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Iñaki Urdangarin, en una imagen de archivo

Iñaki Urdangarin, en una imagen de archivoGTRES

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El mapa inmobiliario de Iñaki Urdangarin tras recibir una cuantiosa herencia

Tras saldar sus deudas con la justicia liquidando su patrimonio, ha vuelto al mercado inmobiliario

Después de la tormenta, llega la calma. Tras años de dificultades y saldar sus deudas con la justicia, Iñaki Urdangarin ha vuelto al mundo inmobiliario. El exmarido de la Infanta Cristina se ha convertido nuevamente en propietario de un inmueble, según ha revelado Vanitatis. Se trata de un local de 135 metros cuadrados situado en el centro de Urretxu, un municipio guipuzcoano muy cercano a Zumárraga y de donde es originaria la familia Urdangarin.

Según el citado medio, este local, que anteriormente era una autoescuela, ha estado cerrado, lo que significa que no genera ingresos por alquiler. La propiedad estaba en manos de un matrimonio en régimen de gananciales, pero tras el fallecimiento de uno de los miembros en octubre de 2021, Urdangarin y sus seis hermanos heredaron la mitad del inmueble, sumándose a un total de ocho propietarios actuales. Aunque no es una fuente significativa de ingresos, el local tiene un valor añadido por su ubicación en una de las plazas más conocidas de la localidad.

Urretxu, antes conocida como Villarreal, tiene algo más de 6.000 habitantes y sigue siendo una localidad tranquila, ideal para quienes buscan un rincón apartado del bullicio. En cuanto al alquiler, un local similar de 100 metros cuadrados en la misma plaza podría generar unos 1.000 euros mensuales, lo que significa que cada propietario del local del el exduque de Palma podría recibir poco más de 100 euros si se llegara a alquilar.

Así, mientras su exmujer, Cristina de Borbón, y su hijo Pablo supervisan las obras de su piso en Barcelona, Urdangarin da un paso hacia la tranquilidad inmobiliaria, aunque con una propiedad mucho más modesta que las que tuvo en su época dorada.

Su vida como inquilino

Aunque las propiedades actuales de Iñaki no parecen generar grandes ingresos, lo que realmente parece importar en su vida actual es la estabilidad emocional. Parece que el exjugador de balonmano se siente satisfecho con su presente, viviendo en Vitoria junto a su novia Ainhoa Armentia y los dos hijos adolescentes de ella. El lugar donde residen, aunque sigue siendo alquilado, se encuentra en una lujosa urbanización a las afueras de Vitoria. Se trata de la urbanización Ciudad Jardín, una zona de 27.000 metros cuadrados de zonas comunes que ofrece comodidad y privacidad. Lo curioso es que Urdangarin ya había vivido en esta misma zona antes, cuando se alojaba en la casa de su madre, Claire Lieabert.

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En cuanto a los precios de alquiler en la zona, según Idealista, varían bastante dependiendo del tipo de vivienda: los alquileres de pisos de una habitación rondan los 1.200 euros, mientras que las viviendas de tres habitaciones pueden alcanzar los 2.800 euros mensuales. Aunque no se conoce si Urdangarin paga exactamente estos precios, la zona en la que se encuentra refleja un nivel de confort y tranquilidad que parece ser lo que más valora en esta etapa de su vida.

Lo cierto es que, a pesar de los altibajos de su vida personal, el excuñado del actual monarca, Felipe VI, sigue siendo un personaje de interés. Después de tres años junto a su novia, su relación ha ido dando pasos importantes. Este último diciembre, la vasca protagonizó un encuentro muy comentado con los cuatro hijos de su pareja, algo que no pasó desapercibido. Todo esto ocurrió tras la firma de su acuerdo de divorcio con la Infanta Cristina, un proceso que culminó a finales de 2023, aunque la noticia no se conoció hasta principios de 2024. Su separación, que fue oficial ante la ley tras la filtración de las imágenes de Urdangarin con Ainhoa, marcó un punto de inflexión en la vida del exduque de Palma.

Han sido años convulsos para él, que vivió su sonada separación, una sentencia de prisión de casi seis años que cumplió en régimen semiabierto, y una vez libre, tuvo que enfrentarse a una nueva realidad: liquidar todos sus bienes para hacer frente a las responsabilidades derivadas del caso Nóos. Tras vender su patrimonio, Urdangarin pasó a vivir en un piso alquilado con Ainhoa, y dejó atrás su último vínculo empresarial, la empresa Aizoon, que también cerró.

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