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Congreso de Viena. Ilustración de Jean-Baptiste Isabey

Congreso de Viena. Ilustración de Jean-Baptiste Isabey

Las dos decisiones del Congreso de Viena que aún afectan a España: Olivenza y las provincias americanas

Esta cumbre se basó en dos principios. Por una parte, la preservación de los de los equilibrios políticos entre las potencias, y la restauración de las antiguas monarquías

Una vez finalizadas las guerras napoleónicas, y en concreto la guerra de la Sexta Coalición, tuvo que reorganizarse Europa, después de 25 años de guerra y cambios de frontera. Para llevar a cabo este proceso tuvo lugar el Congreso de Viena, organizado por el Reino Unido, Austria, Rusia y Prusia. El Congreso se basó en dos principios. Por una parte, la preservación de los de los equilibrios políticos entre las potencias, y la restauración de las antiguas monarquías.

Aunque se empezó a organizar en septiembre de 1814, no concluyó hasta el 9 de junio de 1815. La capital austríaca fue el centro de todas las reuniones. El principal impulsor de aquel Congreso fue el príncipe Klemens von Metternich, diplomático y ministro de asuntos exteriores de Austria. Junto a él Robert Stewart, vizconde de Casthereagh y marqués de Londonderry. Ambos consideraban que el liberalismo, un peligro en aquellos momentos, solo se vencería si todas las monarquías absolutistas europeas permanecían unidas. El líder de aquellos monarcas contrarios a este movimiento político e intelectual fue el zar Alejandro I de Rusia.

El Congreso fueron una serie de reuniones bilaterales diplomáticas. La mayoría de ellas tuvieron lugar en cenas, banquetes y bailes. Allí se llevaban a cabo los primeros contactos para luego concretar acuerdos de interés entre los diferentes países. Luego, al final, todo aquello se formalizó en una acta general.

Cada uno de los países tenía sus propios intereses. En particular, Gran Bretaña, Austria, Prusia y Rusia, ganadores de la guerra de la Sexta Coalición. Rusia, por su parte, tenía la intención que Prusia no creciera anexionándose estados alemanes y, por otra parte, deseaba unir Polonia a Rusia. Teniendo en cuenta esto, los 360 estados alemanes que formaban el Sacro Imperio Romano Germánico, quedaron reducidos a 38. El Sacro Imperio desapareció, como tal, transformándose en la Confederación Alemana, que debía presidir Austria. A nivel general, en el acta final, se recogió el nuevo reparto de Europa. Dicho de otra manera, la nueva estructura de fronteras que se mantendría hasta el final de la I Guerra Mundial. Este quedó así:

Viñeta satírica del Congreso de Viena, que dio inicio a la Restauración

Viñeta satírica del Congreso de Viena, que dio inicio a la Restauración

Rusia no consiguió su propósito, pero sí que se anexionó una parte importante de Polonia. También pasaron a formar parte de Rusia el ducado de Finlandia y la región de Besarabia, que incluía la casi totalidad de la antigua república socialista soviética de Moldavia, parte de Ucrania.

Austria recuperó los Balcanes y el Tirol. Además de Lombardía, el Véneto y Dalmacia. Impuso a príncipes de la Casa de Habsburgo en el Gran Ducado de la Toscana, en el de Parma, en el de Módena y en el de Massa, dominando la política italiana antes del Resorgimento (1861-1871).

Los Estados Pontificios recuperaron sus fronteras de 1776, quedando dentro de ellos las regiones italianas modernas de Lacio, Las Marcas, Umbría y Emilia-Romana. El Reino de Nápoles consiguió anexionarse Sicilia y restituir a Fernando I de Borbón-Dos Sicilias. Por su parte, el Piamonte-Cerdaña se anexionó Liguria, la República de Génova y Noli. Permaneció en el trono Víctor Amadeo de Saboya. San Marino consiguió el reconocimiento unánime de su independencia.

Gran Bretaña se quedó con Malta, la colonia del Cabo, la isla de Mauricio y Heligoland y la antigua Ceilán, hoy Sri Lanka. Como que Dinamarca apoyó a Napoleón, perdió Noruega, anexionándose este a Suecia. Se le quiso compensar dándole el Ducado de Sajonia-Lauenburgo. Aunque no fueron al Congreso, el Imperio otomano mantuvo el control de los territorios cristianos en los Balcanes.

El reordenamiento de las fronteras europeas tras el Congreso de Viena de 1814-15

El reordenamiento de las fronteras europeas tras el Congreso de Viena de 1814-15

Por su parte, Prusia se quedó con Sajonia, Westfalia, Renania, la parte de Polonia que no se anexó Rusia, la Pomerania Sueca y los territorios que formaban la Confederación del Rin. Austria perdió Bélgica y Luxemburgo, conocido como Países Bajos austríacos. Con esta pérdida se creó el Reino Unido de los Países Bajos.

Suiza consiguió Ginebra y el cantón del Valais y fue declarada país neutral. España y Portugal no obtuvieron nada en particular. A excepción que se reconoció el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve. También se declaró el derecho portugués en el territorio de Olivenza. Este municipio continúa siendo territorio español y nunca se ha devuelto a Portugal. Tampoco se apoyó a España para frenar los levantamientos independentistas en Hispanoamérica. Y Francia perdió todas las conquistas llevadas a cabo por Napoleón a lo largo de esos 25 años de guerra, volviendo a las fronteras de 1792.

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