Más barata para beber y más cara para llenar piscinas: las claves de las nuevas tarifas del agua de Madrid

A partir del próximo verano, los madrileños pagarán menos por el agua que empleen para usos que se consideran esenciales para cubrir las necesidades vitales, como puede ser beber o cocinar, pero más si la emplean para el riego de jardines o el llenado de piscinas. Así se desprende del borrador sobre las nuevas tarifas de suministro de agua que la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura e Interior ya ha redactado.

Según ha adelantado el diario 20 Minutos, el nuevo proyecto de decreto que modificará la estructura tarifaria después de una década congelada, «penaliza el despilfarro, al aumentar el precio del metro cúbico cuanto más se consume». Sin embargo, también establece tarifas «más asequibles» para cubrir las necesidades básicas. De este modo, se extrae que la idea es que las tarifas sean «más progresivas» de tal manera que paguen menos el agua los que hacen un uso limitado de la misma, pero más los que más la utilicen.

Esto se va a conseguir, tal y como explica el citado periódico, reduciendo el número de m3 asociados a cada uno de los bloques en base a los que se factura el suministro del líquido elemento y uno específico para los grandes consumidores. También manteniendo la estacionalidad de la tarifa y encareciéndola en mayor medida en el verano (del 1 de junio al 30 de septiembre), la época del año más seca.

Así, ahora mismo, la tarifa de agua para usos del tipo doméstico, que suponen alrededor del 60 % de todos los que se hacen en la Comunidad de Madrid, se divide en tres bloques. El primer de ellos va de de 0 a 25 m3, el siguiente de 25 a 50 y más allá de esta cifra en periodos de dos meses. La propuesta con la que trabaja el Canal de Isabel II baja hasta los 20 m3 bimestrales el consumo asociado al primero de los tramos mientras aumenta en los tres siguientes en la misma proporción. Además, crea un cuarto bloque a partir de 60 m3.

En este último apartado se encuadrarían los consumos diarios por habitante de hasta 400 litros para una vivienda formada por una media de 2,5 habitantes, un uso del agua «desorbitado», si se tiene en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa el consumo óptimo de agua por habitante en 100 litros al día. Ambos son volúmenes muy alejados del promedio de 167 litros por persona y día que está actualmente asociado a los bloques de consumo, e incluso dista bastante de los 133 que pretende establecer ahora el Ejecutivo regional con esta modificación.

El Gobierno autonómico considera que la mayoría de familias no notarán este cambio en las tarifas porque se encuadran en el primer bloque, que varía su precio máximo un céntimo, mientras que el inmediatamente posterior -de 20 a 40 m3- crece entre cuatro y cinco céntimos. Sin embargo, aquellos usuarios que tengan jardines o piscinas sí que notarán la subida si están encuadrados en el cuarto bloque, el de nueva creación, porque cada m3 a partir de 60 se pagará en verano a 2,6341 euros, más de ocho veces más que los primeros 20 m3 consumidos.

Con estos cambios de tarifas, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha calculado que ingresará en el primer año de vigencia 57,3 millones de euros extra. Aunque a esa recaudación habría que restarle 2,5 millones por la actualización de la bonificación a familias numerosas.