Misa oficiada por el obispo de la Diócesis, Demetrio Fernández

Misa oficiada por el obispo de la Diócesis, Demetrio FernándezLa Voz

«La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos»

San Acisclo y Santa Victoria, junto a San Pelagio, han recorrido las calles de la ciudad este domingo

San Acisclo, Santa Victoria y San Pelagio han dejado vívidas estampas por las calles de la ciudad en la mañana de este domingo, 17 de noviembre, en la procesión que recuerda a los fieles su martirio en nombre de Cristo y de la Fe cristiana.

La Fundación diocesana de Enseñanza «Santos Mártires de Córdoba» ha organizado esta procesión con los tres mártires de Córdoba, en la que ha participado el obispo de la Diócesis, monseñor Demetrio Fernández, el alcalde de Córdoba, José Mª Bellido, y la directora de la Fundación, Rocío Asensio, junto a los trabajadores y familias que forman parte de los colegios en los que estudian cinco mil alumnos.

Monseñor Demetrio Fernández ha resaltado en la misa previa a la procesión que en Córdoba, esta fiesta es muy grande porque son «nuestros santos patronos de toda la Diócesis, no sólo de Córdoba».

El prelado ha recordado en su homilía que «la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos» y que «la fe la hemos recibido del martirio y la intercesión de los santos mártires». «Ejemplos y testimonios no nos faltan», ha aclamado el pastor de la Diócesis dirigiéndose a los miembros que conforman la Fundación de Enseñanza, para indicarles después la importancia de ofrecer al alumnado la presencia de Dios, el amor de Jesucristo, la antropología cristiana, la visión del mundo y de la historia desde la fe cristiana.

Tras la misa, se llevó a cabo la procesión que culminó en el Seminario Mayor San Pelagio, poniendo así el broche de oro al «mes de los mártires» que han celebrado en los centros de la Fundación.

La directora de la Fundación ha recordado que en este Año jubilar de san Pelagio «nuestro joven mártir nos invita a ser valientes y a vivir nuestra vida con intensidad, porque su ejemplo nos inspira a buscar a Dios en lo cotidiano con una gran sonrisa». Asimismo, ha invitado a todos los participantes en la procesión a llevar en el corazón «la esperanza del amor».

Atención especial a los pobres

Este día ha coincidido con la VIII Jornada Mundial de los Pobres y el Obispo ha subrayado la importancia de la caridad fraterna, especialmente con los más pobres de la sociedad. «No tener a Dios es la mayor pobreza y aunque todos tenemos carencias y debilidades, debemos de atender especialmente a los pobres», ha apuntado añadiendo que «la solidaridad, la fraternidad y la atención a los pobres y necesitados es una consecuencia de quien ama a Jesucristo».

Monseñor Demetrio Fernández ha insistido en que «somos católicos, Dios nos ha hecho para amar a Dios y al prójimo, por lo que debemos plantearnos qué podría hacer yo en la fiesta de los Santos Mártires por nuestros hermanos necesitados: un anciano solo, un niño que sufre, un joven que no le encuentra sentido a la vida, un enfermo…» y ha instado a todos a abrir el corazón para que tengan un lugar privilegiado los pobres de hoy.

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