Todas las mujeres de Ábalos: tres matrimonios, una amante y una hija adolescente
El exministro de Transportes ha implicado a sus parejas en la trama de corrupción del caso PSOE
A José Luis Ábalos siempre le gustó el poder. También, el dinero, pero sobre todo, las mujeres. El exministro de Transportes está en el epicentro de los múltiples escándalos tanto políticos como personales. Implicado en el caso PSOE, un escándalo de corrupción que involucra a su protegido Koldo García, su carrera está marcada por sombras. Con tres matrimonios y cinco hijos, su vida familiar ha sido igual de conflictiva. Con su primera esposa, Pilar, tuvo dos hijos, y tras su separación, se casó con una segunda mujer de la que se sabe poco, con quien tuvo un hijo. Finalmente, su tercer matrimonio con Carolina Perles, con quien tuvo dos hijos más, que aún son menores de edad.
Su hijo mayor, Víctor Ábalos, ha sido protagonista de sus propias controversias por intentar usar las conexiones políticas de su padre para intermediar con empresas. Actualmente, Ábalos vive solo en Madrid con su hija adolescente, mientras sigue siendo una figura clave en los oscuros círculos de poder político.
Carolina Perles, 15 años más joven que José Luis Ábalos, fue una pieza clave en el rompecabezas de su vida, tanto en lo personal como en lo profesional. Funcionaria de la Policía Municipal de Valencia, aprobó las oposiciones en 2008, justo cuando Ábalos era concejal del PSOE, y en dos meses se casaron. Desde entonces, su relación ha estado marcada por controversias. En 2010, Carolina dejó su puesto de policía para unirse a la Fundación Fiadelso, presidida por su padre, Mario Perles, quien, casualmente, también ha recibido jugosas subvenciones. Ábalos, como siempre, no estuvo lejos, y las sospechas de favoritismos políticos no tardaron en surgir.
Cuando Ábalos se convirtió en ministro de Fomento, la historia no mejoró. Carolina se trasladó a Madrid, donde se acomodó en un puesto de libre designación como asesora en la Delegación del Gobierno, bajo la dirección de José Manuel Rodríguez Uribes. Su carrera parecía seguir la misma línea: designaciones dudosas a cambio de favores políticos. En 2021, Ábalos, en un intento de humanizar la situación, reveló que su esposa había luchado contra el cáncer.
Su actual novia
Tras su divorcio con Carolina, José Luis Ábalos comenzó una relación con Andrea, una joven malagueña de apenas 26 años, lo que supone una diferencia de edad de más de 35 años entre ellos. Esta relación no ha pasado desapercibida, especialmente por la conexión de Andrea con el polémico caso Koldo. Justo cuando Ábalos empezó su romance con Andrea, ella fundó la empresa inmobiliaria Galvanostudio SL, y la coincidencia temporal con el inicio de la investigación del caso Koldo no ha hecho más que aumentar las sospechas sobre posibles intereses ocultos en la pareja. La situación se complicó aún más cuando, recién separado de Carolina, Ábalos y Andrea fueron fotografiados juntos en el restaurante Casa Duque de Segovia en agosto de 2021, una salida que alimentó aún más las especulaciones sobre su relación y sus posibles implicaciones en los escándalos que rodean al exministro.
Antes de su relación con Andrea, José Luis Ábalos estuvo vinculado a Jessica, una joven vecina del humorista David Broncano en la Torre de Madrid, uno de los rascacielos más exclusivos de la ciudad. Esta relación se convirtió en otro capítulo polémico debido al alquiler de la vivienda de Jessica, que fue pagado con 82.298 euros por Víctor de Aldama, presunto líder de la trama Koldo, mientras Ábalos era ministro de Transportes. Este hecho ha disparado las sospechas sobre favores políticos a cambio de beneficios personales, un patrón que parece repetirse en su vida. Lo más revelador es que Ábalos habría mantenido esta relación paralela mientras seguía casado con Carolina Perles.
Además, se reveló que Jessica, quien era estudiante de odontología, recibía 1.500 euros al día por acompañar al exministro en sus viajes oficiales. Todo esto contribuye a reforzar la ya cuestionada reputación de Ábalos, marcada por conexiones turbias y favores dudosos.