Venecia se convierte en un 'Gran Hermano': datos de los móviles y cámaras para rastrear a los turistas
Hay quienes ven este sistema de control como una herramienta intrusiva
Cámaras en cada esquina, control de movimiento, software para rastrear la velocidad y trayectoria de los transeúntes, sistemas de recogida de edad, género, país de origen... Se trata de la nueva realidad a la que pronto tendremos que acostumbrarnos en Europa. A día de hoy, 11 países han autorizado el uso de tecnologías de reconocimiento biométrico. Entre ellos, está Italia, que presume de uno de los proyectos piloto más avanzados, pero también más invasivos. Actualmente, Venecia es la única ciudad de Europa que hace un uso masivo y constante de las nuevas tecnologías para monitorizar a los turistas como si de un Gran Hermano se tratase.
La iniciativa, denominada Smart Control Room, tiene como fin controlar lo que sucede en la ciudad de los canales para así mejorar los sistemas de movilidad y seguridad. Es la propuesta del alcalde Luigi Brugnaro quien sueña con que Venecia sea un lugar hiper seguro. ¿Cómo? Vigilando la delincuencia, el tráfico marítimo y de vehículos, rastreando a los turistas... Sí, también a los turistas.
Cómo funciona
Las autoridades recogen los datos que reciben a través de los teléfonos móviles de los viajeros y de cientos de cámaras de vigilancia que utilizan para monitorear a los visitantes. El proyecto, financiado con fondos europeos y municipales, costó casi 20 millones de euros. Inicialmente, esta tecnología iba destinada a controlar la delincuencia y el tráfico, pero con el regreso de los turistas a Venecia se ha decidido ampliar su uso para rastrear a todo el que llega.
«Tenemos el control de toda la ciudad y sabemos minuto a minuto cuántas personas pasan y hacia dónde van», explican desde el consistorio. Las cámaras, que se encuentran repartidas por la urbe, registran en alta definición unos 25 fotogramas por segundo. «Nos aseguramos de que casi todas las cámaras incorporasen sistemas de análisis de vídeo –basados en redes neuronales e inteligencia artificial– para poder localizar a personas y vehículos a partir de la descripción de su apariencia o de una imagen de ejemplo», añaden.
La policía revisa desde una sala todo el material que les va llegando: edad, género, el país de origen, geolocalización, etc. Muchos residentes no están totalmente conformes con este proyecto, el cual consideran que podría incurrir en violaciones de la privacidad.
Por su parte, las autoridades han querido tranquilizar a la población, asegurando que el objetivo principal es rastrear a los turistas. Aquella información que corresponda a los venecianos sería un simple dato agregado, mientras que la de los no residentes se recolecta individualmente. Eso sí, toda la información es anónima.
El Parlamento Europeo adoptó una resolución, a principios de octubre, en la que pedía normas estrictas para regular el uso de los sistemas de inteligencia artificial por las fuerzas del orden. Concretamente, impulsando la prohibición del uso de las tecnologías de reconocimiento facial en los espacios públicos. Dicho veto podría incluirse dentro de la Ley de Inteligencia Artificial, el paquete de propuestas de la Comisión Europea que quiere extender la utilización del reconocimiento facial para combatir delitos graves.