Hace ocho años, un 8 de septiembre de 2016, La Voz de Córdoba se publicaba por primera vez y en este formato digital, ya definitivo, de nuestra época. Un periódico que nacía de la necesidad que un amplio sector de la población cordobesa tenía de encontrar un medio escrito con un enfoque basado en el humanismo cristiano y que, sin ambages, fuera capaz de abordar muchos de los temas que, a fecha de hoy, son silenciados, proscritos o criticados en la mayoría de los medios de comunicación.
El panorama en ocho años no solo ha cambiado en ese sentido sino que ha ido a peor, fomentado por un Gobierno- y un presidente, sobre todo- que utiliza la polarización, los relatos maniqueos, la falsedad y las fronteras humanas y físicas para dividir a España y a los españoles. Aunque la vocación de este periódico es local, no podemos ser ajenos al escenario nacional en el que estamos, con la libertad de expresión seriamente amenaza por los que deciden qué tipo de discurso hay que tener, qué normal disidencia es un ‘delito de odio’ y ejerciendo un sentido totalitario y partidista no solo de las instituciones, sino de la propia agenda que la actualidad marca, en la que muchos temas capitales están supeditados a la censura o al menosprecio. Cada vez es más difícil abrir o mantener un debate sobre inmigración, la defensa de la vida, los derechos fundamentales, los problemas que trae consigo el globalismo o, sin ir más lejos, la dimensión cultural de la tauromaquia.
Se ha enviado a una caverna oscura a más de media España que no comparte ni los postulados del Gobierno ni las estrofas repetidas de los muchos medios que, como sicofantes, participan de este peligroso totalitarismo.
En estos ocho años de vida también nos ha tocado afrontar esos envites como medio de comunicación, algo que se consigue mucho mejor cuando de aliado y compañero en el camino se cuenta con un periódico como El Debate, que desde hace dos años forma parte de este proyecto informativo. Ello nos ha permitido llegar a más lectores y sobre todo, nos ha alentado a mantener el tipo. Llegamos a nuestro aniversario más fuertes, con una redacción que respira juventud y aires nuevos, siempre necesarios, y con la certeza de que la patrona de Córdoba nos ampara.
No se eligió un 8 de septiembre para iniciar esta andadura por azar. Nos encomendamos a la Virgen de la Fuensanta entonces y a ella agradecemos que ocho años más tarde nos haya ayudado a mantener el camino y los principios.
Y procuraremos, como siempre, hacerlo mejor cada día para todos aquellos que nos acompañan con su atención y, en muchos casos, con su cariño.
