El obispo, Demetrio Fernández

El obispo, Demetrio FernándezAlvaro Tejero

Mes de julio, mes de la preciosísima Sangre

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, nos explica en su carta pastoral semanal que «hemos sido rescatados, no con plata ni oro, corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo, como cordero sin defecto ni mancha»

En su reciente carta pastoral titulada «Mes de julio, mes de la preciosísima Sangre», el obispo de Córdoba nos explica que, además de la liturgia, en la que celebramos el misterio completo de Cristo en sus distintos aspectos, y lo hacemos misteriosamente presente en la Eucaristía de cada fiesta «la vida cristiana se alimenta también a otro nivel de la piedad popular, de la devoción a los distintos aspectos de Cristo y de su Madre santísima»

Monseñor nos explica que julio está dedicado a la preciosísima Sangre de Jesucristo, la sangre como «fuente de vida, de vigor. Se buscan donantes de sangre para salvar vidas. Derramar la sangre es expresar el amor hasta el extremo. Amar a la Patria y defenderla hasta la última gota de nuestra sangre, decimos en la jura de bandera».

El obispo nos invita reflexionar y que este mes «nos haga caer en la cuenta del precio al que hemos sido rescatados y nos haga conscientes de cuánto vale cada persona, y más cuando veamos pisoteada su dignidad».

Pueden leer íntegramente la carta pastoral en este enlace.

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