Esta es la sastrería centenaria que viste a la Princesa Leonor de militar

Cinco días lleva la cadete Borbón Ortiz instalada en la Academia Militar de Zaragoza. Pocos si los comparamos con los tres años de formación castrense que tiene por delante. En este tiempo, la Princesa de Asturias tendrá que dejar de lado el estilo que la ha llevado a ser una de las royals más elegantes de Europa y regirse por las duras normas del Ejército de Tierra.

Por deseo expreso de sus padres, los Reyes Felipe VI y Letizia, no tendrá privilegios y recibirá un trato igual al de los otros 300 soldados en cuanto al alojamiento, los estudios o los deportes (equitación, baloncesto y esquí). No hacer excepciones supone también asumir la «uniformidad» reglamentaria. Además de camisas, zapatos, pijamas y ropa interior en los tonos verdes pardo habituales, la Princesa Leonor recibirá varios trajes elaborados por sastrería aragonesa La Fama.

Localizada en la madrileña calle Conde de Aranda, La Fama fue fundada en 1923 por Jacinto Gonzalvo y su mujer, pasando conforme avanzaban los años a las siguientes generaciones de la familia. Cuando el nieto original del fundador se jubiló fue el turno de los empleados Cristina Cuber y Luis Arranz, principales sastres que llevaban tantos años en este negocio centenario que conocían su funcionamiento a la perfección.

Según puede leerse en su página web, comenzaron realizando cualquier tipo de vestimenta para después especializarse únicamente en indumentaria militar. Cada curso es habitual que alrededor de 500 cadetes acudan a su establecimiento para hacerse con sus uniformes: 250 del Ejército de Tierra, 100 guardias civiles y otro centenar de cuerpos comunes de seguridad. Todos ellos, incluida Leonor y su padre, el Príncipe Felipe, siguen el mismo protocolo: tomar las medidas del torso, cintura y largo de pantalón para proporcionarle la talla exacta.

De esta forma los cadetes se hacen con dos de los cuatro uniformes reglamentarios de los que tienen que disponer en sus años de Academia, los que utilizan en su desarrollo diario. El primero es el gris habitual para asistir a las clases. En este caso reciben dos trajes grises compuestos por pantalón y chaqueta, cuatro camisas de manga larga, cuatro de manga corta y una falda, en el caso de las mujeres. No se deben olvidar tampoco de la corbata, que llevan hasta mayo, cuando pueden dejar de ponérsela por instaurarse la temporada de verano.

El segundo uniforme que suele confeccionar la sastrería es el traje de calle o de representación, que consiste en un modelo color caqui de pantalón y chaqueta de ocho botones. Como en el caso anterior, las mujeres reciben a su vez una falda del mismo tejido que el resto de prendas: algodón mezclado con poliéster. El uniforme se completa con cuatro camisas caquis de manga larga y otras cuatro de verano.

Es el propio Ejército el encargado de proporcionar a La Fama el tejido necesario para el desarrollo de las prendas, aunque el resto del material, como forros interiores, botones o cremalleras, es asunto de la sastrería. Los dos uniformes restantes se encargan de gestionarlo directamente desde el centro militar, ya que se heredan cuando los recién licenciados terminan sus estudios.

Es el caso de la equipación completa para maniobras con la que ya hemos visto a la Princesa Leonor. La característica más reseñable es que tienen estampado de camuflaje y se lleva siempre con botas de campaña. La Princesa ha ido más allá y ha sorprendido al incluir en su chaqueta bordada sus dos apellidos, Borbón Ortiz, algo que no hizo su padre, que sólo lucía el primero.

En último lugar, se constará del traje de etiqueta o gala rojo y azul marino, con el que hacen el conocido acto de Jura de Bandera, que este año se llevará a cabo el próximo 7 de octubre. Se desconoce si en este caso tendrá uno nuevo. «Habitualmente se recuperan, siempre hay alguno nuevo e imagino que a ella se lo darán», explicó Luis Arranz en una entrevista.