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Una niña hiperregalada muestra su contrariedad ante demasiados regalos recibidos por Navidad

Una niña hiperregalada muestra su contrariedad ante demasiados regalos recibidos por NavidadIrina Belcikova

Cómo evitar el síndrome del niño hiperregalado

Los niños reciben multitud de estímulos relacionados con la Navidad y el momento que más les entusiasma sin duda es la llegada de los Reyes Magos», apunta la psicóloga

Baja tolerancia a la frustración, sobreestimulación sensorial, desbordamiento emocional o dificultad para mantener la atención son algunas de las consecuencias más destacadas del síndrome del niño hiperregalado. Es común también en este sentido que el menor que lo sufre llegue a un sentimiento de insatisfacción general, que hace que deje de valorar los regalos y sólo mira la cantidad que ha recibido, afirma la psicóloga Alba Jurado, «cuando lo realmente importante es el significado especial y la trascendencia sentimental del regalo».

La experta del Hospital Quirónsalud Córdoba explica que en las fiestas navideñas se suceden las celebraciones, los reencuentros familiares y los regalos. «Los niños reciben multitud de estímulos relacionados con la Navidad y el momento que más les entusiasma sin duda es la llegada de los Reyes Magos», apunta.

Al respecto, comenta que «reciben de media unos ocho regalos, sin discriminar por edades, de tal forma que, en muchas ocasiones, reciben el mismo número de regalos teniendo un año o nueve». Los niños no sólo reciben regalos en Navidad, sino a lo largo del año, cumpleaños, visitas de familiares, recompensas por logros escolares o conductuales. Por eso, «debemos tomar conciencia de que no todo vale y que se debe regular la cantidad de regalos que reciben», precisa.

Para evitar que se produzca este síndrome en el niño, lo primero y más importante es establecer un límite para el número de regalos que recibirá, «planificando con anterioridad qué pedirá cada familiar a los Reyes Magos para el niño». Lo más adecuado es preguntar a los padres qué necesitan realmente los pequeños y ceñirnos a sus peticiones, lo que puede ser una forma de colaborar en esta regulación de regalos. De esta manera, se evita que reciban doble regalo, el que los padres prefieren para él según sus necesidades y lo que quieren potenciar en él y, por otra parte, el que la familia o amigos eligen sin tener muy claro el criterio.

En segundo lugar, cuando no se pueda evitar recibir un número elevado de regalos, es aconsejable administrar la apertura de estos según su edad. En menores de dos años no se recomienda más de dos, por lo que el resto es mejor guardarlos e ir dándoselos a medida que se acerque la edad recomendada para cada juguete o según se vayan necesitando.

Esta psicóloga resalta que cuando los niños son más mayores, es esencial que tomen conciencia de que hay que ir haciendo un cribado de los juguetes que ya tienen, seleccionando los que no usan y ofreciéndolos para donar o regalar a alguien que lo necesite. De esta manera, «prevenimos que desarrollen un apego extremo a objetos materiales y la necesidad de acumular sin control, y aprenderán a separarse de algo que les ha servido durante un tiempo, pero que ya no necesitan», detalla.

A partir de los cuatro años, se aplica la regla de los cuatro regalos, esto es, algo que desee, algo que necesite, algo que pueda llevar y algo educativo, aunque esta orientación puede ser flexible, dependiendo de cada niño y de lo que ya tenga. Como los niños reciben regalos en distintas ocasiones a lo largo del año, una buena forma de gestionar esto es regalando experiencias y no sólo objetos materiales.

Por ejemplo, se puede pedir a los Reyes Magos visitar una exposición de temática infantil o juvenil, un concierto o un viaje familiar. Así, «los niños aprenderán a ver estas experiencias y momentos familiares como lo que realmente son, un regalo de gran valor», remarca la psicóloga.

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