El precedente

La Cabalgata de Reyes Magos de Córdoba cumple hoy, precisamente, 100 años y la de este año va a pasar a la historia no porque el Ayuntamiento haya decidido celebrar de forma especial esta efemerides sino porque será recordara en los anales como la del adelanto.

Hasta ahora, lo contaba ayer Rafa González en un artículo sobre esto, si llovía el 5 de enero se suspendía y punto, como ha ocurrido en cuatro ocasiones en los últimos 90 años. Si, en cambio, el agua no era una realidad sino una amenaza no cabían más que dos opciones: o se desafía el riesgo o se queda uno en casa.

Lo de este año ha cambiado el paradigma vigente hasta ahora. La sociedad actual no es la misma de décadas atrás y el relativismo ya se está infiltrando hasta en lo que parecía inmutable. El argumento decisivo para este cambio no ha sido otro que la ilusión de los niños. Cuando en distintos municipios de las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva se comenzó a hablar el jueves de la posibilidad de adelanto de la Cabalgata para no frustrar a los más pequeños se creó un efecto contagio al que nadie se atrevió a rebatir.

A partir de ahí se desencadenó la cascada de adelantos de cabalgatas, algo que es muy difícil de cuestionar y que desde estas líneas, por supuesto, no se va a hacer. Los niños están en el centro de la cuestión y eso es intocable.

Como se ha dicho, hasta ahora era inamovible la víspera del día de Reyes para celebrar la Cabalgata. O había o no había. A partir de este año ya existe el precedente de que se puede adelantar. Si un año, por ejemplo, hay una previsión de agua segura y abundante para los días 4 y 5 de enero, pues salen las carrozas el día 3 y aquí no pasa nada.

Y no pasaría nada porque la Cabalgata seguiría celebrándose dentro del tiempo de Navidad -esas fechas que incomodan a muchos, jejejeje- y, además, no perdería su carácter de anuncio de la Epifanía que, se quiera o no, no hay quien la mueva del día 6.

Lo curioso del caso es que ya se ha sentado un precedente y todo lo que hasta ahora parecía inmutable ha dejado de serlo. ¿Una Semana Santa pasada por agua se puede mover en el calendario? ¿Si hay previsión de aguacero para un 1 de mayo estarían dispuestos los liberados sindicales a sujetar la pancarta otro día?

Los medios de predicción meteorológica suelen fallar cada vez menos y ahora ya no te dan el día de la lluvia, sino que precisan hasta la hora y casi el minuto en el que caerán las primeras gotas. Esto, a la vez que una ventaja impagable, tiene también su riesgo. Carreras populares, maratones, medias maratones, Cruces de Mayo, la Feria de la Salud, la manifa del 8-M, la del 25-N, las romerías, las extraordinarias y todo lo que usted se pueda imaginar estará desde ahora en el aire a la espera del parte meteorológico de última hora.

El paradigma ha cambiado. La Cabalgata de 2025 ha sentado el precedente y a partir de ahora toda celebración pasa a ser fluida en el calendario, muy de acuerdo con los nuevos tiempos.