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El Príncipe de Gales, sirviendo una pinta

El Príncipe de Gales, sirviendo una pintaBBC

El Príncipe de Gales y el fin de las tradiciones

El heredero quiere administrar los asuntos a su manera y modernizar una institución cimentada en siglos de historia y tradiciones

Cuando un periodista le preguntó al Príncipe Guillermo en Sudáfrica, donde entregó los premios Earthshot de medioambiente, cómo aborda sus compromisos reales, contestó: «Intento hacerlo de forma diferente y para mi generación», centrado en la «filantropía de impacto, la colaboración y la ayuda a la gente. También voy a incluir la empatía… eso ayuda a influir en la vida de las personas». El heredero quiere administrar los asuntos a su manera y modernizar una institución cimentada en siglos de historia y tradiciones.

Aunque no es habitual que personalidades de la política, académicos o clérigos de la Iglesia Anglicana quieran opinar sobre el Príncipe de Gales, el Catedrático de Gobierno y Constitución de la University College London, Robert Hazell, nos comenta que «al igual que su abuela, la Reina Isabel, y su padre, el Rey Carlos, el Príncipe Guillermo es un hombre dedicado al servicio público, serio y trabajador, pero al proceder de una generación más joven, es más relajado e informal».

Ronda de cervezas en un pub

Guillermo ha cambiado los trajes y las corbatas con los pañuelos de seda de su padre por jerseys de lana de cuello redondo, chaquetas y pantalones sport y hasta se ha puesto un delantal para servir hamburguesas desde una caravana. Además, le atribuye mucha importancia a la proximidad física como forma de empatizar con los ciudadanos pues ha contestado llamadas telefónicas en un restaurante y ha invitado a una ronda de cervezas en un pub de fans del Aston Villa.

A diferencia de Carlos III, que durante años ha asumido cientos de patronazgos, Guillermo pretende reducir el número de compromisos oficiales, que le permite tener menor carga de trabajo, algo por lo que ha sido criticado, y centrarse en dos objetivos: defender el medio ambiente, legado que ha asumido del Rey, e intentar acabar con la falta de vivienda en Reino Unido, dos de las tres principales preocupaciones de los británicos. Interactuar con el público y dedicarse a las cuestiones que más le interesan a la gente tienen como objetivo mantener la monarquía relevante, especialmente entre los jóvenes, que son los más indiferentes con la institución.

Los Príncipes de Gales haciendo pasteles

Los Príncipes de Gales haciendo pastelesPA

Dedicar más tiempo a su familia

Hazell, condecorado con la Excelentísima Orden del Imperio Británico y al que entrevistaron para el documental Harry&Meghan, nos dice que Guillermo «está dispuesto a dedicar más tiempo a su familia, algo que Isabel o Carlos no pudieron hacer nunca». Precisamente para evitar que se repitan algunos errores del pasado que seguramente han contribuido a las tensiones entre padre e hijo, el Príncipe hace un esfuerzo por ser un padre más implicado y protector. Incluso para salvaguardar su intimidad llegó a demandar en los tribunales a varios tabloides. Esta diferencia sustancial con las generaciones anteriores, junto a preservar su matrimonio, tendrá efectos muy positivos para el futuro de la monarquía.

Foto guillermo kate cumpleaños

Con motivo del 42 cumpleaños del Príncipe de Gales, se publicó una fotografía disfrutando de un día de playa junto a sus hijos.GTRES

Alejado de las viejas tradiciones

Lo primero que nos comenta el profesor de Derecho de la Universidad de Kent, Tom Frost, sobre el Príncipe de Gales es que «Guillermo es conocido como alguien que no sigue las viejas tradiciones. Se casó con Kate, que no pertenecía a una familia de clase alta o aristocrática, lo que tradicionalmente no es lo que haría un futuro Rey». Esa ha sido posiblemente la primera ruptura de un uso y costumbre reales; aunque algunos se mantendrán, muchos otros ritos antiguos, esos… ¡no volverán!

Para evitar poner la mirada en el futuro siendo su presente tan breve, debido a la avanzada edad con la que Carlos III ha accedido al trono y a su enfermedad, se ha prescindido de la solemne ceremonia de investidura como Príncipe de Gales que él protagonizó en el castillo de Caernarfon en 1969, cuando contaba veinte años. En estos dos años y medio de reinado ni siquiera hay una fotografía oficial de su primogénito, que ya tiene cuarenta y dos años.

