
Restos de la pirámide localizada en el desierto de Judea
Encuentran una misteriosa pirámide de más de 2.000 años en el desierto de Judea con armas y papiros
La Autoridad de Antigüedades de Israel ya identifica el sitio arqueológico como uno de los más prometedores en este momento
La aparición de una imponente estructura piramidal de más de dos milenios de antigüedad en el desierto de Judea es tan sorprendente que hasta los arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel –acostumbrados a los más increíbles hallazgos– no salen de su asombro.
Además de lo inusual del descubrimiento de una pirámide de hace más de 2.000 años en el desierto de Judea, las excavaciones han sacado a la luz armas y otros objetos, entre ellos unos papiros cuyo contenido albergará nuevas sorpresas.
La edificación se ha revelado como uno de los hallazgos más prometedores y enigmáticos realizados en la región, informó Europa Press. Las excavaciones se realizan en el marco de una extensa operación arqueológica que busca proteger el patrimonio histórico frente a excavaciones ilegales y saqueos.
La excavación, ubicada en Nahal Zohar, ha sacado a la luz una construcción de grandes dimensiones, levantada con piedras cuidadosamente talladas, cada una de ellas con un peso de varios cientos de kilos.Según informaron los responsables de la excavación en un comunicado oficial, «lo que tenemos aquí es una de las excavaciones arqueológicas más ricas e intrigantes jamás encontradas en el desierto de Judea».
«Esta estructura piramidal que descubrimos es enorme y está hecha de piedras talladas a mano, cada una con un peso de cientos de kilos. Ya en la primera semana de excavación, los voluntarios encontraron documentos históricos escritos, vasijas de bronce excepcionales y restos de mobiliario antiguo, que gracias al clima desértico se conservaron en un estado excepcional».
«Este es un sitio muy prometedor: a cada momento se descubren nuevos hallazgos, y estamos ansiosos por ver qué más nos depararán las próximas tres semanas».
Entre los objetos recuperados figuran documentos en papiro redactados en griego, monedas de bronce pertenecientes a los reinados de los Ptolomeos y de Antíoco IV, armas antiguas, herramientas de madera, textiles y otros elementos de notable valor histórico.
El excelente estado de conservación de muchos de estos artefactos se debe, según los arqueólogos, a las condiciones ambientales extremas del desierto.
Esta excavación se enmarca dentro de una campaña iniciada hace aproximadamente ocho años por la Autoridad de Antigüedades, destinada a salvaguardar los bienes arqueológicos del desierto de Judea, en constante riesgo por actividades clandestinas.
Como parte de esa misión, el equipo de la Unidad de Prevención de Robos ha llevado a cabo un meticuloso reconocimiento de unos 180 kilómetros de acantilados, localizando cerca de 900 cuevas.
Gracias a técnicas modernas de documentación, uso de tecnologías punteras y el trabajo de expertos en rappel, se han descubierto miles de objetos, entre ellos antiguos pergaminos escondidos deliberadamente, fragmentos de papiro, utensilios, armas y valiosas monedas.
Los responsables del proyecto subrayan que este descubrimiento ha modificado sustancialmente las hipótesis anteriores sobre el enclave: «Esta excavación transforma el registro histórico del sitio», aseguran.
Inicialmente se creía que la estructura databa del período del Primer Templo, pero los nuevos indicios apuntan a que fue construida en la época helenística, cuando la región se hallaba bajo control ptolemaico.
A pesar de los avances en la investigación, todavía no se ha determinado con exactitud cuál era la función original del edificio. Se barajan varias posibilidades: podría tratarse de una torre de vigilancia emplazada para controlar una vía comercial que conectaba los recursos del Mar Muerto –como la sal y el betún– con los puertos del Mediterráneo; o bien, según otra hipótesis, podría haber servido como tumba monumental o haber tenido un propósito simbólico dentro del paisaje antiguo.
Con cada nuevo hallazgo, esta excavación se consolida como una de las más significativas del momento, no solo por la riqueza de los objetos recuperados, sino también por la posibilidad de reescribir aspectos fundamentales de la historia del desierto de Judea.