Cinco vinos españoles para disfrutar y maridar en el Día Mundial de la Pasta

cuando se trata de maridar pasta con vino, el secreto del éxito radica en encontrar el equilibrio perfecto entre esa fusión de sabores que definimos por armonía o bien por contraste. Los vinos blancos y rosados que tenemos en España pueden ser una gran opción para acompañar estos platos de una comida que, por otra parte, es un clásico a nivel internacional.

La pasta se consume como plato estrella o simplemente como recurso en muchos restaurantes a nivel nacional e internacional. En cualquier viaje o en cualquier restaurante que vayamos siempre encontraremos un plato de pasta para librarnos de una decisión difícil para elegir aquellos que no sabemos lo que será o porque, simplemente, es lo que más nos apetece en ese momento.

El maridaje por armonía destaca los sabores similares entre el plato y el vino, creando una afinidad en cada bocado, mientras que el maridaje por contraste juega con las diferencias, realzando los sabores de manera complementaria. En el Día Mundial de la Pasta, hago una selección de vinos blancos y rosados españoles que, por sus variedades de uva y su frescura, son el acompañamiento ideal para distintos tipos de pasta.

Una de las estrellas de este acompañamiento puede ser el vino de la variedad Albariño. Es uno de los grandes blancos de España y con un prestigio internacional. En este caso, escojo el Veiga Naúm de las Rías Baixas. Este vino, elaborado con uvas 100% Albariño, se caracteriza por su frescura y toques cítricos, lo que lo convierte en un acompañante perfecto para un plato de spaghetti alle vongole o con almejas. El sabor mineral y las notas de fruta blanca armonizan de forma perfecta con los matices salinos de las almejas, mientras que su acidez refrescante contrasta de manera agradable con la untuosidad de la pasta.

De las variedades blancas más reconocidas también a nivel internacional se sitúa la Verdejo de Rueda. Los vinos de Verdejo han ganado también en estructura y concentración. El vino Naiades es un vino serio, concentrado y varietal, máxima expresión de esta uva que a lo largo de los años ha ganado popularidad por su frescura y su carácter herbáceo. En este caso, el envejecimiento de siete meses sobre lías añade cuerpo y complejidad al vino, creando un perfil ideal para maridar con fettuccine Alfredo. La textura cremosa de esta salsa se equilibra perfectamente con la untuosidad del Verdejo, mientras que sus notas de hinojo y manzana verde contrastan de manera elegante con la riqueza del queso parmesano y la mantequilla que contiene esta versión italiana.

La Garnacha Blanca es una variedad menos conocida, pero que aporta vinos de gran carácter en regiones también desconocidas como Teruel. El vino Lo Pou Blanco ofrece aromas cítricos con notas florales y de frutos secos. En un segundo plano se perciben los matices aportados por la barrica, que lo hacen el compañero perfecto para una lasaña de verduras. Aquí, el maridaje por afinidad destaca, ya que los sabores herbáceos de la lasaña se ven potenciados por las notas florales y frutales del vino, mientras que su untuosidad, buena acidez y largo posgusto equilibra las capas de pasta y bechamel.

Por otra parte, un rosado siempre es una opción versátil. En el caso de estos vinos de Navarra elaborados con la variedad Garnacha, el Marco Real Rosé Blush puede ser ideal para acompañar un penne all’arrabbiata. La frescura y el toque frutal de este rosado suavizan el picante del plato, mientras que su volumen y redondez en boca, conservando la frescura que buscan los amantes de los rosados modernos contrastan con el sabor fuerte del tomate y el ajo. Aquí, el contraste juega un papel clave, equilibrando la intensidad del plato con la frescura y untuosidad del vino.

Si hay un rosado especial elaborado con una variedad también especial es el que podemos encontrar en el Bierzo. Con la variedad Prieto Picudo se elaboran vinos como el Tombú, un rosado brillante con color salmón pálido, nariz intensa de mora, fresa y violeta; y sabroso, refrescante, que lo convierte en el maridaje perfecto para una elección ideal para acompañar un plato de pasta como los tagliatelle alla marinara. La acidez natural y la vivacidad del rosado Prieto Picudo contrastan de manera refrescante con la dulzura y acidez del tomate, mientras que las notas de fresas y frambuesas del vino realzan los sabores herbales de la albahaca

Ya sea por armonía o por contraste, el maridaje entre vinos y pasta es una experiencia para seguir probando y descubriendo. Necesitamos en la vida la relación con los demás, con nuestros familiares, amigos y compañeros. La pasta también necesita relacionarse con los vinos. Una buena manera de celebrar el Día Mundial de la Pasta que se celebra hoy día 25 de octubre, es disfrutando de estos vinos blancos y rosados, seleccionados de forma especial por las variedades de uva y su capacidad de resaltar cada plato.

Tiempo de Vinos (www.tiempodevinos.com)