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'La familia de Carlos IV', de Francisco de Goya

'La familia de Carlos IV', de Francisco de GoyaMuseo Del Prado

Dinastías y poder

La olvidada hija de Carlos IV que quiso reescribir el destino de América

Recientes investigaciones han arrojado luz sobre su misteriosa figura, que, aunque relegada a un segundo plano en el lienzo, desempeñó un papel destacado en la historia de España y América

¿Cuántas veces hemos admirado el cuadro La familia de Carlos IV? Si tirásemos del hilo de cada uno de los retratados por Goya, nos saldría un repaso fabuloso por la historia dinástica actual. La reina de Etruria —presumiblemente hija de los amoríos de María Luisa de Parma con Godoy— o los mismísimos Fernando VII y su hermano Carlos, todavía en fraternal cordialidad. Entre los rostros que componen esta escena familiar, hay una figura enigmática que a menudo pasa desapercibida: Carlota Joaquina de Borbón, la primogénita de Carlos IV y María Luisa de Parma.

Recientes investigaciones han arrojado luz sobre su misteriosa figura, que, aunque relegada a un segundo plano en el lienzo, desempeñó un papel destacado en la historia de España y América. ¿Cómo dejar en el tintero a quien fue infanta de España, Princesa del Brasil, Regente, Reina y ferviente absolutista?

Carlota Joaquina de Borbón. Obra de Domingos Sequeira

Carlota Joaquina de Borbón. Obra de Domingos SequeiraPicasa / Wikimedia Commons

De carácter egocéntrico como su infame progenitora, María Luisa de Parma, Carlota Joaquina quiso gobernar las Américas y hacerse con la titularidad del trono español: reclamó los territorios de Río de la Plata (hoy Argentina) y la corona de España cuando su Patria sufría la cruenta guerra contra el invasor Napoleón. Carlota Joaquina de Borbón nació en Aranjuez en 1775 en los días en los que reinaba su abuelo, el ilustrado Carlos III. Era la hija mayor, tras varios embarazos malogrados, de Carlos y María Luisa de Nápoles, príncipes herederos de la corona española.

No se conformaba con ser una mera consorte. Sin embargo, la irrupción de Napoleón, como nuevo amo de Europa, cambió el futuro de la dinastía

En esos tiempos de ciencia y razón, los matrimonios regios todavía se negociaban en los despachos. La joven infanta española fue enviada a Portugal como esposa del segundogénito de la reina María, el príncipe Juan. Ella tenía solo diez años y pocos pensaban que el destino la colocaría en un trono. Pero tras la muerte prematura del heredero y con la demencia de la reina María, se convirtieron en regentes y futuros monarcas portugueses.

Autoritaria y temperamental, no dudó en conspirar contra su esposo para conseguir mayores parcelas de poder. No se conformaba con ser una mera consorte. Sin embargo, la irrupción de Napoleón, como nuevo amo de Europa, cambió el futuro de la dinastía: ante la amenaza de una invasión, la Familia Real Portuguesa embarcaba a sus dominios transatlánticos.

En el puerto de Lisboa, cerca de 15.000 personas atestaban centenares de navíos para marchar a Brasil. La travesía estuvo marcada por el hacinamiento, los piojos y el frío, según testimonios de la época. Su pavoroso viaje, en una expedición integrada por centenares de cortesanos, inspiró la novela El Imperio eres tú, del escritor Javier Moro. Tardaron casi tres meses en llegar a esas tierras, para ella exóticas, en las que vivirá durante más de una década. No fue hasta su llegada a Río de Janeiro, cuando Carlota Joaquina supo que su padre, Carlos IV, había firmado las Abdicaciones de Bayona: él y su hermano Fernando estaban en manos de Napoleón y España ocupada por los franceses.

Ya en las Américas, Carlota Joaquina, sagaz, «violenta y viril» —según las crónicas— reclamó una regencia en los dominios españoles de Río de la Plata. Trató también de hacer valer sus derechos dinásticos ante las Cortes de Cádiz, aspirando a coronarse en España ante la ausencia de los familiares cautivos. Las reivindicaciones no prosperaron y encauzó las ambiciones políticas hacia la defensa del absolutismo frente a las nuevas corrientes liberales que se abrían camino.

Pedro I de Brasil, llamado en Portugal El Rey Soldado, proclama la independencia de Brasil en 1822 y se nombra su primer emperador

Pedro I de Brasil, llamado en Portugal El Rey Soldado, proclama la independencia de Brasil en 1822 y se nombra su primer emperador

Su hijo Pedro I fue coronado como Emperador de Brasil, iniciando un periodo de reformas que chocaba con el pensamiento inamovible de Carlota Joaquina. Pero la revolución iniciada en Oporto en 1820, forzó el regreso de su marido, el rey Juan VI a Portugal, obligado a aceptar la nueva situación. Y aunque Brasil era ya independiente, ella no aceptó los nuevos aires modernizadores.

Mujer de carácter explosivo, jugó un papel destacado en el tablero internacional como principal defensora de los derechos al trono de Portugal de su hijo Miguel. Viuda desde 1926, vio con entusiasmo como este se convertía en monarca absoluto dos años después. Desde entonces, una guerra civil azotó Portugal como antesala del conflicto carlista que estalló en España pocos años más tarde. Dos de las hijas de Carlota Joaquina, María Francisca y María Teresa de Braganza —princesa de Beira— contrajeron matrimonio con el infante Carlos María Isidro, pretendiente al trono de España y cuya reclamación de derechos a raíz de la polémica Ley Sálica, provocará el inicio de la Primera Guerra Carlista. Es también la abuela del curioso infante Sebastián.

Carlota Joaquina falleció en el Palacio Real de Queluz, cercano a Lisboa, en 1830. Su hermano Fernando VII acababa de ser padre de una niña: la futura Isabel II. El conflicto por la sucesión estaba abierto. Carlota Joaquina debe ser recordada no solo por su posición en un cuadro, sino por su incansable lucha por el poder y el impacto en la historia de las dinastías de dos continentes: tras de sí un legado de ambición e intriga.

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