Educación
Los alumnos de Sansueña se preparan para entender el Misterio Pascual
La labor diaria de los capellanes y profesores del colegio diocesano se hace fundamental para que los niños se acerquen, entiendan y participen de las festividades de la Iglesia
Los colegios de ideario católico tienen hoy día la gran labor de transmitir a sus alumnos lo que realmente van a vivir estos días: la muerte y Resurrección de Dios, «un Dios que da la vida por nosotros».
Así lo manifiestan desde el colegio Sansueña, de la Fundación Diocesana Santos Mártires, «que los alumnos puedan participar del Misterio Pascual, que participen en los oficios, núcleo central de nuestra fe, está en nuestras manos».
Conocer la liturgia de los días festivos
Solución para transmitir ese sentido de los oficios podría ser celebrar el Jueves Santo, Viernes Santo y Vigilia Pascual en el centro de la misma manera que se celebran otras festividades: San José, Miércoles de Ceniza, San Acisclo y Santa Victoria... «La imposibilidad de hacerlo por estar los alumnos en casa, y el desvirtuar lo que se celebra sacándolo fuera de su fecha en la semana de pasión, nos ha hecho pensar cómo buscar solución a esto» subrayan.
Los capellanes de Sansueña enseñan que quién ama a Jesús lo busca y quiere estar con Él. Esto es tarea que durante todo el año van transmitiendo a los chicos a través de la oración diaria, con la visita al Señor en la capilla del colegio, con las celebraciones eucarísticas por grupos de clase cada mes, celebraciones de festividades de la Iglesia, tutorías que les acercan a los tiempos litúrgicos, el conocimiento de los mártires... y sobre todo con el testimonio de santidad de cada uno de los docentes, «que hacen del acompañamiento en cualquiera de las asignaturas un ejemplo de vida, ejemplo para que los alumnos amen, busquen y quieran cada día más Dios».
A través de este pilar central, en lo diario, en lo cotidiano, es como consiguen esta cercanía de los alumnos con Dios. Pero, ¿cómo hacer para que se pueda participar del Triduo Pascual?
Tal y como explican desde el centro diocesano, parece una tarea difícil, ya que «a pesar de enseñarles y mostrarles este Amor tan grande que el Padre les tiene, ven incompatible el participar del Misterio con el poder ver las distintas estaciones de penitencia que procesionan por nuestra ciudad».
Pensar y meditar las acciones
Por ello, lo que sí está en manos del colegio es preparar el camino, ir sembrando y esperar que lo sembrado nazca y florezca.
Preparar una buena Cuaresma y el camino para la Pascua es parte de la solución para que los chicos puedan participar del Misterio Pascual. «¿Por qué tengo que hacer limosna? ¿Por qué tengo que hacer ayuno? ¿Por qué tengo que hacer oración? Todas estas preguntas nos acercan más a la gran pregunta: ¿Por qué Dios murió por mí? Son preguntas que tenemos que proponerles a nuestros alumnos para que de forma libre puedan pensar, meditar y reflexionar sobre sus acciones en Cuaresma» apuntan.
En este sentido añaden desde este centro diocesano que sería un error caer en la tentación de llenar de actividades estos días que han pasado de Cuaresma con dinámicas, decoración, dibujos... porque «la atmósfera es importante, pero hay que ir a la raíz, a la oración para acercarse a Dios y que se hagan la gran pregunta que antes hemos mencionado. De esta forma, los niños podrán tener este diálogo verdadero con Dios».
Proponerles preparar bien el sacramento de la reconciliación con un buen examen de conciencia, o enseñarles que pueden ofrecer la abstinencia del viernes, e invitarles a participar de la oración meditada del evangelio del día son propuestas factibles que «están al alcance de sus manos y así se lo podemos exponer» .
Predicar con el ejemplo
Comenzar la estación de penitencia como hicieron el pasado Viernes de Dolores con la celebración de la santa Misa se hace para darle este sentido antes mencionado a los alumnos, «Dios es Amor y se entrega porque nos Ama hasta el extremo, haciéndoles ver que las imágenes que procesionamos nos ayudan a recordar este Amor que nos tiene, y que se hace presente en la Eucaristía. Rezar el Viacrucis en el que meditamos cada paso desde que es condenado hasta que muere, nos ayuda a recordar que Dios es Amor y que sigue estando ahí por nosotros. Hablarles y formarles sobre el verdadero sentido de las hermandades y cofradías a los más mayores para alejarnos de los estereotipos por los que se dejan llevar. Acercarlos a todos a la capilla, desde los más pequeños hasta los más grandes, a hablar con su Padre».
Todo esto, y sobre todo la labor de cada día de los capellanes, seminaristas y profesores, es lo que les acerca a querer buscar y encontrar a Dios en esta semana de Pasión y a que quieran participar del Misterio del Triduo Pascual. Así lo aprenden, así lo sienten y como afirman desde el colegio, «sembramos y regamos, esperamos ver la cosecha con esperanza y con fe».