¿Cuántos regalos es apropiado que los Reyes traigan a los niños?
En estas fechas se corre el peligro de que el menor caiga en el síndrome del hiperregalado, que genera en los hijos falta de motivación por el regalo y disminuye su tolerancia a la frustración
La mañana del 6 de enero es mágica para los niños. Se levantan para ver el árbol de Navidad rodeado de regalos para toda la familia. En sus cartas, seguramente los pequeños de la casa pidieron buena parte del catálogo y de ahí sus majestades, los Magos de Oriente o sus pajes han tenido que elegir cuáles escogían y cuáles dejaban para otro año.
¿Cuántos son apropiados para un niño? Corre el peligro de que el menor caiga en el síndrome del hiperregalado, que genera en los hijos falta de motivación por el regalo y disminuye su tolerancia a la frustración, al pensar que pueden tener todo lo que piden. Los expertos en psicología infantil señalan que limitar el número de obsequios ayuda a los niños a valorar más lo que reciben y a comprender que la Navidad va más allá del acto de consumir.
Así las cosas, ha surgido la llamada regla de los cuatro regalos. Esta norma prioriza la calidad ante la cantidad y busca enseñar a los niños el valor de los regalos. El esquema que sigue es sencillo: regalar a un menor algo que desee, algo que necesite, otra cosa que pueda vestir y por último, algo para leer.
Cómo elegir el regalo más adecuado, según la edad
Los juguetes cumplen una función primordial en el aprendizaje de los niños, por lo que debemos tener en cuenta la edad recomendada a la hora de elegirlos. Alba Jurado, psicóloga infantil y juvenil del Hospital Quirónsalud Córdoba, explica que, de uno a dos años, los juguetes que más gustan suelen ser bloques de construcción, puzles encajables, pelotas, coches, muñecos, material sensorial o instrumentos musicales.
Entre los tres y los cinco años, los niños muestran un mayor desarrollo de habilidades cognitivas, como razonamiento o creatividad y ponen en práctica sus habilidades sociales. Los objetos más adecuados para esta edad son, entre otros, coches, muñecos, puzles y accesorios y material que permita la creatividad a través de la pintura o la construcción.
Entre los seis y los ocho años, continúa el desarrollo en las áreas que han ido adquiriendo y aumenta el interés por los iguales, prefiriendo juguetes que favorezcan la motricidad gruesa como bicicleta y pelotas, y la motricidad fina como juguetes de construcción, material para manualidades, puzles más complejos, juegos simbólicos y de roles, los instrumentos musicales, juegos cooperativos de mesa y de experimentos y ciencia.
De los nueve a los once años aumenta la complejidad con juegos de estrategia, reflexión o experimentación y también pueden disfrutar de complementos audiovisuales, electrónicos o deportivos o de entradas para espectáculos. Ya entre los 12 y los 14 años se produce un gran desarrollo de la identidad y la intimidad y ganan más importancia los amigos y el mundo de la tecnología, por lo que suelen decantarse por libros, música, entradas para espectáculos, complementos para deportes o tecnología, como videojuegos y un ordenador.