La religión no figura entre sus intereses personales

Guillermo ha anunciado que su coronación, un acto fundamentalmente religioso, será más breve, por lo que prescindirá de parte de la coreografía sagrada en la Abadía de Westminster. Aunque la religión no figura entre sus intereses personales, estará obligado a jurar que es un «fiel protestante» y que va a «mantener y preservar la inviolabilidad y el asentamiento de la Iglesia de Inglaterra». De hecho, a diferencia de Isabel II, devota anglicana, y de Carlos III, muy interesado en proteger y acercar las diferentes creencias, él no se encuentra a gusto en entornos espirituales, por lo que es bastante improbable que los domingos invite a obispos y clérigos a tomar el lunch en Windsor, Sandringham o Balmoral, una costumbre de su abuela que continúa manteniendo el Rey.

Carlos III, tras asistir al servicio religioso, en Sandringham

Carlos III, tras asistir al servicio religioso, en SandringhamGTRES

El que fue capellán de Isabel II, Gavin Ashenden, va más allá y cree que el Príncipe de Gales es agnóstico e incluso deja abierta la posibilidad de que pueda ser ateo. En relación con llevar el título simbólico de «Defensor de la fe», afirma que «no sabemos exactamente cómo está de preocupado. Si aún no lo sabe, alguien en algún momento tendrá que decirle sigilosamente que es una parte innegociable de todo el pack de la corona». El profesor Frost considera que «asistirá a servicios religiosos y cumplirá con los deberes como Rey de ser cabeza de la Iglesia de Inglaterra, pero no es especialmente religioso. La Church of England ya tiene sus propios problemas y controversias, y seguro que él se mantendrá al margen». «Paradógicamente», añade Ashenden, «la debilidad de la CofE, siendo una Iglesia no confesional y con pocos miembros, podría poner las cosas más fáciles y menos gravosas al heredero» a la hora de compatibilizar su falta de fe con el rol de ser cabeza de la Iglesia de Inglaterra.

Evita rodearse de intelectuales

El monarca y su primogénito aún tienen más intereses personales divergentes. Si el primero disfruta escuchando a los expertos en distintas materias, a Guillermo no le gusta rodearse de intelectuales. Como afirma el escritor próximo a la casa real, Robert Hardman, en su libro «Carlos III. The inside story», «Guillermo dirá: «no me consigas una reunión con un académico», él no busca compañía intelectual» y se siente más cómodo junto a celebrities. Si el Rey es un apasionado de la lectura, afición que hereda del Duque de Edimburgo, personas próximas al Príncipe de Gales lo consideran «un tipo pragmático (…), sólo recurre a los libros para informase de manera puntual sobre cuestiones concretas». Desde joven el soberano ha disfrutado subido a un escenario; sin embargo, a su hijo «no le gusta dar muchos discursos» y ha tenido que acostumbrarse a ocupar el centro de la escena. Se divierte con el cine de acción y es fan de Batman en la misma medida que Carlos lo es de Shakespeare.

En cuanto a su aspecto físico, se ha dejado barba, lo que le aporta madurez y tal vez muestra un momento de transición personal o una actitud más relajada frente al estricto protocolo de la Casa Windsor. En cualquier caso, supone romper con la etiqueta que siempre ha seguido su padre. Recordemos que el Príncipe Harry tuvo que pedirle permiso a la Reina Isabel para poder lucir barba el día de su boda, como ha contado el Duque de Sussex en sus explosivas memorias.

Acabar con un símbolo nacional

Más repercusión supone acabar con un símbolo nacional que hasta el momento no está dispuesto a mantener, como es vestir la falda escocesa que desde joven ha lucido tan digna y elegantemente Carlos de Inglaterra. Mientras este cuenta con un tartán personal, patrón de cuadros reservado exclusivamente para uso del monarca, y en la última fotografía oficial aparece con kilt, aunque no se encontraba en su querida Escocia sino en la biblioteca del castillo de Windsor, nunca hemos visto a Guillermo con falda de cuadros ni con la daga que se lleva dentro de la media derecha.

Carlos III

Carlos III, con kilt escocésGTRES

Si la música de un gaitero despertaba a la Reina por las mañanas, su nieto empieza el día animándose con la banda de hard rock AC/DC, nada que ver con la pasión de su padre por la música romántica del XIX, como la ópera de Wagner, y la melodía coral inglesa, una muestra de que sus gustos artísticos son también opuestos. Princeps Walliae et finis traditionum.

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