«La burla agresiva esconde heridas inconfesables, que hacen sufrir -y mucho- al que las padece»
Ante la burla sacrílega al Sagrado Corazón, el obispo dice que «sólo le cabe a un cristiano amar más, amar de otra manera, reparar la ofensa, sanar las heridas»
La burla sacrílega al Sagrado Corazón de Jesús, ocurrida esta Nochevieja en la cadena pública TVE centra la carta semanal del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, en la que muestra su «reprobación más absoluta a actos como este, que traspasan todas las barreras del respeto mutuo, de la convivencia democrática y de la vergüenza humana» a la vez que recuerda que «son actos que se repiten con cierta frecuencia en este mundo occidental de hondas raíces cristianas por parte de los que quieren arrancar tales raíces».
El prelado añade que quien actúa así «ha perdido en mucho su dignidad humana», porque «la burla agresiva esconde heridas inconfesables, que hacen sufrir -y mucho- al que las padece» y «si a esto se añade que detrás hay un apoyo institucional, sea del gobierno de turno, sea de los poderes reinantes, sea de quien sea, más grave todavía».
El perdón
En esta misiva, reconoce entender a los que protestan por verse ofendidos, así como que «la reacción natural es la de devolver ataque con ataque, insulto con insulto, y de esta manera no arreglamos nada, o no llegamos al fondo de la cuestión». Por esto recuerda un pasaje evangélico -"Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo”- y las palabras de Cristo en la cruz: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen».
A quienes piensan que con esta actitud pasiva no se consigue nada, Demetrio Fernández contrapone que quienes devuelven bien por mal «no se dejan llevar por la inercia reactiva de devolver mal por mal, sino que reaccionan dejándose mover por una novedad que viene de lo alto», ya que «una actitud de perdón a los enemigos solo puede venir de Dios».
Por último, el obispo reflexiona sobre la afirmación de quien ofende a los cristianos no es capaz de hacerlo con otra religiones. Sobre esto reconoce que «la reacción sería de tal calibre y la venganza sería de tal tamaño que nadie se atreve ni siquiera a intentarlo», ya que «sólo son capaces de hacerlo con los cristianos, porque saben que sólo ellos son capaces –no todos- de reaccionar como reacciona Cristo y reaccionan los mártires».
Así, concluye que «ante estos hechos que lamentamos y reprobamos sólo le cabe a un cristiano amar más, amar de otra manera, reparar la ofensa, sanar las heridas de donde salen esos insultos con un amor que no brota de la carne ni de la sangre, sino de Dios».
Puede leer íntegra esta carta semanal en el siguiente enlace.