Entrada al refugio antiaéreo de El Retiro

Entrada al refugio antiaéreo de El RetiroDaniel Vara

El refugio antiaéreo de la Guerra Civil que esconde El Retiro y guarda numerosos secretos

Cerca de la puerta de la Reina Mercedes se encuentra este espacio que «se construyó entre 1936 y 1938 y, por lo tanto, apenas se utilizó»

El Parque del Retiro guarda innumerables secretos a lo lardo de sus 125 hectáreas. Este espacio ha sido testigo de numerosos acontecimientos históricos como la guerra de la Independencia o la Guerra Civil, entre muchos otros. Durante este último periodo, se construyó un refugio antiaéreo para que los madrileños se pusiera a salvo y no sufrieran los impactos de las bombas y la metralla.

Cerca de la puerta de la Reina Mercedes se encuentra este espacio que «se construyó entre 1936 y 1938 y, por lo tanto, apenas se utilizó», explica Caridad Melgarejo, directora del Retiro.

Una pronunciada escalera nos lleva directamente al refugio antiaéreo que tiene dos plantas, en la superior se encuentran las letrinas donde estaban los retretes por si un bombardeo se prolongaba durante varias horas y las personas tenían que hacer sus necesidades.

Caridad Melgarejo subraya que «estos elementos de aseo se instalaron en la capa más superficial para poder limpiarlo con más facilidad y que los malos olores no invadiesen las habitaciones y pasillos del refugio que están en la planta más abajo».

Uno de los pasillos del refugio antiaéreo del Retiro

Uno de los pasillos del refugio antiaéreo del RetiroManuel M. García

En la cota inferior, el refugio -que se conserva en perfectas condiciones- se extiende hacia el este. Este espacio tiene una profundidad de ocho metros y se construyó en ladrillo y cemento porque de esta manera se aseguraban que las bomba de entre 50 y 100 kilos -que se lanzaban en aquella época- no afectaba al recinto.

Una de las curiosidades del refugio «es que tiene 150 metros de pasillo, pero cada 25 metros hace un quiebro, de forma que si desgraciadamente una bomba caía aquí, el daño se ceñía a esos 25 metros», apunta la directora del Retiro a El Debate.

El agua llega a filtrarse por los ladrillos del refugio

El agua llega a filtrarse por los ladrillos del refugioManuel M. García

Caridad subraya que durante los trabajos de limpieza se encontraron «puertas que se iban colocando por si acaso alguien ajeno invadía este espacio. Así, iban cerrando estos espacios con las puertas, de forma que era más complicado acceder al lugar».

En el refugio se pueden apreciar algunos remates en los pasillos, estos enganches se utilizaban para aclarar las mencionadas puertas. Este espacio también contaba con canalizaciones de agua que ayudaban al desagüe de residuos.

El refugio antiaéreo del Retiro

El refugio antiaéreo del RetiroManuel M. García

Tras un primer quiebro (pasados los 25 metros), se encuentra un rebaje que se utilizaba para colocar unas tablillas y que las personas que se refugiaban en este espacio, esperasen sentadas a que terminase el bombardeo. Caridad apunta que el refugio antiaéreo del Retiro tenía capacidad para 275 personas.

Este espacio contaba con un generador de aire para que las personas no muriesen asfixiadas, de ahí que tenga diferentes cavidades. Además, con el paso del tiempo, la naturaleza ha empezado a invadir este lugar y algunas raíces se han llegado colar sin provocar grandes desperfectos.

Otra de las salidas del refugio del Retiro

Otra de las salidas del refugio del RetiroManuel M. García

El refugio antiaéreo también cuenta con algunos huecos que son respiraderos que van directamente superficie para que el aire también pudiera entrar de forma natural. Otra de las peculiaridades que tiene es que contaba con un sistema eléctrico independiente.

«Durante un ataque aéreo la ciudad debía permanecer a oscuras para que no se revelase ninguna posición, en cambio, el refugio sí que tenía luz porque si lo haces a oscuras el terror debía ser aún mayor», remarca la directora del parque madrileño

El refugio antiaéreo del Retiro contaba con tres salidas -en la actualidad solo una está operativa-, una daba a la avenida Menéndez Pelayo que tuvo que ser clausurada porque pasan miles de coches a diario. La otra da al Parque de la Florida y también se cerró.

Salida del refugio antiaéreo del Retiro

Salida del refugio antiaéreo del RetiroManuel M. García

Otra de las curiosidades que guarda este lugar tiene que ver con la posguerra. El Ayuntamiento de Madrid pensó que tenían que darle un uso a este espacio y lo convirtió en un criadero de champiñones. Lo cubrió con un sustrato vegetal aceptable para el desarrollo de este hongo que a posteriori se le entregaba a muchas personas.

«Nuestra actuación en en este refugio fue retirar los restos que había de sustrato y limpiarlo a fondo. Si os fijáis, hay una marca en las paredes que indica hasta donde llegaba la tierra», señala Caridad Melgarejo.

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