El escenario perfecto para la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara

Este miércoles Bárbara Mirjan ha recibido cientos de wasap felicitándola por el anuncio de una boda que nunca llegaba. Todos los ha contestado con felicidad. Es decir que, si trabajando en un medio de comunicación, como en el que Bárbara trabaja, la noticia no se ha filtrado en él, sino en una revista competencia, se deduce, por una parte que le puedes confiar un secreto porque no lo filtrará ni aunque le paguen y por otra parte, que le hace ilusión. Yo diría por la respuesta que me ha dado que mucha ilusión. Y me arriesgo a imaginar que Cayetano le pidió la mano vestido con su kilt, su traje escocés y hace unas semanas rondando el día de Andalucía. Bárbara es una mujer bárbara, terminó el 2024 con un trabajo y empieza el 2025 con una propuesta de matrimonio, después de diez años de noviazgo. Lo bueno de esta futura boda es que pueden permitirse poner ellos la fecha, sin tener en cuenta las agendas de los lugares de celebración porque el novio dispone de recursos propios con capilla incluida.

Para su primer enlace, Cayetano tenía varios palacios y fincas repartidos por toda España para haber celebrado su boda. Eligió Sevilla y el palacio de Las Dueñas, pero también pudo haberlo hecho en Monterrey en Salamanca, en Liria en Madrid, que ahora están dentro de la Fundación de Alba o el que es de su propiedad y no de la gestión de su hermano Carlos, el de Airbacenea en San Sebastián, donde pasó muchos veranos en su infancia.

Bárbara Mirjan, futura duquesa de Arjona y condesa de Salvatierra, también podría decantarse por la finca sevillana de su novio. Ambas propiedades cuentan con capilla y la infraestructura perfecta para celebrar bodas. Ningún miembro de Alba se ha casado en esas propiedades, Bárbara y Cayetano, serían los primeros pero no los únicos porque se alquilan para BBC, bodas, bautizos y comuniones.

Y curiosamente tanto de la explotación para BBC del palacio de Arbaizenea en San Sebastián, como de la finca andaluza, se ha ocupado Genoveva Casanova. La ex mujer de Cayetano ha pasado largas temporadas en ese palacete. Le vino bien para su recuperación de su embolia pulmonar y para esconderse del tsunami levantado por su amistad con el rey de Dinamarca. La casa donostiarra edificada en 1881 por orden del duque de Sotomayor, bisabuelo de Cayetano, tiene cuatro plantas de casi 500 metros cuadrados y está rodeado de dos hectáreas de exuberante vegetación ajardinada y como me aseguraba la propia Genoveva «no hemos tocado nada. Está todo tal cual lo dejó mi suegra, Cayetana. Ella tenía un gusto exquisito y nosotros lo hemos conservado tal cual lo recibió Cayetano». Y lo más curioso es que sea la madre de los, hasta ahora, únicos hijos del Conde de Salvatierra, Amina y Luis, la que se ocupe del día a día del alquiler del espacio exterior para celebrar eventos bajo carpas. El interior del palacio no se alquila y se lo reserva la familia para su uso. «También me ocupo de hacer lo mismo en una propiedad que tenemos dentro de la finca que tiene Cayetano en Andalucía. Yo también gestiono su explotación hostelera».

En origen el palacio ocupaba una finca de 15 hectáreas pero la Casa de Alba consiguió, con el ayuntamiento donostiarra, recalificar una parte y otra la cedió para parque, de ahí que ahora sean dos las hectáreas de terreno. Espacio más que suficiente para celebrar la que sería la primera boda de Bárbara Mirjan, la joven que hace diez años, aún en el colegio, empezaba a salir con el hijo favorito de la duquesa de Alba.

Según figura en las condiciones de alquiler para bodas del palacio «La finca tiene aproximadamente unos 20.000m2 y en ella se pueden celebrar eventos de hasta 1.000 invitados. El Palacio dispone de dos carpas. La principal, de 500m2, donde podéis celebrar el aperitivo, y que cuenta con una bonita iluminación de guirnaldas de bombillas, y una segunda carpa de ambiente chill out. Los jardines son el lugar ideal para la realización del cóctel de bienvenida. Un espacio preparado para la ubicación de nuestras Gastro-Estaciones y puestos de show-cooking. Para la comodidad de los invitados y cuenta con mobiliario específico, como mesas altas y sillas de madera, que darán a tu boda o evento un aire colonial».

Aunque si tenemos en cuenta los gustos de Bárbara, que se siente profundamente andaluza aunque su padre sea libanés y su madre vasca, la finca sevillana de Las Arroyuelas tendría más papeletas de ser la escogida para su boda y además, en su interior se encuentra el hotel rural La Motilla, una antigua casa de postas del siglo XV, con veinte habitaciones para un turismo principalmente extranjero y con gran nivel adquisitivo, del que también Genoveva Casanova, se ha ocupado de gestionar.