Seguridad
La Policía Municipal de Madrid activó 160 veces su protocolo de pistolas táser
Con ello «se han impedido muchas autolesiones y daños a menores»
Desde hace cuatro años que la Policía Municipal de Madrid comenzó a emplear las táser. Son pistolas eléctricas que paralizan a una persona si la situación lo amerita. Habiendo pasado tanto tiempo desde su implementación, los datos reflejan que los efectivos policiales se vieron obligados a hacer uso de estas pistolas en 13 ocasiones, mientras que el protocolo se activó 160 veces.
Por supuesto, las táser no generan ningún daño personal. De cualquier forma, los dispositivos poseen una cámara que se encarga de grabar su actuación cuando son utilizadas para asegurarse de que se use correctamente.
La vicealcaldesa y delegada de Seguridad y Emergencias de la ciudad, Inma Sanz, se pronunció sobre el uso por parte de la Policía Municipal de Madrid de estos dispositivos electrónicos de control, el pasado martes (DEC). Asimismo, presenció una exhibición de los entrenamientos en el Centro Integral de Formación de Seguridad y Emergencias (CIFSE).
De acuerdo con lo marcado por la estadística, en el 92 % de los casos en los que se activó el protocolo táser, bastó para controlar la situación. Por lo que Sanz resaltó el «alto poder disuasorio» de estos dispositivos «que han servido para solventar situaciones de alto riesgo y gravedad» en estos cuatro años de uso.
«Se han evitado muchas situaciones de autolesiones y de personas que tenían a un menor retenido y siempre con armas blancas de por medio», señaló Sanz.
Por su parte, la Policía Municipal dispone de 350 pistolas táser, distribuidos en 22 comisarías de distrito y otras unidades.
«Es un dispositivo que lo que sirve es para incapacitar a un sujeto intentando hacer el menor daño posible. Generan una congestión muscular externa del sujeto durante cinco segundos, nunca más tiempo, para que el policía pueda interactuar con él y de esa manera pueda salvar su vida o quitarle el objeto peligroso que tuviera», expresó uno de los agentes el pasado martes.
Para poder ostentar de los 350 dispositivos, con dos cámaras cada uno, el Ayuntamiento de Madrid invirtió una suma de 1,3 millones de euros. Su uso requiere de capacitación, por eso se ha formado a 2.200 agentes para que puedan emplearlas idóneamente.
Finalmente, Sanz también narró alguno de los momentos en los que el táser solucionó un problema, tal es el caso de un hombre en Puente de Vallecas que había amenazado con suicidarse y fue inmovilizado tras una hora de negociación.