el exilio.

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