Fundado en 1910
El triunfo de la Santa Cruz en la batalla de las Navas de Tolosa. Obra de Marcelino Santa María Sedano

El triunfo de la Santa Cruz en la batalla de las Navas de Tolosa. Obra de Marcelino Santa María SedanoMuseo del Prado

El origen de «¡Santiago y cierra, España!», el grito de guerra que marcó la historia de España

Aquel lema sería lo último que escucharían miles de enemigos antes de enfrentarse a las tropas españolas, como los Tercios, la mejor infantería de Europa durante casi 150 años

«Es el grito que abrió el camino de la unidad de España», afirma el general de división retirado Rafael Dávila Álvarez sobre el lema «¡Santiago y cierra, España!». Una frase que, lejos de evocar a una «España tenebrista» que se cierra así misma –tal y como apunta el periodista español Eduardo García Serrano en La Gaceta–, reúne la esencia de la nación española.

Para buscar su origen hay que remontarnos a la batalla de Clavijo del año 844, uno de los enfrentamientos más célebres de la Reconquista. Ramiro I de Asturias se había negado a entregar un tributo de 100 mujeres al emir de Córdoba, que furioso ante la negativa del rey hispano, decidió enviar un ejército al mando de Abderramán II con la intención de someterlos.

Según la leyenda, el apóstol Santiago se presentó ante el rey asturiano en sueños animándole a perseverar en la batalla, asegurándole que saldría victorioso a pesar de la inferioridad numérica. Al día siguiente, Ramiro I narró su visión a sus tropas y les arengó para la batalla al grito de «¡Santiago!».

Se dice que, durante el combate, mientras la batalla se desplegaba cerca de Logroño, en el monte Lanturce, una gran cruz roja en forma de espada apareció en los cielos y el mismo apóstol descendió para entrar a formar parte de la cruzada. Gracias a la intercesión de Santiago, las tropas cristianas consiguieron derrotar a las tropas de Abderramán II.

Así, las tropas cristianas empezaron a encomendarse al apóstol a lo largo de la Reconquista. Sin embargo, la primera vez que se utilizaría el lema «¡Santiago y cierra, España!» sería en la batalla de las Navas de Tolosa, donde cargaron Alfonso VIII de Castilla, Sancho VII de Navarra y Pedro II de Aragón para doblegar al imponente ejército almohade.

En el centro y liderando la carga de caballería estaba el monarca de Castilla, el flanco derecho estaba comandado por el rey de Aragón y en el izquierdo se encontraba Sancho VII. Frente a ellos, las tropas almohades desplegaban filas interminables de soldados. Pero cuando los reyes cristianos dieron la orden de carga, se escuchó un rugido unificado: «¡Santiago y cierra, España!». Segundos después, con sus estandartes y cruces rojas, los caballería pesada castellana y aragonesa embistió a las tropas musulmanas con una ferocidad arrolladora.

Este grito de guerra se volverá a escuchar en la batalla del Salado (1340) donde el rey Alfonso XI de Castilla salió al encuentro de los musulmanes, a quienes derrotó. Según la tradición, se invocó al apóstol Santiago como protector en la lucha. Del mismo modo, las tropas cristianas gritaron «¡Santiago y cierra, España!» en diversas campañas durante la conquista del reino nazarí de Granda por los Reyes Católicos.

En época imperial, el grito seguiría estando presente en las tropas españolas. De esta manera, los temibles Tercios españoles blandieron este grito de guerra. «¡Santiago y cierra, España!» serían las últimas palabras que miles de adversarios escucharon antes de sucumbir ante la mejor infantería europea durante casi 150 años.

Este grito «nace de la firma voluntad de los españoles de conquistar su libertad y, a partir de ella, el progreso que convirtió a España en la primera potencia mundial durante siglos y en todos los órdenes, no solo el militar, también el cultural, científico y artístico», indica García Serrano en su artículo en La Gaceta.

Ahora bien, ¿qué quiere decir esta voz? Primero se invoca al apóstol, patrón de España desde 1630, que va seguido del vocablo 'cierra' que debe ser interpretado como la orden castrense mediante la cual se «ordenaba cerrar el cuadro de las formaciones de infantería y de las brigadas de caballería buscando acometer al enemigo, acortar distancias con él y trabar combate», puntualiza el periodista español.

Después viene la coma, un signo de puntuación muy importante para la comprensión del grito, pues se emplea como «pausa que separa el término cerrar del nombre de España. Por lo tanto no se quiere decir, de ninguna manera, cerrar España como quien cierra una puerta para que nada ni nadie entren, dejando aislados a los que están al otro lado», advierte García Serrano, sino que «finalmente y después de la coma» se pronuncia «España como invocación a la Patria por la que se va a luchar, a morir y a vencer, siempre con la intercesión de Santiago, en el inminente combate».

Siguiendo las palabras del general de división retirado Dávila Álvarez, la unidad y fortaleza de España «se hizo al grito de ¡Santiago y cierra, España!».

comentarios
tracking