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El Príncipe Harry y Meghan Markle provocan a Buckingham con nuevo escudo real y página web
Un significativo aniversario será el motivo por el que la pareja cruce el Atlántico
Los exduques de Sussex parecen no tener suficiente. Lejos de conformarse con haberse alejado de la monarquía británica, contratacan a la Familia Real británica con el lanzamiento de su nueva página web, que venden como una «ventanilla única» para todas sus actividades y desde la que uno puede acceder a todos los proyectos que desarrollan desde su fundación Archewell y su productora Archewell Productions.
Lo significativo es que enlazan a su antigua y controvertida web, sussexroyal.com, la que tenían cuando se acaban de casar y aún eran miembros activos de la corona británica. La decisión ha sentado como un jarro de agua fría a Buckingham, que no solo se queja de la aparente vinculación con la monarquía, sino de la utilización de un escudo real para posibles fines comerciales futuros.
El lanzamiento del siglo web alimentó también la especulación de que están tratando de revitalizar sus carreras con medios y productoras. Sobre todo, después de que su acuerdo de 18 millones con Spotify acabase o los rumores de que el gigante del streaming, Netflix, se plantease no renovar con ellos.
Así lo prueba también las vitalistas biografías que se presentan en la web de ambos. El duque es descrito como un «veterano militar, humanitario, defensor de la salud mental y activista medioambiental. Su mujer, en cambio, como «una feminista defensora de los derechos humanos y la equidad de género».
Y todo ello en medio de la polémica por su reciente visita a Londres, que se produjo en Clarence House, con una duración de 45 minutos y sin reconciliación aparente. El exduque de Sussex voló desde California, donde reside desde hace varios años junto a Meghan Markle, poco después de conocer el diagnóstico de cáncer de su padre.
Once horas de vuelo después estaba en Londres, donde para sorpresa de todos no se instaló en ninguna residencia real, sino en un hotel de la ciudad, según confirmaron los tabloides británicos como Daily Mail o The mirror. Claro que teniendo en cuenta el tiempo exacto que estuvo en suelo británico, 23 horas, parece preciso matizar que no hubo reconciliación aparente entre ellos.
Eso no va a impedir, en cambio, que ya tenga fijada en el calendario su próxima visita a Londres. Será dentro de tres meses y para celebrar un aniversario especial, el de los Juegos Invictus, su proyecto más especial. La catedral de San Pablo acogerá un servicio religioso para conmemorar los diez años que cumple.
En esta ocasión, además, no iría solo, sino acompañado de Meghan Markle. Reacia a visitar Buckingham –solo lo ha hecho tras la muerte de Isabel II–, la otrora actriz podría hacer una excepción para apoyar a su marido en tal reconocimiento. Siempre le ha mostrado su apoyo en este tipo de citas y ha acudido con él a cada edición que se ha realizado desde que le conoce.
Con carácter itinerante, los Juegos Invictus se han convertido en el buque insignia de las labores sociales que abandera el Príncipe Harry. Están inspirados en los Warrior Games, un evento deportivo similar organizado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos y tienen lugar cada año desde 2013, alzándose como una especie de olimpiadas para reconocer a los veteranos de guerra que sufren algún tipo de lesión, ya sea física o mental, tras haber prestado servicio.
Esta misma semana los duques de Sussex viajarán a Canadá para dar el pistoletazo de salida a los Juegos de 2025, que se celebrarán en Vancouver, un lugar que significa mucho para la pareja, puesto que fue donde vivieron sus primeros meses tras abandonar la corona británica y antes de mudarse a su casa de Montecito.
Según han contado fuentes próximas al proyecto a The Times, Birminghan será la sede de los juegos en 2027, algo con lo que Harry se siente cómodo. «Entendemos que los Juegos siempre han contado con el apoyo del Resto de la Familia Real».