Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso

Pablo Casado e Isabel Díaz AyusoEP

La crisis del PP de Madrid vista desde Génova y Sol

El equipo del Gobierno autonómico y la dirección nacional del PP han construido sendos relatos que difieren por completo a la hora de explicar los motivos del enfrentamiento

Perfil bajo y silencio total. Es la consigna que emana desde el PP nacional para rebajar la discusión sobre el liderazgo de la formación centroderechista en la Comunidad de Madrid. La idea consiste en proseguir con el calendario hasta la celebración del próximo congreso de los populares madrileños, previsto para mediados de 2022, sin caer por el camino en polémicas mediáticas. Con esta actitud pretenden diluir la imagen de división que espanta la entrada de votos. De puertas adentro, sin embargo, el malestar resulta máximo y nadie niega que –esta vez sí– la sangre ha llegado al río.

Aunque la realidad es tozuda, más tozuda aún suele ser la interpretación que los políticos realizan de la realidad. Tal es el caso de lo que sucede en las respectivas salas de máquinas de Génova y Sol, donde las melodías que interpretan sus respectivos factótums no podrían resultar más dispares. Cada equipo ha construido su relato, que incluye causas, dramatis personae y justificación moral, para explicar ante fieles y adversarios el porqué de esta crisis.

Al jefe de gabinete de Ayuso , MAR, se le observa como un maestro en el arte de la polarización política, con nula lealtad hacia el presidente nacional

La sensación predominante en el PP nacional es la perplejidad. Consideran normal cierto nivel de discusión dentro del partido, pero siempre dentro de un marco de lealtad a las siglas. A su juicio, Isabel Díaz Ayuso actúa por libre de forma sostenida y «cada vez más pública», sin voluntad de alcanzar acuerdos con la dirección. El promotor de dicha actitud sería Miguel Ángel Rodríguez, MAR. Al jefe de gabinete de Ayuso se le observa como un maestro en el arte de la polarización con nula lealtad hacia el presidente nacional y notable capacidad de influencia sobre la toma de decisiones de la presidenta autonómica.

Ahora bien, con cierto estoicismo reconocen que su relato –«una Juana de Arco que se revela ante la oligarquía de Génova, que la reprime por envidia»– resulta muy vendible. Donde no reina la resignación, sino cierta euforia, es ante las próximas elecciones autonómicas en Andalucía, donde dan por hecha la holgada victoria de Moreno Bonilla. «Juanma arrasará e impondrá su dictado a Vox, igual que hizo Ayuso en Madrid, precisamente con Vox. Si Abascal no acepta, a ver como explica a sus votantes que es él quien favorece el regreso a San Telmo del PSOE».

Ni acuerdo ni concordia

En la Puerta de Sol la interpretación de los hechos resulta opuesta. Recuerdan que entre mayo y junio desde la secretaría general de los populares se le reconoció a Ayuso el apoyo explícito para presidir el PP madrileño cuando llegara el congreso autonómico. «Muchos municipios del mal llamado 'cinturón rojo' están ahora en manos de gestoras del PSOE. Madrid no solo es la presidencia autonómica, sino 179 ayuntamientos. Hay que poner en marcha desde el partido una estrategia conjunta que abarque comunidad y municipios para derrotar a la izquierda», señalan fuentes de Sol. Los mismos interlocutores recuerdan que, llegado el verano, desde Génova la consigna giró hacia el «'ahora no toca hablar de la presidencia del PP madrileño'. La presidenta Ayuso mantuvo su silencio hasta septiembre, cuando dijo: basta».

Los dos años de Díaz Ayuso al frente del PP madrileño, en los que ha cosechado un incuestionable éxito electoral –de 30 escaños a 65–, constituyen un motivo más, a juicio de los interlocutores, para no dificultar su acceso al liderazgo regional, máxime cuando el resto de presidentes autonómicos ya tienen lo mismo a lo que ella aspira. «Esta anomalía Isabel la ha vivido en silencio, y eso que cada 15 días los periodistas le preguntaban cuando presidiría el PP de Madrid. ¿Qué alteración supone que la presidenta de Madrid lidere el PP de Madrid? No solo constituye algo legítimo, sino también un acto de coherencia con los votantes».

¿Qué sentido tiene filtrar hechos inexistentes, como que los consejeros del gobierno autonómico están divididos, o que existe un enfrentamiento entre alcaldes regionales del PP?, señalan fuentes de Sol

Las mismas fuentes de Sol recuerdan la reciente convención de Valencia, donde Ayuso dejó claro que su sitio era Madrid, «y solo Madrid». Ahora afirman vivir con estupor como en las últimas semanas la dirección nacional no termina de fijar la fecha del congreso que dirimirá el liderazgo del PP madrileño, al tiempo que se desliza a la prensa filtraciones de todo tipo e, incluso, nace una tercera vía: la de Almeida.

«Ella ha sido conciliadora, con mensajes en positivo, poniendo en valor la unidad. Y aquí estamos viviendo una sucesión de despropósitos. ¿Qué sentido tiene filtrar hechos inexistentes, como que los consejeros del Gobierno autonómico están divididos, o que hay un enfrentamiento entre alcaldes regionales del PP? Son otros, no Isabel, los que están bajando al ataque para resolver esto».

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