La ACdP mira al ámbito rural para exponer sus problemas, plantear retos y animar a la esperanza
Los Propagandistas celebran en Córdoba unas jornadas centradas en los territorios rurales
La Fundación Caja Rural del Sur ha abierto las puertas el centro cultural José Luis García Palacios a las Jornadas de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) en Córdoba que en esta ocasión han puesto el foco en los territorios rurales. La cita ha reunido a varios expertos para hablar de los principales problemas y los retos que tienen estas zonas, y aportar algunas de las soluciones posibles.
La bienvenida corrió a cargo del secretario de la ACdP en Córdoba, Antonio Muñoz, que citó al Papa Francisco cuando interpeló a los católicos hace algunos años a «salir a los caminos y oler a oveja», uno de los objetivos de estas jornadas: tener un acercamiento de primera mano del ámbito rural.
No es ajena ni mucho menos la ACdP al campo y sus hombres y mujeres. Juan Jurado Ballesta, Vicepresidente de la Fundación San Pablo CEU Andalucía y la Universidad Fernando III de Sevilla realizó la presentación de las jornadas explicando los orígenes de la ACdP desde su fundación en 1908 por el jesuita Ángel Ayala, unos inicios relacionados precisamente con los territorios rurales y el papel que jugaron junto a asociaciones como la Organización Católica de Agricultores . El campo era un reto para la propagación de la fe católica pero comprometida ésta con la formación y la cultura. No ha cambiado tanto en algunos de esos aspectos a tenor de lo expuesto por los participantes en la charla.
Una despensa en peligro por la despoblación
La mesa redonda que tuvo lugar a continuación estuvo moderada por Isabel Muñoz Cobos, veterinaria y experta en Desarrollo Rural, que dio paso a las intervenciones de Manuel Sánchez, Catedrático de Veterinaria en la Universidad de Córdoba; Raquel Santos, Directora de Relaciones institucionales y de la Fundación Cultural de Covap; Rafael Navas, Secretario General de Asaja Córdoba; Daniel Pizarro, Delegado en Córdoba del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Andalucía y Nieves Ramírez, Directora de la Escuela Familiar Agraria Yucatal.
La disparidad en los tipos de zonas, unas más desarrolladas que otras, donde la ganadería está presente en las más deprimidas, fue uno de los apuntes del catedrático Manuel Sánchez, que advirtió que el fenómeno de la despoblación va cada vez más rápido, con el riesgo que ello supone, a lo que hay que añadir la falta de comunicaciones, servicios e infraestructuras que las zonas rurales aún padecen en Andalucía y España.
Por su parte la directora de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno de Covap, Raquel Santos, destacó el papel de la formación y las iniciativas educadoras que realizan desde la entidad del Valle de los Pedroches, precisamente en el ámbito rural. Frente a los problemas expuestos, Santos propuso las oportunidades que siempre hay «de hacer cosas nuevas» y recordó que «cultura y agricultura tienen el mismo origen etimológico», reforzando así su argumento de que la formación es clave para superar los retos actuales en los territorios rurales.
Sostenibilidad sí, pero rentable
Menos optimista se mostró Rafael Navas, Secretario General de Asaja Córdoba, que puso sobre la mesa «la dicotomía que existe entre el mundo rural y el urbano», esferas que no se conocen entre ellas, sobre todo la urbana. Un desconocimiento que afecta a la importancia de la alimentación, que no se valora lo suficiente, según Navas. «La comida sale del campo», señaló el secretario general de Asaja Córdoba, que dibujó una «situación global de preocupación» y reivindicó la rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas, además de una sostenibilidad «que debe ser económica, social y medioambiental».
En la misma línea se mantuvo Daniel Pizarro, defendiendo el papel que el campo tiene como productor de la alimentación y sobre todo el escaso valor que se le da a los productos por parte de la población, debido según el ingeniero agrónomo, a los «precios asequibles» que no permiten ver a los consumidores «la mucha inversión que requiere». Avisó así mismo del riesgo de desabastecimiento y de la preocupante falta de personas en las zonas rurales. «Solo en Córdoba se han marchado 27.000 en los últimos años», señaló Pizarro.
La directora de la Escuela Familiar Agraria, Nieves Ramírez, se remontó a los orígenes de las EFA en España a mediados de los años 50, impulsadas por san Josemaría Escrivá de Balaguer, quien advertía la necesidad de promover la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los habitantes del medio rural, unas condiciones que eran muy precarias en la España de entonces. «Los problemas y los retos son similares a los de los años 60», señaló la directora de Yucatal, «en especial de las mujeres», subrayó. No obstante, la EFA se caracteriza por «educar en la esperanza» a sus alumnos, sobre todo «porque son jóvenes que no se quieren ir de su pueblo».
La ACdP y el medio rural
En sus primeros años, la ACdP participó en la creación de escuelas rurales y otras instituciones educativas en zonas donde el acceso a la educación era limitado. A través de estas iniciativas, la asociación fomentaba una educación alineada con los principios católicos y ayudaba a fortalecer el vínculo entre las tradiciones religiosas y las comunidades rurales. Además, en las décadas posteriores, la ACdP desarrolló iniciativas para combatir la pobreza rural, colaborando con otras organizaciones de la Iglesia en proyectos de asistencia y capacitación.
Durante la posguerra en España, la relación entre la ACdP y los territorios rurales cobró especial relevancia. Muchas comunidades rurales se vieron profundamente afectadas por las dificultades económicas de la época, y la ACdP trabajó activamente para impulsar programas de desarrollo y modernización que contribuyeran a mejorar las condiciones de vida.