11 de septiembre de 1923: Pío XI considera que «la buena Prensa» es una «necesidad» en nuestro tiempo

Con motivo de la peregrinación milanesa a Roma, el Papa Pío XI pronunciaba un conmovedor discurso, del que El Debate recogía los párrafos más importantes: «Nos habéis dicho, hijos nuestros, una cosa de las más grandes, de las más consoladoras, al decirnos aquello que representa la buena Prensa diocesana. Habéis asumido el compromiso de preparar, difundir, multiplicar la buena Prensa, en servicio del bien».

Más adelante indicaba que «contra el daño de la mala Prensa» la obra de los católicos en ésta era «la más eficaz e insustituible, puesto que 'lo semejante cura lo semejante' (similia similibus curantur)». Desde 1916 se celebraba el Día de la Prensa Católica y desde entonces ha sido reiteradamente aprobada y estimulada por los papas y los prelados. En España esta celebración se empezó a realizar el 29 de junio de 1916 coincidiendo con la festividad de San Pedro y San Pablo.

Se trata de una jornada destinada a fomentar la Prensa católica divulgando la necesidad que tiene la Iglesia de periódicos y revistas educadores y de apostolado para el cumplimiento de su mandato divino. En el que además se insiste sobre la obligación de ayudar a la Iglesia en esta necesidad y se solicita la oración de todos y la colaboración económica a estos fines.

En otra ocasión el Pontífice había expresado que «La buena prensa es la moderna predicación del Evangelio. Es la necesidad de nuestros tiempos. El triunfo del catolicismo y su influencia en el mundo entero está en razón directa, no de templos católicos ni de instituciones benéficas, ni siquiera del número de sacerdotes, sino de la prensa católica. Por la buena prensa hay que estar dispuestos a todos los sacrificios, hasta derramar la propia sangre».

Terminaba expresando que era «preciso enseñar con el ejemplo cómo se debe usar nuestra Prensa; porque ¿para qué sirve una Prensa buena si nadie la lee?».