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Ningufoneo es dejar de prestar atención al entorno para dedicárselo solo al móvil

Ningufoneo es dejar de prestar atención al entorno para dedicárselo solo al móvilGtres

Salud digital

'Ningufoneo' o 'phubbing' en el hogar: cuando el móvil rompe con la comunicación familiar

Un estudio de la Universidad de Zaragoza ha destacado que más de la mitad de los jóvenes de entre 15 y 17 años lo realiza de forma habitual: ignoran a sus amigos y familiares en una conversación para mirar el móvil

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. En esta habría que ver desde arriba, como en las películas, un hogar. En él se está produciendo una escena cada vez más familiar. No porque sus miembros se estén reuniendo para compartir un tiempo de calidad y estrechar sus lazos, sino porque es cada vez más usual que bajo un mismo techo padres e hijos dejen de prestarse atención en el momento en el que tienen delante su teléfono móvil, el ordenador y la televisión.

Esta acción llamada comúnmente phubbing –del inglés: snubbing (ignorar) y phone (teléfono)– o en español ningufoneo supone, según lo define la Fundéu, que una persona solo presta atención a su dispositivo móvil sin hacer caso de su entorno, sobre todo a las personas que le rodean. Un estudio de la Universidad de Zaragoza ha destacado que más de la mitad de los jóvenes de entre 15 y 17 años lo realiza de forma habitual: ignoran a sus amigos y familiares mientras están hablando para mirar el móvil.

Este fenómeno, que ya fue nombrado en el año 2012, también atañe a los adultos. El 52 % de los padres confiesa que las pantallas reducen su tiempo de vida en familia y un 16 % reconoce que genera problemas diarios en su hogar, según el estudio de Qustodio, De Alpha a Zeta, educando a las generaciones digitales.

Santa Teresa de Calcuta decía a los padres: «No te preocupes porque tus hijos no te escuchan, ellos te observan todo el día». El ejemplo es una herramienta ampliamente eficaz en la educación de los niños. Cuando ven a sus adultos de referencia pasar las horas delante del móvil, el televisor o el ordenador, o responder una llamada o un mensaje sentados en la mesa de la comida, no dudarán en hacerlo ellos también.

Numerosos son ya los estudios que ahondan cada vez más en los perjuicios del abuso de pantallas: problemas de sueño, bajada del rendimiento escolar, obesidad, aislamiento, exposición al ciberacoso, conductas adictivas… No en balde, expertos en salud digital avisan de que los niños españoles pasan de media cuatro horas al día delante de una pantalla. El phubbing es una consecuencia más del exceso de tiempo con dispositivos que, sobre todo en los más pequeños, acaba deformando la percepción entre lo real y lo virtual.

«Vivimos en una burbuja tecnológica continua, estamos hiperconectados y a veces cuesta salir de ella para dedicar tiempo exclusivo a familiares y amigos», expresa Eduardo Cruz, CEO de Qustudio, que añade: «Si los niños observan esta conducta en sus padres, es normal que la normalicen e integren en su día a día. Hay que ser conscientes de ello y no darle la espalda a un problema presente en cada vez más familias».

Estrechamente ligado al ningufoneo, ha surgido también la nomofobia: el miedo irracional a estar sin móvil. Los españoles de entre 18 y 35 son los europeos que más lo sufren (el 81 %), solo superados por los italianos, según un estudio realizado por la compañía telefónica OnePlus.

La alternativa sigue estando ahí, como lo estuvo durante la infancia de quienes ahora son padres de niños que han venido con la tableta debajo del padre. Ellos tuvieron una niñez offline, desconectada. Además de ciertos límites en el hogar, como que el uso de los dispositivos tecnológicos se haga en zonas comunes de la casa, ofrecer actividades de ocio alternativas a las pantallas, divertidas y en familia, podrá hacer reducir ese tiempo que uno pasa con el móvil y, mientras, fomentar la comunicación familiar.

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