Científicos recrean el verdadero rostro del «niño de oro», la momia que fue enterrada con 49 amuletos
El resultado final ha sido la de un busto de «un joven de aspecto agradable, con la inocencia aún en sus ojos», asegura el responsable del proyecto
El sarcófago del «Niño de oro», un adolescente momificado hace 2.300 años, fue descubierto en 1916 y desde entonces ha sido objeto de diferentes estudios para revelar sus secretos. A principios del año 2023, el análisis de su cuerpo sirvió para conocer mejor las creencias egipcias sobre la vida después de la muerte durante el periodo ptolemaico. Ahora, el experto brasileño en gráficos Cicero Moraes ha desvelado el verdadero rostro del joven.
«Utilicé la técnica de deformación anatómica, que consiste en ajustar la cabeza de un donante virtual para que coincida con el cráneo de la momia, hasta que la cara del donante sea compatible con la que podría haber tenido el 'Niño de oro' en vida», explica el experto.
De esta manera, cruzando los datos disponibles de la momia con algunas proyecciones estadísticas, «fue posible generar el busto final», confiesa Moraes en el periódico inglés Daily Mail. El equipo del experto brasileño realizó dos versiones del rostro: una objetiva, con los ojos cerrados y en escala de grises para evitar juicios sobre el tono de la piel o el color de los ojos, y otra en color, con los ojos abiertos, que da al adolescente un aspecto mediterráneo: «Un joven de aspecto agradable, con la inocencia aún en sus ojos», resalta Moraes.
Según el estudio de 2023, realizado por Sahar Saleem, Sabah Abd el-Razek Seddik y Mahmoud el-Halwagy, el «Niño de oro» tenía unos 14 o 15 años cuando murió. No había indicios de traumatismo ni enfermedad, y no se pudo determinar la causa de la muerte. Fue enterrado en un cementerio del periodo ptolemaico, que duró desde el 305 a.C. hasta el 30 a.C., época en la que los faraones eran de estirpe griega macedonia.
Los 49 amuletos –30 de los cuales se fabricaron con oro– se colocaron sobre su cuerpo con diversas intenciones: uno sobre la boca para que no pudiese hablar en la otra vida y otros para asegurar su resurrección o invocar la protección de la diosa Isis. También le calzaron unas sandalias y dispusieron a su alrededor guirnaldas de helechos, que tenían un significado ritual. Además de los amuletos de oro, también había otros fabricados con cuarzo, piedras semipreciosas o arcilla cocida.
Salvo el corazón y el cerebro, los órganos internos de la momia habían sido extirpados y sustituidos «por costosos materiales de embalsamamiento, resina y paquetes de lino». Fue enterrado en dos ataúdes de madera: el exterior, con letras griegas, y el interior, decorado con varios dibujos y un rostro. El «fastuoso» enterramiento sugiere un «alto nivel socioeconómico», según el estudio de 2023.
El experto brasileño en gráficos y prolífico en el campo de las reconstrucciones faciales forenses, asegura que la reconstrucción del rostro de la momia tenga un parecido real: «El rostro real podría tener detalles algo diferentes, pero el formato general suele ser el que se presenta». Los restos de la momia se conservan en el Museo Egipcio de El Cairo desde 1916. Moraes publicó su estudio en la revista OrtogOnLineMag.