Los test de drogas a conductores en Madrid aumentarán en los próximos meses
El Gobierno regional ha invertido 200.000 euros para que los controles también aumenten en los pequeños municipios
los agentes de la Policía Municipal de cada municipio de la región dispondrán de más equipos de detención de alcohol y drogas al volante. El Gobierno Regional facilitará el acceso a todo tipo de recursos para poder disuadir a los ciudadanos del consumo de estupefacientes. De esta manera, se prevé que se puede reducir el número de accidentes asociados a la ingesta de drogas.
Al dotar a las regiones más pequeñas de poder comprar equipos de detección de drogas tanto a los agentes de Policía Municipal como a la Guardia Civil se espera que la seguridad vial aumente. «La Comunidad pondrá a disposición de los municipios una línea de subvención para realizar la compra de estos dispositivos», señaló el director general de Seguridad, Luis Miguel González.
Se invertirán 200.000 euros el año que viene desde el Ejecutivo para adquirir los test que permiten confirmar en el momento de la realización si el conductor a consumido o no drogas. Los test son unas tiras que al recoger saliva reaccionan con a presencia de diversos tipos de drogas: cocaína, cannabis, opiáceos, anfetaminas y metanfetaminas.
Los resultados pueden ser positivos hasta horas e incluso días después de la realización de la prueba, dependiendo de la cantidad y el hábito de consumo. Hasta el momento estos controles se realizaban en los municipios grandes.
El objetivo principal de estos controles es reducir el número de muertes relacionadas con el consumo de drogas que según el Gobierno regional es de 300, sumando sobredosis, accidentes de tráfico y suicidios.
La multa
En caso de que un usuario de positivo en un control la multa es de 1.000 euros y la retirad de seis puntos del carnet de conducir. En casos de mayor gravedad pueden darse penas de prisión de entre tres y seis meses o multa de seis a doce meses o, trabajos en beneficios de la Comunidad de 30 a 90 días. A estas diferentes penas se le suman la privación del derecho de conducir que podría extenderse hasta cuatro años.
En el caso de que un conductor se niegue a realizar el test, puede acarrear penas de seis meses a un año y la prohibición de coger el coche entre uno y cuatro años. Los agentes «realizan un curso básico de de seis meses antes de su ingreso» donde «estudian todo el procedimiento sobre las drogas», dijo el director general. Asimismo, llevan a cabo una formación especializada de manera continua sobre al detección de drogas en conductores.