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La trágica pérdida que marcó el éxito de Meryl Streep
Podría haber descarrilado su carrera, pero terminó encumbrándola
Meryl Streep aterrizaba en torno a las diez de la mañana del martes en Oviedo, sorprendiendo así a los asturianos que la esperaban un día más tarde en el hotel Reconquista. Allí se hospedará hasta el viernes 20 de octubre, cuando recoja el galardón a las Artes de los Premios Princesa 2023.
Feliz por tal reconocimiento, la intérprete estadounidense posaba sonriente sin una sola gota de maquillaje y luciendo su melena canosa de una forma envidiable. Tras hacer el check-in, se encontró con otros galardonados como Bonnie L. Bassler, Peter Greenberg o Haruki Murakami. Sin embargo, su agenda oficial comienza hoy, manteniendo a lo largo de la mañana un encuentro con una representación del profesorado y alumnado de 3.º y 4.º de ESO, Bachillerato y Formación Profesional de la comunidad autónoma. Un evento que se llevará a cabo en la Nave Almacén de la Fábrica de Armas de La Vega y servirá de antesala para la conversación que tendrá esta misma tarde con Antonio Banderas sobre su trayectoria profesional en el universo del cine.
Considerada por muchos la mejor actriz viva de Hollywood, Streep ha protagonizado más de 70 películas y posee el récord de nominaciones a los premios Oscar. Añadid a eso un matrimonio de cuatro décadas y cuatro hijos tan exitosos como ella y, a primera vista, parece que su vida ha sido perfecta. Sin embargo, gran parte de su angustia la vivió en su juventud. A finales de los años 70, cuando todavía se estaba haciendo un nombre, sufrió una pérdida terrible que podría haber descarrilado su carrera, pero, en un golpe paradójico de los acontecimientos, terminó encumbrándola.
Meryl Streep encontró su primer amor verdadero a una edad temprana. A los 29 años, conoció al actor John Cazale, de 41, cuando ambos consiguieron papeles en la producción de Medida por medida. Streep reconoció que «no se parecía a nadie que hubiera conocido». Cazale, por su parte, estaba igualmente enamorado. Por aquel entonces, él ya había participado en El padrino, era un actor de sobra conocido y en una visita a Al Pacino a un rodaje afirmó: «¿Sabes? He conocido a la mejor actriz de la historia. Trabajo con ella», le dijo entre toma y toma. Pacino ya se preguntó aquel día si la joven sería tan buena como decía su amigo o simplemente se había enamorado de ella. Finalmente, resultó ser un compendio de ambas.
Pese a que había una diferencia de edad de 14 años entre ambos, Streep y Cazale eran uña y carne y se complementaban a la perfección. Ella nunca respondió al estereotipo de belleza hollywoodiense y él, poco agraciado y calvo desde que era muy joven, tenía en su nerviosa forma de interpretar su gran virtud. Medida por medida no fue ningún éxito de taquilla, pero encajaba a la perfección con el tipo de cine que ambos querían hacer en el inicio de sus carreras.
Meses después de conocerse, la pareja comenzó a construir una vida juntos. Lamentablemente, la felicidad de la pareja dio un giro radical cuando a Cazale le diagnosticaron cáncer de pulmón avanzado. Poco menos de dos años después, John sucumbió y Meryl acabó devastada.
«Verla en ese acto de amor fue inconsolable. Lo más sorprendente era ver cómo estuvo a su lado durante toda la enfermedad», recuerda Al Pacino. «Cuando la vi allí con él pensé que eso era lo más importante. Por muy buena que sea en su trabajo, lo que veo cuando pienso en ella es ese momento, eso es lo que recuerdo».
Tal fue su tristeza que ni siquiera tuvo valor para volver a poner un solo pie en el piso que compartía con el actor. Fue su hermano el que le dijo que se mudase al estudio de un amigo, el escultor Don Gummer, mientras este estaba de vacaciones. La casualidad quiso que Gummer se acabase convirtiendo en la nueva pareja de la actriz y se casasen seis meses después de conocerse, con las consiguientes críticas de amigos y familia por haber olvidado a Cazale tan pronto.
A día de hoy, a sus 74 años y sin intención de jubilarse, Meryl Streep afirma, en cambio, que no ha superado del todo la pérdida de Cazale, pero que la actuación fue el bálsamo perfecto para canalizar su pérdida. Además, reconoce que gracias a Gummer ella pudo pasarse gran parte de su juventud en un rodaje. «Era el eje de todo, estaba feliz de cuidar a sus hijos para que yo pudiera estar en el set».